Soy Andrés Raya y nací en Fernán Núñez, campiña de Córdoba (España).
Desde chico me aficioné al Cante Flamenco, llegando a ser una de mis pasiones.
Este blog recoge retazos de mis memorias.
Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.
Entre jubilación y confinamientos, tengo perdida la memoria de los días festivos, lo mismo me da un domingo que un jueves, un sábado/sabadete que un lunes/resacoso. Pero hoy es San Miguel y esa fecha no puedo olvidarla porque en mi niñez y en mi pueblo era día de holgar todo el personal del campo, incluídos zagales y mozalbetes, día en que las mozuelas en edad de merecer se recluían en casa porque en la calle se exponían a que más de uno le tocara el culo y otras partes del cuerpo femenino, esas que actúan como potentes imanes para los ojos y las manos de los chavalones, día en que aparecían los primeros vendedores de nueces, día del final del año agrícola, o sea, del año natural.
Algunos amigos me dicen que cuándo voy a dejarme de tanto pasado y me piden que ponga mi atención en los eventos consuetudinarios que acontecen en la rua, como ironizaba el gran Juan de Mairena, o sea, don Antonio Machado Ruiz. Sí, hombre, yo estoy al tanto de lo que pasa en la calle, si bien debo aclarar que mi calle es el mundillo de la afición flamenca. Y en esa calle me he enterado de que Israel Fernández (cantaor que me gusta mucho y en el que tengo esperanza de que mantenga el cante cante) acaba de sacar un disco titulado Amor; disco que he recibido de inmediato del amigo Eugenio Sánchez, el super aficionado de Alcalá de Henares). Lo he escuchado una vez y lo volveré a escuchar bastante en estos días hasta madurar mi opinión sobre esta novedad discográfica.
Y digo madurar porque estoy en duda, a la cual he llegado escuchando a mis amigos con los que habitualmente mantengo charlas y debates sobre el Flamenco. A varios de ellos no acaban de convercerle las pretendidas novedades musicales del cantaor manchego, sus renuevos. Los renuevos, digo yo, que a principio de los años setenta pedían a voces algunos tratadistas de la cosa como podían ser Paco Almazán, José Luis Ortiz Nuevo y un tal Andrés Raya, viajero siempre en el vagón de cola del tren de la flamencología, renuevos que aportaron Camarón de la Isla y Enrique Morente, iconos uno y otro para las generaciones cantaoras que vinieron después de ellos.
En concreto, decía uno de mis tertulianos, la granadina sonaba muy a nuevo, a lo cual otro contesta que sí, pero la novedad no es tal porque ya estaba en unas granadinas de El Niño de la Rosa Fina de Casares. Yo voy a poneros ambas granadinas y os dejo que cada uno saque sus propias conclusiones, si bien, para que se orienten, les señalo que el presunto parecido está en los dos primeros tercios del cante de Israel comparados con los que hace Rosa Fina en la segunda de sus letras.
Sí, yo, Andrés Raya, cordobés de Fernán Núñez, de no sé cuantísimos años de edad, sano según los médicos al menos en lo que a mi cerebro afecta,
juro que con el FLAMENCO no acaban ni Rosalía ni sus palmeros flamencólicos.
Y lo digo a pesar de que a la señorita Rosalía Villa Toabella le entreguen toda suerte de trofeos y se vea regalada por los aplausos de numeros públicos de numerosos escenarios en numerosos países, incluída esta España viva, esta España muerta. Y, como entre aficionados al Flamenco estamos, también lo digo a pesar de que la defiendan y piropeen algunos de esos personajes, cuyo papel en el Flamenco nunca ha definido nadie, que hemos dado en llamar flamencólogos, aunque yo prefiero usar el término de flamencólicos que inauguró mi desaparecido amigo el cantaor Enrique Morente Cotelo en una entrevista concedida a Paco Almazán para la Revista Triunfo (28 de noviembre de 1970) de la cual, como prueba de lo que digo, les muestro un trocillo.
A todo esto, ustedes dirán que a qué viene esto en mi cuaderno de Memorias Flamencas. Lo aclaro: cuando pensábamos que la tal doña Rosalía, después de dos discos en los que invadió terrenos que le eran ajenos y nos echó a pelear a la afición sobre si se trataba de música flamenca o no lo era, le dio por cantar de to y en tos los laos, triunfando en toda suerte de plazas, algún ingenuo como yo creyó que se iba de nuestras lindes, que nos dejaba en paz escuchando lo que siempre hemos oído y esperamos hacer hasta que el Buen Dios nos llame a cuentas. Pero no ha sido así y la fiera (más que Lola Flores pienso yo) ha vuelto con un vídeo donde canturrea a su parchosa, pastosa y gangosa manera una suerte de tangos flamencos acompañada la guitarra por Joselito Acedo. El título es "Juro que" y el texto (cuyo autor no acabo de saber quién es), graciosillo y macarrilla, dice así:
Que ya lleva mi niño preso
más de cuatrocientos días,
lo tenía agarrao en la cama
al llegar la policía.
Ni un beso pude darle
de despedida y eso me arde.
Juro que, juro que, juro que, juro que
el tiempo que tú entres dentro
yo te esperaré.
Y en una carta te digo:
el primer día de permiso
lo vas a pasar conmigo.
Bolso Gucci, diamante y marfil,
que todito lo empeño
pa poderte sacar de ahí,
que si no sales tú, entro yo,
atraco un banco esta noche
y que me lleven a prisión.
Juro que, juro que, juro que...
