Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

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sábado, 14 de enero de 2017

1922, CANTE JONDO en la trianera noche de Santa Ana

Acababa de celebrarse el tan trillado (aunque, a pesar de ello, no explorado del todo ni analizado a fondo) Concurso de Cante Jondo (Granada, junio de 1922), y ya se hablaba de organizar otros similares en otras ciudades. En alguna parte recuerdo haber leído que Sevilla era una de ellas, pero jamás nadie me informó de que así fuera. Sin embargo, trasteando y trasteando por las modernas hemerotecas virtuales, me topo con dos noticias de igual fecha (26 de julio de 1922) que hablan de un concurso de cante jondo nada más y nada menos que en Triana y, para más énfasis, a celebrar (y celebrado) en su mágica Velá de Santa Ana.

Decir Triana nos lleva a pensar de inmediato en una de las cunas de lo jondo, decir Santa Ana nos sitúa en ese día señalaíto de sabor tan flamenco. Antes de leer la prensa, si a mí (si a cualquiera) me hablan de que hubo tal evento, de seguro que me pongo (se pondría) a pensar que allí en aquella noche se debió de juntar la crème de la crème de nuestro arte y se debieron de escuchar toda suerte de martinetes, seguirillas y soleares. Pero no, no nos pongamos a soñar y simplemente leamos:

Así de escueto fue El Diario de Córdoba. No mucho más extensa fue la redacción de El Noticiero Gaditano que, después de decirnos que asistieron al acto los Infantes don Carlos y doña Luisa, nos deja una coletilla que definitivamente arroja nuestro gozo a un jondo pozo.



Addenda: La generosidad y el buen hacer de algunos expertos en cosas flamencas me permiten ampliar este artículo que, como me señaló una amiga, nos dejó con la miel en los labios.





1) El gaditano Javier Osuna García nos recuerda que en la Tacita de Plata ya hubo un concurso en 1903, mucho antes de la madre de todos los concursos (la expresión es mía) que fue el de Granada, año 1922. Se celebró en el barrio de San Severiano y Javier lo dejó bien reseñado en su blog
También nos comunica que el 18 de junio de 1922, días después del concurso granadino, Alvaro Picardo, amigo de Manuel de Falla, organizó un conciertoo en la gaditana Academia Santa Cecilia. Actuaron Antonio y Enrique, hijos de Enrique El Mellizo y se cantaron seguiriyas, soleares... El propio Javier nos mandó el adjunto recorte de prensa.





2) Desde Bruselas el sevillano Alberto Rodríguez Peñafuerte nos notifica que en el mismo mes de junio de 1922 se celebró un concurso en Sevilla, concretamente en la Plaza de San Juan de la Palma. No da más detalles, pero sí nos adjunta una foto del evento. 



3) El moronense Luis Javier Vázquez Morilla nos dice que en su libro sobre El Tenazas(*) hay información.  En efecto, entre las páginas 129 y 130 se nos informa de dos cosas. El acto en la Plaza de San Juan de la Palma fue una función estival anunciada como concurso sólo por motivos publicitarios; esa noche actuaron el Niño Medina, El Coca, El Cojo Pomares y Manuel Centeno, lo que no está mal del todo... La otra noticia ya engarza con el motivo original de mi artículo: el concurso celebrado la Velá de Santa Ana; nos dice Luis:


(...) las 100 pesetas del primer premio por siguiriyas fueron a parar a manos de la niña Pastora Moreno, en tanto que los 50 de las malagueñas se las llevó el "Negri" de Camas. El de soleares quedó desierto, distribuyéndose el premio entre varios de los concursantes entre ellos la "Perla de Triana".

El recorte de más arriba, cedido por Luis Javier, es del periódico La Unión de Sevilla. Señalo, para acabar, que no aparece ningún nombre, que yo sepa, que haya pasado a la historia del Cante si hacemos excepción de la estupenda cantaora Antonia Morales Jiménez Perla de Triana (Sevilla, 1897-1972).


(*) Luis Javier Vázquez Morilla,, EL TENAZAS DE MORÓN, Eso es cantar por derecho, Edición del autor, Sevilla, 2015.

miércoles, 20 de enero de 2016

BARBADIYO y OLIVO no se enteran de ná.

