Agustín Gómez, en la página 185 de su libro Cantes y Estilos del Flamenco (Universidad de Córdoba, 2003), escribe lo siguiente:
... Frasquito Yerbagüena que no tuvo más mérito como cantaor que ganar un premio secundario en el Primer Concurso de Cante Jondo, el de Granada en 1922, con un fandango que se escuchaba y se escucha en el Albaicín con el tufillo turístico que le rebaja y el predicamento folclórico en su acompañamiento de grupo. Por supuesto que si Frasquito Yerbagüena se hizo con la referencia sería por su aporte expresivo y la gloria de defenderlo en el citado Concurso.
Pues no sé, Agustín, de dónde has sacado la noticia de que Frasquito fuera premiado por la interpretación de su fandango. Esto era imposible porque en la convocatoria del concurso sólo se contemplaban tres secciones: Seguiriyas, Soleares y Tonás (además de sus estilos afines, como polos, cañas, serranas, carceleras, saetas...). No estaban contemplados los estilos festeros (tangos, bulerías, alegrías,,,) ni los levantinos (tarantas, malagueñas, granadinas...), mucho menos los fandangos (locales porque los personales estaban en pañales por aquellos años).
El premio de Frasquito Yerbabuena fue
secundario, porque efectivamente fue un segundo premio pero conseguido en el grupo de las Soleares. Todo esto ha sido aclarado en cuatro artículos de este cuadernillo que fueron publicados con el título "¿Quiénes ganaron en el Concurso de Granada de 1922?" Yo
les remito a uno de ellos y ustedes podrán buscar los restantes.
Agustín, no me lo tomes como crítica hacia ti. Que nadie lo tome como crítica mía hacia Agustín. Por mucho que se haya escrito sobre el Concurso de Granada, jamás se nos contó la historia verdadera del mismo. Falla y Lorca eran dos pesos pesados, tanto que hablar del Concurso era hablar de ellos pero no de los concursantes (salvo la famosa pareja de ganadores ex quo formada por el viejo Tenazas y el niño Caracol) , ni de las secciones sometidas a concurso. Hemos vivido muchos años en la inopia, pero a la larga todo se acaba poniendo en su sitio.
De economía saneada, Frasquito era un hombre jovial, generoso. Para sus amigos y sólo por afición cantaba tientos, soleares, granadinas (las que luego han pasado a llamarse como fandangos de su nombre). Se cuenta que en un cierto día se incendió la Iglesia de las Angustias y que, una vez rescatada de entre las llamas la imagen de la patrona de Granada, Frasquito improvisó esta copla:
Virgencica de las Angustias,
vente a mi casa a vivir,
mientras que los albañiles
restauran tu camarín.
¿Qué su fandango no es nada más que una buena copia de los cantes de Juan Breva? Es muy posible, pero en su tierra esos cantes eran denominados como granadinas (no confundir con las creaciones de Chacón, Cepero o Vallejo) y digo yo que algo tendrán que ver con el viejo fandango de los gitanos del Albaicín o con el de África La Peceña. Acompañado por Pepe Martínez, nosotros vamos a oírlo en la voz de Juan Valderrama.