¡Ojú, mi arma!, hasta los bolsos Gucci salen a relucir en este poemilla donde lo que no nos aclaran es por qué la policía tuvo que llevarse a "su niño". ¿Es esto válido?, ¿un poema así para flamenco donde estamos acostumbrados a preciosas coplas de amor, desamor, fiesta, madres, hospitales y cementerios? Pues sí, ¿por qué no? Hace cincuenta años el citado Paco Almazán le planteaba estas dudas a ese cantaor que conocemos como Manolo Caracol y éste se expresaba así (Triunfo, 8 de agosto de 1970)
Tangos, ¿de Cádiz, Jerez, Triana, Granada, Málaga, Linares, Badajoz?, ¿asociados a algún o algunos nombres propios? Más de un despistao ha publicado que son de La Repompa pero la verdad nos la regala uno de los flamencólicos que sirven de palmeros a la diva catalana. Lean lo que escribía en Facebook don Faustino Núñez Núñez, ese "hombre a una guitarra pegado" como le llama mi amigo Virgilio Márquez:
Perfecto, don Faustino, si bien se le ha colao al final lo de "¡Y no me pagan por esto eh!", que sin ser tan mal pensao como otros, enseguida nos trae a la memoria aquello de
Excusatio non petita, accusatio manifesta.
Cuentan que la susodicha cantatriz Rosalía fue alumna del gallego Núñez y de ahí viene su devoción hacia ella. Pero, ahora que hablo de devoción, tengo que citar a uno de los flamencólicos más flamencólico de todos los flamencólicos, ese viejo conocido mío que responde al nombre de don José Luis Ortiz Nuevo. Lleva años dedicándole piropos, comparándola hasta con Nuestra Señora Doña Pastora Pavón, preparando conferencias para decir poco menos que
Rosalía, ¿y tú me preguntas qué es el cante?, el cante eres tú,
emulando al gran Bécquer, que por algo al referido flamencólico lo llaman El Poeta. Lo suyo con Rosalía es casi enfermizo, es que la adora, la idolatra y yo creo que alguna que otra noche le dedica sus oraciones. Vean una de sus últimas boutades publicada (también en Facebook)
Pero, señor Ortiz, ¿nos está usted diciendo que Rosalía nos devuelve a la época de las rondeñas, jotillas, vitos, parrandas y seguidillas corraleras o bíblicas?, ¿se tendrá que vestir Rosalía a la manera en que lo hacen las gentes de las serranías malagueñas para formar sus pandas y cantar, y bailar vardiales? Después, ¿tendremos que esperar a un Planeta, una María Borrico, un Lázaro Quintana, un Antonio El Fillo, un Nitri?, ¿nacerá un Silverio que los juntará a todos y les dirá que sus gritos podían generar negocio?, ¿volverán músicos natos como El Mellizo y sus dos grandes discípulos Fosforito y Antonio Chacón? No sigo, don José Luis, sólo espero que despierte de ese sueño, de ese sopor al que voluntariamente se entrega y asuma la realidad. Le juro que con el Flamenco, ustedes no acaban.
Posdata: Si alguien hubiera por esos rincones que aún no haya oído los tangos de la cantatriz Rosalía, aquí están en su versión official.
Si en su número de fecha 23 de mayo de 1970, la revista Triunfo publicaba la entrevista realizada al cantaor Antonio Mairena por su colaborador Paco Almazán, el siguiente ocho de agosto añadía una segunda interviú, de igual firma, ahora con otro flamenco de postín: Manolo Caracol. Era casi de obligado cumplimiento después de las polémicas afirmaciones que el de Mairena había vertido sobre su compañero Caracol, de las que les hablé en otro artículo de mis memorias(1). Empieza el señor Manuel Ortega arremetiendo fuerte con el tema de las casas cantaoras sacado a colación por Mairena. Lean sus palabras:
M.C.- La casa de los Ortega es la única que se conoce. En las demás ha habido un "cantaor" o dos, pero no una rama. Yo no conozco ninguna otra casa, porque la casa de Alcalá no es ninguna casa. Los Torre han dado más y los Pavones también. Los Pavones han dado a Pastora, Tomás y Arturo; tres hermanos y ahí se acabó. Los Ortega hemos dado muchos "cantaores". Mi bisabuelo, que era Curro Dulce, que era el abuelo de mi padre, y por parte de mi madre "El Planeta", que era el inventor del polo y que fue el primer "cantaor" del mundo. O el que creó el polo, porque yo creo que los cantes no se hacen. Se hacen los roperos, las cómodas, los muebles; los cantes se crean. "El Planeta" fue más antiguo que "El Fillo", y de ahí dimanan ya los Ortega. "El Fillo" era Ortega, y fue el primer "cantaor" que tuvimos largo. "Cantaor" grande, "cantaor" grandioso era "El Fillo", y era de Triana. Hasta mí ha habido varios "cantaores". Ahora en este siglo XX el que más fama, pues, creo que he sido yo, por eso le digo que mi biografía la saben hasta los niños. Yo de lo que quiero hablarle es de los problemas actuales.
Recuerda sus comienzos cuando, tras ser uno de los ganadores del Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922 (él dice simplemente: ... cuando gané el premio...), viajó a Madrid y triunfó en la terraza del teatro Centro (después llamado Calderón)(2), reivindicando a continuación la importancia que para el flamenco ha tenido la plaza de Madrid. Pero, al hilo de esa su primera actuación en un teatro, Almazán lo provoca. Lean cómo y lean la respuesta.
F.A.- ¡Pero todo el mundo le acusa de eso precisamente. De haber llevado el cante a los teatros y haberlo cantado con orquesta, degradando así la pureza del flamenco! ¡No crea que eso le parece bueno a todo el mundo!
M.C.- ¿Que no es bueno? ¿Entonces, qué es bueno? Si ahora mismito el inventor de la penicilina, el doctor Fleming, no la esparce por el mundo entero, pues no se habrían curado los enfermos. Si el cante flamenco no lo llevo a que la gente lo guste y lo comprenda; o por lo menos que lo guste...
