Llegando al pueblo de Montilla.
Mostraba ayer un pequeño mapa de lo que actualmente, dentro de la provincia de Córdoba, se denomina La Campiña Sur. La Campiña de mi niñez es más reducida aún: San Sebastián, Santaella, Montalbán, La Rambla, Montemayor y Fernán Núñez . Bueno, podía llegar hasta Montilla porque en su término hay una parte más o menos llana antes de alcanzar la población, conforme avanzamos en el sentido Córdoba-Málaga. A la espalda de la misma, nada de nada, estamos en la llamada Sierra de Montilla
En mi pueblo, quintaesencia de la Campiña y no exagero, ¿se cantaban trilleras? Por supuesto que sí y yo las he oído en mi niñez. Más: si se lo pides, aún te las apunta Alfonso Cañero Huertas, tío abuelo del cantaor Bernardo Miranda y primo segundo mío. Una segunda pregunta: ¿las trilleras de mi pueblo responden al modelo que fijó Bernardo el de los Lobitos? Mi respuesta es que no, aunque se reconozcan parecidos. Musicalmente es más viva, más ligera. Y desde luego, difieren claramente en la métrica usando la seguidilla corta de tres versos 5-7-5
En su libro Cantes y Estilos del Flamenco (Universidad de Córdoba, 2003) Agustín Gómez nos cita un cante de trilla grabado para la DECCA en 1978 por El Lucero de Montilla. ¿Quién es este hombre? Se trata de don Rafael Gómez Márquez (1908-1989), cantaor que tuvo algún acercamiento a la profesionalidad la cual abandonó para dedicarse a su oficio de tabernero. Padre y mentor en muchas cosas de nuestro amigo Agustín. El disco en cuestión era The Flamenco World of Paco Peña. Publicado en Inglaterra, se comprende que era difícil conocerlo, pero gentilmente la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba nos ha mandado copia, la misma que hoy ofrezco a todos ustedes:
Ahora sí, musical y métricamente lo que nos hace don Rafael coincide con las trilleras que yo recuerdo, con las que aún nos puede cantar Alfonso Cañero. Anoten las letras:
Un detalle anecdótico para acabar. Comentando los temas tratados en las letras de las trilleras, Agustín Gómez termina así.
Y la maledicencia que nunca para:
Con mis sudores,
la parva ya está hecha
pá los señores,
en lugar de la habitual de 7-5-7-5., si bien a la hora de cantarla siempre se repetía el primer verso.
En su libro Cantes y Estilos del Flamenco (Universidad de Córdoba, 2003) Agustín Gómez nos cita un cante de trilla grabado para la DECCA en 1978 por El Lucero de Montilla. ¿Quién es este hombre? Se trata de don Rafael Gómez Márquez (1908-1989), cantaor que tuvo algún acercamiento a la profesionalidad la cual abandonó para dedicarse a su oficio de tabernero. Padre y mentor en muchas cosas de nuestro amigo Agustín. El disco en cuestión era The Flamenco World of Paco Peña. Publicado en Inglaterra, se comprende que era difícil conocerlo, pero gentilmente la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba nos ha mandado copia, la misma que hoy ofrezco a todos ustedes:
Ahora sí, musical y métricamente lo que nos hace don Rafael coincide con las trilleras que yo recuerdo, con las que aún nos puede cantar Alfonso Cañero. Anoten las letras:
Dale que trote
a la mulilla torda
con el garrote.
Vengan ereros,
con la horca en la mano
la volveremos.
Me dieron agua
más fría que la nieve
en una jarra
Y la maledicencia que nunca para:
"Venga aire (bis)
tú marío en la era
y tú con un fraile"
¡Vaya por Dios! Esta coplilla se la he oído a mi pariente Alfonso, si bien en una versión levemente distinta. Nada de maledicencia como dice Agustín, sino desparpajo y ausencia de recato:
Aire y más aire,
aire y más aire,
mi marío en la era,
yo con un fraile.
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