Hace unos días, Alejandro Reyes, Presidente del "Club de Música y Jazz" del Colegio Mayor "San Juan Evangelista" de Madrid, me remitía el siguiente telegrama que, a su vez, le había enviado la Señora Ministra de Cultura:
A PROPUESTA DE LA MINISTRA DE CULTURA Y PREVIA DELIBERACIÓN DEL CONSEJO DE MINISTROS EN SU REUNIÓN DEL VIERNES 8 DE ABRIL DE 2011, S.M. EL REY HA TENIDO A BIEN OTORGAR AL CLUB DE MÚSICA Y JAZZ SAN JUAN EVANGELISTA, LA MEDALLA AL MÉRITO EN LAS BELLAS ARTES EN SU CATEGORÍA DE ORO, CORRESPONDIENTE A LA EDICIÓN DEL AÑO 2010. MI MÁS CORDIAL ENHORABUENA, UN AFECTUOSO SALUDO. ÁNGELES GONZÁLEZ SINDE.
Esta noticia debe alegrarnos a todos los aficionados porque entre las actividades de este club la segunda en importancia, después del Jazz, ha sido el Cante Flamenco. En efecto, a lo largo de 40 años han pasado por él casi todos nuestros artistas. Fundamentalmente Morente, que lo hizo en muchas ocasiones, y Joseíto El Camarón que dio allí el último concierto de su vida, unos meses antes de que en julio de 1992 nos abandonara.
Pero lo que yo les voy a contar hoy pertenece a la "prehistoria" de este club. En el año académico 1967-1968, segundo de vida del nuevo San Juan Evangelista, el Colegio aún carecía de todo tipo de instalaciones complementarias. Por ejemplo, no existía la Sala de Música ni había tocadiscos, ni altavoces, ni ná de ná. Aún así, recuerdo que invitamos al compositor Luis de Pablo a que nos hablara de su obra; así lo hizo en el vestíbulo de la planta cuarta y, para mostrarnos una pequeña ilustración, llevó un disco que tuvimos que reproducir en un tocadiscos de mi propiedad. ¡Tiempos heroicos y colegiales sedientos de cultura...! Yo me acordé de las "Audiciones comentadas" que presenté en cursos anteriores y de las que ya se ha hablado en este blog. Amplié mi guión y la cosa dio para dos sesiones. El "pinchadiscos" en esta ocasión era un jovencito, malagueño de Archidona, que arrastraba de su niñez hambre de todo lo andaluz. Les estoy hablando de José Luis Ortiz Nuevo, que por aquellas fechas recibió el apodo de "El Poeta". Se lo puso el hoy famoso actor de teatro Rafael Alvarez "El Brujo", mote que a su vez recibió de Ortiz. Rafael fue uno de los colegiales que siguió con mucho interés la audición, como lo fueron Miguelito Romero "El Moro de Melilla", el cartagenero Leoncio Sánchez o el malagueño Daniel Muriel. También el cacereño Francisco Gutiérrez Carbajo que hoy posee algunas publicaciones sobre flamenco, pero que por aquel entonces estaba aún completamente en ayunas, el murciano y matemático Gabriel Vera, el ingeniero y novelista Paco Hidalgo, de Llerena (Badajoz), el castellonense Luis Florit "El Portero del Infierno" o mi inseparable paisano Antonio Jesús Luna "El Cumaco", así como otros cuyos nombres no recuerdo.
Después de estas audiciones, mi habitación (la 314) era el foco al que acudían uno y otro para oír mis discos y leer mis libros, sobre todo Ortiz Nuevo que en poco tiempo se comió todo y, además, no se empachó. La verdad es que logré aglutinar un grupo de nuevos aficionados que en años posteriores dio bastante de sí. Pero de eso se hablará más adelante.
Enhorabuena por esa medalla de Cultura, porque creo qué una gran parte te corresponde a ti.
ResponderEliminarMe ha gustado esa historia de colegiales sedientos de flamenco y andalucismo. ¿Se acabó empachando alguno de los colegiales?
Mira por donde, mi único año académico cerca del Johnny -en el Isabel de España- fue el curso anterior a ese del que hablas. Yo fui colegiala en el colegio, entonces sólo femenino, mi último año de carrera: curso 1976-1977.
Salud.
Es de justicia reconocer que el mérito del Club de Música y Jazz se debe a su fundador, y aún director, Alejandro Reyes. Como digo, yo sólo fui "prehistoria". Por cierto que ahora veo un error en mi entrada: hablo del curso 1977-1978 cuando en realidad debe ser 1967-1968. Enseguida me voy a "blogger.com" para corregirlo. Hasta siempre, Porverita.
ResponderEliminarLos nuevos lectores ya no encontrarán el error: corregida la fecha. Si no es por tu comentario, no lo habría advertido.
ResponderEliminarYa me chocaban algo las fechas, pues yo en el curso 76-77 acudí a alguna de las músicas que ya programaba el Johnny -la mejor programación-, aunque, desgraciadamente, todavía no me había aficionado al cante flamenco ni conocía nada de nada. ¡Lo que me perdí!
ResponderEliminarSalud.
Bueno será releer de tanto en tanto esta entrada para no olvidar cómo comienza buena parte de lo que después sería.
ResponderEliminarGracias, querido Paco Hidalgo. Fuimos testigos y parte en muchas cosas. Y hablo en plural porque tu nombre está ya marcado como pionero y activista del Flamenco en la Cataluña de la emigración.
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