(...)
¡Se puede cantar a orquesta y se puede cantar con una gaita! ¡Con todo se puede cantar! Con una gaita, con un violín, con una flauta... El señor que tenga arte, tenga personalidad y sea un creador en cante gitano... ¡Ahí están mis zambras y mis cantes, que todos llevan raíces de flamenco puro, que no están fijados en una cosa pasajera!..., ¡pero si eso del cante puro ha surgido ahora, de hace diez años acá, donde los flamencólogos se han decidido a hablar de flamenco y de la pureza del flamenco! ¡Eso es un cuento! ¡Eso de la pureza del flamenco es un cuento! ¡El cantar flamenco y el hablar de que si el flamenco puro..., y lo mastica..., y lo paladea..., y lo saborea!... ¡Para él! ¡Eso no es cantar flamenco! Eso es un señor que está diciendo un sermón. El cante flamenco y el cante puro ni el que lo canta mismo lo sabe. Es un "cantaor" que ha nacido para cantar encima de él. Los demás son copiones. Esa es la razón por la que ahora no se crea y antes se creaba.
¡Qué a gusto debió de quedarse Caracol después de estas proclamas! Sigue y sigue, y, cuando Almazán le pregunta por los artistas que más le gustaron o influyeron cuando aún era un chaval, nos regala esto:
M.C.- Eran distintas formas. Llegarme..., Manuel Torre; gustarme, Chacón. Tomás Pavón me gustaba mucho, me llegaba mucho. Y una gran artista, "La Niña de los Peines", la mejor "cantaora" que ha dado madre. Era una "cantaora" que tenía todo, tenía altos y bajos. Y el "cantaor" que no tiene bajos, no vale para nada. Hay muchos "cantaores" de esta época que cantan de cabeza cantes que no han existido nunca y que no han conocido, y los llaman cantes de Alcalá, cantes del "patatero" y de Juan Perico. ¡Eso no vale nada! Eso ha sido como si dijéramos un aperitivo del cante flamenco. Se llama cantar, cantar y crear, que se llama torear y mandar, improvisando. ¡Eso es cantar!
(...)
Hoy hay menos "cantaores". Hoy, que yo sepa, de los que hay nuevos ahora me gusta "El Camarón", y de los antiguos, de los que quedan, me gusta Marchena, un creador en su estilo. Valderrama es un artista extraordinario. No es que me llegue a mí, pero es un gran artista y me gusta oírlo aunque no me llega. Estas muchachas de Utrera (Fernanda y Bernarda) son "cantaoras". Y de ellas han copiado muchos de los que están ahora en el truco. Los que están en el truco metiéndose con los artistas copian de ellas. Donde se ha cantado mejor del mundo es en Triana, Jerez y Cádiz. En Alcalá lo que hay son bizcotelas. Es lo que hay en Alcalá, bizcotelas y polvo de albero para las plazas de toros. Y entre los guitarristas, Sabicas y este muchacho Paco de Lucía, que toca muy bien la guitarra, aunque no llega al maestro. y Mario Escudero, éste que ha llegado de América. Y dentro de los gitanos tenemos a Melchor, a Ricardo, a este otro muchacho... Habichuela, Amaya... Manolo de Huelva está retirado, pero ese es un fenómeno, aunque ya tiene ochenta años. Y en el baile, después de Carmen Amaya, de esta época yo no conozco a nadie entre las "bailaoras"; ni esta época ni delante de Carmen Amaya; no conozco a nadie.
La entrevista es larga. Casi al final, el periodista le pregunta si el flamenco pierde con las letras nuevas que usan algunos cantaores jóvenes.
M.C.- Hombre, si las letras ven dentro del sentimiento del cante y del que está cantando, y son buenas... No se puede cantar por martinetes y decir que un pajarillo canta en un nido. Ahora, todo lo que sea de pena, de amor, de fragua, todo eso vale.
Ante lo cual, surge la pregunta final.
F.A.- ¿ La palabra avión la metería en un cante?
M.C.- Eso según se cante. Se puede meter por bulerías en un cante corto: "¡Ay!, me fui en un avión, me fui a La Habana"..., y ya está el avión metido. Pueden hacerse letras preciosas y ganar incluso a las antiguas; con más profundidad y con más poesía.
Recuerdo que en su día, esta entrevista, lo mismo que la anterior a Mairena, fueron muy comentadas en los ambientes de la afición madrileña de la capital, dieron lugar a largas polémicas y encendidas discusiones. Incluso fuera de Madrid. En las "cartas al director", la propia revista Triunfo publicó misivas provenientes de provincias diversas. Conservo copia de bastantes de ellas y puede que cualquier día me dé por rescatarlas de las telarañas.
(2) Obra en nuestro poder una nota de prensa que ratifica lo dicho por Caracol. Es de ABC de Madrid, lleva fecha del 9 de agosto de 1922 y el niño Caracol es nombrado ya como "rey del cante jondo".
