El 26 de abril de 2004, cuando el jurado del XXVII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba estaba deliberando, se incorporó a la reunión uno de sus miembros: el entrañable poeta jerezano Manuel Rios Ruiz. Venía llorando y nos comunica que acababa de morir La Paquera.
Doña Francisca Méndez Garrido había nacido casi setenta años antes (20 de mayo de 1934) en el barrio de San Miguel de Jerez de la Frontera, el mismo donde se le levantó el monumento que vemos a nuestra derecha. Cantaora discutible y, de hecho, discutida y cuestionada por parte de la flamencología al uso que la catalogaba más como cantante que como cantaora.
Por mi parte, siempre fui seguidor de esta voz heterodoxa y libre. En vida fui a verla siempre que tuve ocasión y nunca dejé de tener cerca de mí sus discos. Esta mañana, al oír uno de ellos, me aparece una curiosa grabación por bulerías, acompañada como tantas otras veces por Manuel Morao. Aquí la Paquera no usa esos tercios alargaos tan peculiares en ella, sino que nos cuenta de carrerilla una historia de su Jerez natal. Vamos, que se anticipa a posteriores modas y parece que nos hace un "rap". Escúchenlo y opinen.
Estilista de la bulería, la Paquera tocó otros muchos estilos de cante: soleares, siguiriyas, tientos, alegrías, fandangos de Huelva y fandangos naturales, tarantos, serranas... Como buena caracolera, también hizo muchas zambras.
ResponderEliminarDesde Cádiz
También Lola Flores se adelantó al rap con aquello de "la lotera, que han venío de Torrelodones".
ResponderEliminarAriza de F. N.
Sí, pero Lola Flores, por más flamenca que fuera su personalidad, no era una cantaora flamenca. Para ella el flamenco siempre fue "tangencial".
ResponderEliminarLa Paquera como Caracol fueron tremendamente heterodoxos y libres, y sin embargo, por más rap, zambra o cuplé que cantaran, no sé qué tenían... que no se les puede negar nunca su flamencura.
ResponderEliminarA Caracol no lo escuché nunca en directo, pero las pocas veces que he podido disfrutar del cante de La Paquera -ya mayor- volvía loco a todo el auditorio con sólo iniciar ese grito o aullido tan característico.
No sé si será flamencura, pero desde luego eran dos genios.
Salud, desde tu Madrid otoñal.
Cuando yo era estudiante acudía a la "Vendimia Jerezana", bar situado en la calle Barbieri, la misma del tablao de Caracol, porque con frecuencia don Manuel se pasaba por allí a tomar su copa de manzanilla. Me embelesaba sólo con verlo. Más tarde, cuando ya tenía algún dinerillo, acudía a "Los Canasteros" y alguna que otra noche (no todas cantaba) pude oirlo con Melchor a la guitarra. Por supuesto estas visitas mías al tablao no tienen nada que ver con la historia que corría por Madrid de que unos colegiales del San Juan Evangelista se colaron en el tablao y tuvieron que ser expulsados de él.
ResponderEliminarDisfruta del otoño, que en Madrid es la mejor estación.
Esta Bulería ha sido cantada por muchos y en tablaos de los sesenta se hacia a coro. En Zambra se la escuche varias veces a Rosa Durán que la cantaba antes de bailar, como para calentarse.
ResponderEliminarUn abrazo
J Bentin
"El Lebrijano" también ha dejado su versión en su album "Casablanca" pista 2- Yo tuve ocasión de disfrutar en uno de los patios del Palacio de Viana en Córdoba, de ese volcán de voz caliente y compás que tenía la gran Paquera ¡inolvidable!
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