Antes de que ustedes empiecen a leerme, les invito a que repasen mi artículo ¡OLÉ! EL CANTE FLAMENCO EN LA UNIVERSIDAD. En él habrán visto un recorte con ese título aparecido en la revista Discóbolo, dedicada a temas musicales, de fecha 14 de febrero de 1970. Justo un mes después, y con firma de su director Antonio Gómez se vuelve al tema flamenco:
¡Vaya!, dirán ustedes, ¿y qué hace el nombre de Andrés Raya junto a gentes tan ilustres? Bueno, ya se sabe que en aquella época tanto José Menese como Enrique Morente estaban en el apogeo de su irrupción en el mundo universitario, a la vez que conquistaron la simpatía de la progresía madrileña, ganando nuevos adeptos para el flamenco en gentes carentes de toda afición previa. Menese y Morente se hicieron, como se dice ahora, sus referentes. Entonces, al bueno de Antonio Gómez se le ocurre entrevistarlos junto a otras personas allegados a ellos. Pero, ¡cuidado!, se hizo siguiendo el viejo dicho de "juntos, pero no revueltos". Se hicieron dos entrevistas: en una estaban José Menese, Francisco Moreno Galván y José Manuel Caballero Bonald, terna que constituía la más fiel muestra de la ortodoxia tanto flamenca como izquierdista
En el otro grupo, junto a Enrique Morente, estaba el guitarrista Perico el del Lunar compañero suyo en el tablao Zambra, el periodista Paco Almazán de la revista Triunfo y un viejo (aunque joven en edad) aficionado traído de las campiñas cordobesas, o sea, este servidor de ustedes. Esta entrevista se hizo en mi vivienda de entonces, la nombrada muchas veces en este blog como La Hermandad, y en ella Antonio Gómez tomó la foto que pongo a la derecha.
Muy a la manera de la flamencología imperante, la de Ricardo Molina y Antonio Mairena, Antonio Gómez empezaba así su trabajo:
Durante muchos años, el flamenco ha permanecido oculto, encerrado en mismo, confundido y adulterado, alimentado por un grupo de entendidos y refugiado en tabernas, barrios y cuevas. Estos antecedentes, y la existencia de un flamenco amanerado y falso, han contribuido a ir creando una extraña mitología del arte gitano,imagen que ahora, gracias a la gran actividad clarificadora de cantaores jóvenes, está desapareciendo.
Más abajo, indicaba las cuestiones planteadas a los entrevistados:
1) ¿A qué creen que se debe el interés que en las universidades se está sintiendo desde hace algún tiempo por el flamenco? 2) ¿Es el arte flamenco un arte muerto o tiene vitalidad suficiente para evolucionar? 3) ¿En qué sentido se debe dar o se está dando esa evolución?
Para los que tengan dificultades al leer estos recortes (por lo que pido disculpas ya que no domino bien las adecuadas técnicas), les transcribo algunas inter:venciones:
CABALLERO BONALD: Yo creo que el interés se ha trasladado de los "señoritos" a los universitarios, gracias a un interés sociológico; hay un gran interés por calar en la humanidad del cante flamenco, y este interés lo tienen los universitarios y ciertos sectores de la juventud en general.
MORENO GALVÁN: Han evolucionado ya las formas musicales; basta coger un disco antiguo para darse cuenta. Ya no se toca igual la guitarra, ni se canta igual; lo que no ha evolucionado, son las ideas de expresión, lo que se dice.
JOSÉ MENESE: En un tablao va la gente a divertirse después de cenar estupendamente. Y si se callan, como ocurre en algunos colmaos, es porque la direccción lo exige. En la universidad hay un gran respeto, una gran atención; están pendientes de lo que dices y de cómo lo dices; aunque no entiendan tanto, tienen deseos de entender.
PEDRO EL DEL LUNAR: Efectivamente tiene que evolucionar, pero hasta ahora yo no creo que lo haya hecho. Se han venido recuperando cosas viejas, pero no se ha creado nada.
FRANCISCO ALMAZÁN: El acercamiento de Lorca y Falla, entre otros, era meramente estético; yo diría que era más bien un acercamiento al arte, pero un alejamiento a la realidad que lo sustentaba. Ahora es al contrario. Interesa tanto como las formas del arte, la realidad que hay detrás de él. Ahora bien, para que el universitario sienta como algo suyo el flamenco -cosa muy importante-, es necesario que pase por todo lo que ha pasado el pueblo andaluz, que alcance la humanidad del hombre andaluz y, sólo situándose en el mismo plano, podrá comprenderlo.
ENRIQUE MORENTE: Es verdad que el flamenco se expresa siempre en el yo: "a mí me pasa esto", "yo sufro así". Ahora bien, lo que pasa es que en estas cosas que cuenta una persona puede interesar también a muchas otras y convertirse en un canto colectivo. Por ejemplo, si uno se queja de sus amores desgraciaos, al de enfrente le pasa lo mismo.
ANDRÉS RAYA: Hay una cosa fundamental para que el público joven mantenga su interés por el flamenco. Y es que sepa reflejar la situación del momento. Durante estos años pasados, grandes cantaores que sabían muy bien lo que hacían se ha dedicado a recuperar todo lo que se había pedido en las adulteraciones sucesivas de muchos años: ritmos, estilos, etc. Ahora yo creo que ya está todo recuperado y el flamenco no puede quedarse ahí; tiene que evolucionar, saber estar a la altura de las circunstancias.
Con mucha frecuencia suelo citar el bar Casa Gayango que regentaba mi amigo Carlos Aldana. Calle Núñez de Arce, muy cerquita de la Plaza de Santa Ana, era el lugar donde todas las tardes-noches solía aparecer don José Núñez Meléndez, Pepe el de la Matrona. Tanto que él decía que aquella era su oficina. Tenía un sótano pequeño donde, cuando venía a cuento y después del cierre "oficial" del local, Pepe se bajaba con el tocaor Manolo El Sevillano a charlar con la tertulia que fuera e incluso a marcarse algún cantecito (Les invito, por ejemplo, a que relean esta entrada mía).
Ayer, les comentaba yo las declaraciones de Antonio Mairena al periodista Paco Almazán en las que hacía unas desafortunadas alusiones al viejo Matrona. A raíz de ellas me vino a la memoria una foto de ese mismo año (1970) realizada en el referido sótano. Vean, vean...
Pepe el de la Matrona, Enrique Morente, Paco Almazán, Juanito Martínez (un dibujante sevillano que vivía de hacer caricaturas a los clientes de locales como el de Gayango, Garipén y otros), Payo Humberto y su madre (una señora holandesa que alquilaba habitaciones a emigrantes españoles, los cuales ponían sus discos de flamenco y fueron el germen de la afición del entonces niño Humberto).
Año 1970. Antonio Mairena se encontraba en el cenit de su carrera: número uno en asistencia a festivales, número uno en los cachés económicos que manejaba el sevillano Jesús A. Pulpón, número uno en reconocimiento..., no en balde portaba su Llave de Oro del Cante. Con una discografía extensa, no paraba de grabar nuevos discos. En 1969 había aparecido Honores a la Niña de los Peinesy con el nuevo año nos trajo Mis recuerdos de Manuel Torreal que siguió La fragua de los Mairena.
Con motivo de la publicación del citado disco sobre Manuel Torre, Paco Almazán, ya reconocido como experto para temas flamencos de la revista Triunfo, hizo una entrevista a nuestro cantaor. Se publicó en el número 416 de dicho semanario, con fecha del 23 de mayo de 1970, si bien debemos aclarar que Triunfo ponía como fecha el sábado de cada semana aunque en los quioscos ya estaba desde el lunes inmediato anterior, en este caso desde el día 18 del mismo mes y año (Más adelante comprenderán por qué matizo lo de las fechas). Recomiendo su lectura íntegra a todo buen aficionado. No sé poner el enlace pero es fácilmente localizable escribiendo en Google "Francisco Almazán, Triunfo". Os aparecen todos sus artículos y ahora buscáis el de la fecha 25-05-1970. Por mi parte me voy a detener en dos de las respuestas de Mairena.
1) Sobre las casas cantaoras
A.M.- Bueno, Joaquín el de la Paula fue un genio, pero su hijo, el pobrecito... Se dan estos casos. En el disco que va a salir de La Fragua de los Mairena hace un par de cantes mi hermano, y digo yo que las casas de cante se han hecho, porque la casa de los Pavones -Pastora, Arturo y Tomás, que eran tres genios en el cante- sus padres no cantaban; la casa de Manuel Torre..., sus padres no cantaban. Y así se han fundao las casas de cante: de los Pavones, de los Paula, el cante de la casa de los Torre. Al hablarse de Mairenismo ya se ha creado una personalidad, un estilo. Por eso digo que las casas de cante se crean.
2) Su alusión a dos compañeros de profesión
A. M.- Hace unos días se publicó en "ABC" , de Sevilla, un reportaje de cuatro páginas a un señor que no sé si llamarle cantaor de flamenco o medio cantaor de flamenco, o folclorista, en el que se dicen una serie de barbaridades para el verdadero entendido. Luego he visto en los escaparates "Tesoros del flamenco antiguo" que los ha hecho un amigo mío, que cuando los grandes cafés cantantes, en la época de Antonio Chacón y Manuel Torre, este hombre no cantaba nada. Y la gente que anda buscando cosas antiguas, como este señor sabe algunas rutinas... El otro señor de "ABC" ha dicho que él es el que ha dignificado el cante, porque lo subió a los teatros. No se puede destruir como si pasara una máquina apisonadora que lo va demoliendo todo, y artistas de una tierra hacerles perder el aire personal, hacerles un lavao y ser una especie de artistas "standard". Este señor no ha hecho más que a los jóvenes, desde Utrera pa Cádiz, hacerles un lavao de cerebro y que se olviden de todos los valores, de todo el manantial, que tiene una riqueza indiscutible, por lo menos para mí, y convertir a toda la juventud en voces que todas suenan igual y tienen el mismo ritmo. Y se han olvidado de cómo era el aire de Cádiz, de Jerez, el por qué de la isla de San Fernando, de Utrera... Y este señor dice eso y tiene el cinismo de que él no suena ni a Cádiz. ni a Triana, ni a Jerez, y yo digo que, desgraciadamente, no suena a nada de eso. Es un virus para los nuevos valores peligrosísimo; un virus que puede causar la muerte de muchos cantaores. Ahora hemos llegao a un punto clave, porque yo no me voy hacer eterno y Pastora ya murió.
¡Vaya por Dios! ¿Pues, no que resulta que ese "medio cantaor de flamenco, o folclorista" es nada más y nada menos que Manolo Caracol? Efectivamente el día 20 de marzo de 1970 el diario ABC de Sevilla había dedicado a Caracol un reportaje de cuatro páginas con firma de José Antonio Blázquez. También está accesible en la redes sin más que consultar la hemeroteca de ABC. ¿Por qué les decía yo antes que la revista Triunfo salió a la venta el día 18 de mayo? Pues porque cuatro días después, 22 de mayo de 1970, se celebraba el tan nombrado "Homenaje a Juan Talega" para el que estaba anunciada la presencia del guitarrista Melchor de Marchena, presencia que al final no se produjo. Resulta que Melchor estaba en nómina de Caracol, trabajaba en su tablao Los Canasteros y, aunque el patrón solía ser flexible con el de Marchena cada vez que éste necesitaba ausentarse, esa noche, indignado por las recién publicadas frases de Mairena, le prohibió moverse del local (A esta ausencia ya me referí en una entrada anterior). Unos meses después el propio Francisco Almazán entrevistaba a Caracol, quien daba cumplida respuesta a las citas de Mairena que me he permitido transcribir. De ello hablaremos otro día en nuestro blog.
"Tesoros del flamenco antiguo", ¿de quíén podían ser sino del veterano Pepe el de la Matrona? Dice Mairena "la gente que anda buscando cosas antiguas, como este señor sabe algunas rutinas..." ¡Qué injusto fue usted, don Antonio! Porque va a resultar que, entre las gentes que visitaban al Matrona en su sede del bar Casa Gayango para sonsacarle cosas antiguas, había un señor, que acudía con frecuencia, llamado Antonio Cruz García, nacido en Mairena del Alcor. Así nos lo había contado muchas veces Pepe y así nos lo confirmaba Carlos Aldana, dueño del citado bar. A Pepe aquello le dolió pero, aunque Almazán lo invitó a contestarle, el viejo, al contrario que Caracol, optó por el silencio.
Los años sesenta y setenta del pasado siglo fueron los de apogeo para los llamados Festivales Flamencos. Los de Mairena del Alcor, Morón, Utrera o Lebrija, fueron pioneros y sin duda los más importantes de ellos. Con nombres muy gastronómicos. Por ejemplo, el de Morón se conocía como "El Gazpacho" . Pues he aquí que en la noche del 24 de agosto de 1969 se celebró su VII edición, esta vez en homenaje al cantaor Antonio Mairena. De esa noche es esta foto,
una auténtica joya donde podemos ver a Antonio Mairena, Manuel Mairena, Enrique Morente, Camarón de la Isla, José Menese y Chocolate.
Algunos festivales fueron criticados por no estar dirigidos al público popular y, por el contrario, acabar convertidos en eventos sociales para lucimiento de las burguesías locales. Uno de ellos debió de ser este de Morón, según nos narraba unas semanas después Francisco Almazán en la revista Triunfo:
El gazpacho, ofrecido por el Excelentísimo Ayuntamiento en homenaje al maestro Antonio Mairena, costaba alrededor de los sesenta duros. por lo que en esta ocasión aquello de que el trabajador andaluz "con un gazpachito...". Bueno, pues esta vez ni eso. El pueblo, el creador del cante, se quedó en la Alameda contemplando desde los setos a los dones, doñas, señoritos y señoritas, todos de punta en blanco. Entre focos verdes, rojos y amarillos, ir y venir de los camareros y una conversación de mil diablos, era insufrible contemplar cómo nuestros depositarios del cante -de procedencia herreros, zapateros, canasteros- se esforzaban por hacerse escuchar, por lograr la comunicación, por gritar su verdad entre aquel público encopetado del Círculo Mercantil.
Así debió de ser. Otro escritor, en este caso el gaditano-sevillano Manuel Barrios acudió para hacer la crónica para el diario ABC y cuando la publicó principiaba con estas palabras:
Así no hay manera de ser objetivo, compañero; con estos amigos de Morón colmándonos de atenciones, por delante la mano abierta del afecto sincero y la sonrisa de la cordialidad. Así no hay manera , pero invoquemos la ayuda de San Marcos, patrón de los notarios, para dar fe de lo que pasa en este VII Gazpacho que cierra el ciclo de los buenos festivales flamencos en la provincia
Sigue comentando las actuaciones de Fernandillo de Morón y de Luis Caballero. El siguiente es el cantaor de Granada y Barrios se despacha con este párrafo:
¿Sabes. compañero, lo que ha dicho José Blas Vega? Que Morente cuenta con las condiciones necesarias para lograr las más difíciles empresas: magnífica voz, con potencia y equilibrio para dominar agudos y graves. Debe de ser verdad, pero en Morón le canta otro gallo a Morente. ¿Qué haces muchacho? Mira que has empezado con malagueñas y las estás ligando con una especie de granaína. ¿Unas seguiriyas ahora? Pues sí: "A canelita y clavo". Cuidado, Enrique, que están aquí los Mairena, y Chocolate, y Menese... No alargues tanto el tercio que se te escapa. ¿No lo dije...?
¡Cómo me hubiera gustado estar presente para oír lo que realmente Morente hiciera por malagueñas! ¿Ignoraba Manuel Barrios que la frontera entre malagueñas y granadinas es a veces prácticamente inapreciable? En cuanto a las seguiriyas, ¿por qué había de temerle nuestro cantaor a la presencia de los Mairena o Chocolate y, mucho menos, a la de Menese? Un año después, en el homenaje a Juan Talega celebrado en Madrid, delante de cantaores como los tres Mairena, Fernanda, Rafael Romero, Juan Varea, Lebrijano, Camarón y también Menese, Enrique hizo unas seguiriyas que fueron de lo más aplaudido de la noche. Sin duda Barrios se equivocó, sufrió esa noche un ataque de "sevillanitis aguda". Han pasado muchos años y el tiempo le ha dado la razón a las palabras de Blas Vega que Barrios cita.
El título no es mío sino de un recorte de prensa del semanario "Discóbolo" de fecha 14 de febrero de 1970. En esta publicación madrileña se decía que
En el corto espacio de quince días se han dado en la Universidad de Madrid seis recitales de cante Flamenco, Los cantantes que los han hecho han sido José Menese y Enrique Morente a razón de tres cada uno de ellos.
El mismo día, Paco Almazán se refería también a estos recitales en la revista Triunfo. Nos concreta que los de Menese fueron en la Escuela de Ingenieros Industriales, en el Club de Amigos de la Unesco y en el C. M. Isabel de España. Los de Morente se celebraron en los Colegios Mayores San Juan Evangelista, Alfonso el Sabio e Isabel de España. Así fue y servidor de ustedes asistió a varios de ellos e incluso tuvo algo de protagonismo en un par de ellos.
No recuerdo como surgió la propuesta de que Morente cantara en el San Juan, donde a finales de 1969 ya estuvo en una Tertulia. Como quiera que fuere, Enrique me pidió que yo actuara de presentador a lo cual accedí muy gustosamente. Pero hubo problemas: cuestiones familiares me reclamaron en mi Fernán Núñez natal para esas mismas fechas. Se me ocurrió (¡bendita ocurrencia!) sobre la marcha pedirle a José Luis Ortiz Nuevo que me sustituyese. Se lo comuniqué a Morente advirtiéndole de que el acto ganaría con ese cambio. Les estoy hablando de la primera vez en toda su vida en que el Poeta de Archidona iba a hablar en público sobre temas flamencos. Llegó a redactar un texto, que no logro encontrar en mi archivo pero no pierdo la esperanza de hallarlo, también ópera prima de quien luego tantísimo ha escrito sobre flamenco. A mi vuelta a Madrid mis amigos de La Hermandad me contaban que el recital, incluida la presentación de Ortiz, había sido todo un éxito. Dos parejas de artistas: el veterano Juan Varea acompañado por Perico el del Lunar (Hijo) y Enrique Morente con la guitarra del holandés Humberto el Paíllo. Dejo para otra ocasión el hablarles del otro recital en el que tuve parte y lo hago invitándoles a que ustedes disfruten de una petenera a la manera de La Niña de los Peines grabada por Varea y Perico en 1971.
Ya en otra ocasión (30 de junio de 2011) cedí mi palabra al buen amigo Humberto Wilkes, guitarrista holandés conocido como Payo Humberto, hoy establecido en los Estados Unidos. Desde allí nos manda vídeos y hoy quiero que ustedes vean uno. Va referido a la época de La Hermandad y el primer acercamiento de Morente a la Universidad. También toca Humberto el tema de los cantes de protesta, sobre el cual yo me extenderé otro día. Disfruten, sobre todo con el cante final que nuestro amigo nos trae en la voz de Enrique.
En el curso 1969-1970 yo vivía en Madrid. Allí me había hecho amigo de Paco Almazán, que escribía sobre flamenco en la revista "Triunfo". Cuando llegó la Semana Santa yo me vine para mi Fernán Núñez natal. La mañana del Jueves Santo me telefonea Almazán y me dice que está en Córdoba y que quería conocer Baena y Puente Genil. Acompañado otros amigos míos, lo recogimos y nos fuimos en mi coche para Baena donde, como es sabido, se desarrolla una de las Semanas Santas más singulares de toda Andalucía. Apuramos hasta la noche, dormitamos unas horas en el mismo coche y nos encaminamos a Puente Genil. Había que llegar con tiempo para ver salir al Nazareno del Calvario y oír la famosa diana. Así fue y ya con la procesión en la calle propuse que nos fuésemos a buscar la taberna de los "Amigos del Cante".
Cuando llegamos aún estaba cerrada pero, después de aporrear varias veces en la puerta, aparece su dueño el cantaor Pedro Lavado, a quien yo conocía y había tratado desde años atrás, y que ya ha aparecido en otros artículos de este blog. Hechas las presentaciones, Pedro nos desayunó a base de cafés y copas de aguardiente, con algún dulce propio de la época. Charlábamos mientras que hacíamos tiempo hasta que el Nazareno y su Virgen pasaran por su calle. Salió a saludarnos su esposa y nos dijo que estaba atendiendo a los niños. También que estaba preparada para cantar alguna saeta. Cercanas ya las imágenes, nosotros nos salimos a la calle para coger sitio en la acera. Al poco, en su balcón, aparece el matrimonio y su numerosa prole.
La lluvia, que llevaba acechando toda la mañana, hizo acto de presencia. A pesar de ello, cantó Pedro y cantó su mujer, estupenda saetera. ¡Qué pena que no llevábamos ningún magnetofón! Sólo una máquina fotográfica que, pese a los paraguas, permitió captar a Pedro Lavado cantándole a la Virgen. Hace, ahora, cuarenta y dos años. Sirva este articulillo como homenaje y recuerdo del cantaor de la Puente.
Francisco Almazán Marcos (Paco Almazán), maestro de titulación y profesión, irrumpió en la revista Triunfo con un importante artículo (El cante del pueblo) publicado el 11 de septiembre de 1969. Lo prolongó a la semana siguiente y en esta segunda entrega reunió a diez cantaores (cinco gitanos, cinco no gitanos) a los que sometió a tres preguntas. Las respuestas a la primera (¿Qué es el cante?) las publicamos el pasado día 1 de este mes. El día 7, les dimos las contestaciones a la segunda pregunta (¿Quien puede cantar flamenco?). Ésta era la tercera:
¿Es que hay un cante gitano y un cante andaluz no gitano? De ser así, ¿produce más emoción, tiene más valor artístico uno que otro?
Lean lo que dijeron los diez artistas:
Pepe el de la Matrona: Todo esto es Juan y Manuela. Lo que hace falta es corazón y saber cantar. Ha habido muchos gitanos que han dejado cosas en la historia del cante; pero todos, no. Como ha habido andaluces que también han dejado cosas; pero no todos. Hay quien canta bien y quien canta mal.
Bernardo el de los Lobitos: Diga usted que le pasó a Lobito lo siguiente: "Estaba cantando él con un gitano y éste dijo <¡Hay que cantar gitano!> y uno que estaba delante, contestó: <¿Qué es eso de cantar gitano? Yo sé de cantar bien y cantar mal. A ver, que me digan a mí cuál es cantar gitano. ¿Gritar?... Eso no es cantar. Ahora, todo tiene su momento.>"
Francisco Mairena: El gitano canta una cosa y el payo no la canta como el gitano. Los cantes de Levante... ¿Qué quiere que le diga? Esos cantes mineros también se imponen, pero con otro sentir.
Manolo Caracol: No hay cante payo ni gitano. Hay quien tiene "pellizco" y quien no lo tiene.
Antonio Mairena: (No disponemos de esta respuesta, pero Antonio Mairena es coautor, con R. Molina, de un libro, "Mundo y formas del cante", en el que la cuestión queda expuesta. De todas las maneras, es conocida su postura en defensa de lo suyo.)
Rafael Romero: Los dos pueden cantar bien; pero se dan más casos entre los gitanos.
Juan Barea: Puede producir la misma emoción uno que otro, si Dios se lo ha dado, porque es cosa de naturaleza. Mayoría en los gitanos en esa forma de sentir, yo creo que sí. Desde que nacen, en sus casas y familias, empiezan a tocar las palmas. Otros tienen otras costumbres y al que le gusta interpretar quizá tenga más dificultad.
Antonio Núñez "Chocolate": A los payos..., cómo diría yo, Dios les ha dau cultura. Hacen así, tres por cuatro, y a la Luna. En cambio a nosotros Dios nos ha dau esta cosita del cante...
Enrique Morente: Generalmente, los gitanos; pero eso no quita que se den casos de artistas que penetren tanto como el gitano o más. En otra forma de sentir, en otra raza, claro.
José Menese: El cante si no suena a gitano ya se puede tirar por el tajo de Ronda. Con una particularidad, que hay payos que les gustan a los payos. Hace falta sonar y usted va a verlo esta noche.
Tal cual publiqué el día 1 de agosto, en otoño de 1969, Paco Almazán había formulado la pregunta ¿Qué es el cante? a diez insignes flamencos de la época, respuestas que aparecieron en la revista Triunfo el 18-10-1969. Les había hecho otras. Por ejemplo ésta:
¿Quién puede cantar flamenco? ¿Un gallego, un gitano, un andaluz payo, un pobre, un rico?
Lean lo que dijeron nuestros artistas.
Pepe el de la Matrona: Todo el que no sea mudo ni sordo. La muñeira no la puede cantar un andaluz. Los vascos tienen un privilegio para los coros. La ópera italiana está escrita, pero el flamenco no tiene música escrita. Los andaluces sólo tenemos en la cabeza la música que nos metió en la cabeza la madre que nos trajo al mundo.
Bernardo el de los Lobitos: El que nace con ello. ¿Un gallego?... Yo he oído a un moro en Tetuán.
Francisco Mairena: El andaluz lo siente más que cualquier otro.
Manolo Caracol: Todo el que tenga condiciones, corazón. O a lo mejor nace cantando.
Antonio Mairena: (No tenemos respuesta, pero su magisterio sobre Menese parece confirmar que, además de los gitanos, puede cantar un payo que tenga intención de sonar a gitano.)
Rafael Romero: Cualquier persona de cualquier rinconcito de Andalucía. Juan Barea es el único caso de los cantaores. El baile y la guitarra ya es otra cosa. Ahí tienes a Sabicas, Montoya, Trini Borrull.
Juan Barea: Primero hay que tener esa manera de sentir y una afición desmedida. Aprendes una cosa que luego ves que estabas equivocado. Hay que empezar de nuevo muchas veces.
Antonio Núñez "Chocolate": Tos semos personas humanas, lo mismo arriba que abajo. ¡A ver, al que le dan un mando se crece!
Enrique Morente: Los gitanos y los andaluces. Y excepcionalmente otros que tienen que ir a Andalucía a vivirla. Como el caso de Barea.
José Menese: El flamenco ha salido de los pobres indudablemente.
En otoño de 1969, Paco Almazán formulaba la pregunta ¿Qué es el cante? a diez insignes flamencos de la época. He aquí, según se publicó en la revista Triunfo el 18-10-1969, lo que respondieron.
José Núñez Meléndez. Sevilla, 04-07-1887. Madrid, 1980
Pepe el de la Matrona: Un desahogo del alma que se debe a dos emociones: una de tristeza y otra de alegría. ¿Quién suspira más que un cautivo?
José Bernardo Alvarez Pérez. Alcalá de Guadaira (Sevilla), 06-01-1987. Madrid, 30-11-1969.
Bernardo el de los Lobitos: Una grandeza, y el que no tiene dónde cantar va cantando bajito por la calle.
Francisco Cruz García. Mairena del Alcor (Sevilla), 01-02-1914. Mairena del Alcor (Sevilla), 01-1993.
Curro Mairena: El cante es para mí lo máximo.
Manuel Ortega Juárez. Sevilla, 09-07-1909. Madrid, 24-02-1973.
Manolo Caracol: Mi vida.
Antonio Cruz García. Mairena del Alcor (Sevilla), 07-09-1909. Sevilla, 05-09-1983.
Antonio Mairena: El cante es una solera, un arte grande, como la pintura, la música y la escultura.
Rafael Romero Romero. Andújar (Jaen), 09-10-1910. Madrid, 04-01-1991.
Rafael Romero: Una de las artes más difíciles, porque se pueden contar con los dedos los que saben la profesión.
Juan Varea Segura. Burriana (Castellón), 08-11-1915. Madrid, 08-11-1985.
Juan Varea: El cante es casi mi vida. Me gusta desde pequeño. Yo qué le voy a hacer... Ahora, el cante no es para divertirse. Es un mundo pequeño, pero un mundo.
Antonio Núñez Montoya. Jerez de la Frontera (Cádiz), 04-05-1930. Sevilla, 20-07-2005.
Chocolate: Mi vida, el día que yo no cantara sería la pena más grande que yo tendría.
Enrique Morente: La forma de expresar lo que siento, lo que lleva uno dentro desde la niñez.
José Menese Scott. Puebla de Cazalla (Sevilla), 1942.
José Menese: Mi vida.
Es curioso que Caracol y Menese (el único afortunamente vivo de los diez) dieran igual y totalizadora respuesta: "Mi vida". Varea, modesto como lo fue en persona, pone un "casi", pero se luce con su fatalista "Me gusta desde pequeño, yo qué le voy a hacer". Todas elocuentes, pero para mí la más bella, la más auténticamente flamenca, fue la de Bernardo al decir "y el que no tiene dónde cantar va cantando bajito por la calle". ¡Ahí queda eso!