Situémosnos en Morón de la Frontera, ciudad en la que nació un legendario cantaor...



1) Un baile de apellidos

La primera vez que yo supe algo acerca de la muerte del cantaor Diego Bermúdez Cala, El Tenazas, fue leyendo un trabajo del crítico de flamenco Manuel Martín Martín en la revista Sevilla Flamenca, número 29, enero-febrero de 1984. Allí se mostraba una certificación del acta de defunción del cantaor de Morón la cual ya fue publicada en este blog como pueden comprobar usando el siguiente enlace. Nos encontramos en ella con un posible error al poner el segundo apellido del difunto:
Diego Bermúdez Palos en lugar de Diego Bermúdez Cala.
Recientemente se ha publicado una biografía del ganador del Concurso de Cante Jondo celebrado en Granada en 1922 de la que ya dimos cuenta en este cuaderno el pasado 17 de diciembre. En la página 185 del libro aparece una fotografía del acta manuscrita (no certificación de la misma como nos mostró Martín Martín) y volvemos a encontrarnos el mismo error en el segundo de los apellidos.
Aunque este detalle lo desconozca a día de hoy (porque nos consta que aún no ha leído el libro) un curioso personaje, llamado José Manuel Martín-Barbadillo y Arellano, Vizconde de Casa González, ya se ha lanzado al ruedo en un foro de pretencioso nombre (El Flamenco y su Cultura) y escribe lo que pueden ustedes leer aquí. Pues sí, señor vizconde, se ve que usted conocía lo de Martín. Efectivamente, así consta en ambos documentos, pero claramente se puede demostrar que se trató de un simple error de transcripción. En el mismo artículo en Sevilla Flamenca, el autor astigitano incluyó copia de otro documento que usted parece que no leyó. Se trata de la relación de difuntos en el hospital de las religiosas que asistieron a Diego hasta su muerte. En ella aparece, en las mismas fechas que el acta de defunción, con sus apellidos correctos e indicando su condición de "cantaor". Vuelva usted a leer a Martín Martín y se convencerá.  


2) Un desliz de quien no suele leer libros

Cuando yo publiqué mi comentario sobre la biografía de El Tenazas, decía que su autor, Luis Javier Vázquez Morrilla, no hacía juicios de valor en el libro sino que, por el contrario basaba todas sus afirmaciones en citas debidamente contrastadas. Pues ná, que ese espontáneo de la flamencología, llamado Tomás Sáinz pero conocido como El Olivo (coordinador por cierto del citado foro El Flamenco y su Cultura), no está de acuerdo conmigo. Lean ustedes esto y verán como este Olivo piensa que el subtítulo
"Eso es cantar por derecho"
del libro es pura opinión personal del autor. Pero va a resultar que no. En la página 14 del libro, primera en que Vázquez Morilla escribe en primera persona, nos aclara el origen de esa frase, atribuida al cantaor don Antonio Chacón. Más adelante (página 95 del libro) se transcribe una entrevista que realizó Rafael Gómez Montero en 1977 al guitarrista Andrés Segovia. El concertista linarense cuenta su reeencuentro con Diego Bermúdez y como, después de oírle cantar unas seguiriyas y preguntar a Chacón su opinión, éste le respondió tajante
"Eso es cantar por derecho".
¿Ve usted, Olivo, la diferencia que hay entre leer un libro y agarrarse a una frase suelta?  


Aclaración a pie de página: Alguna vez se me puede deslizar alguna falta de ortografía, pero no es el caso de hoy cuando en el título de este artículo he puesto BARBADIYO en lugar de BARBADILLO. Es una ironía que me he permitido porque él escribe mi apellido como RALLA y no como RAYA que sería lo correcto. 

jueves, 17 de diciembre de 2015

EL TENAZAS DE MORÓN. Mi enhorabuena a Vázquez Morilla

Las deficiencias en mi aparato óptico después de seis o siete operaciones, los bastantes años que uno afortunadamente va cumpliendo, serán, pienso yo, la causa de que no aguante la lectura seguida de más de veinte páginas de un libro. Por eso, aún tratándose de textos poco voluminosos, puedo pasarme varias semanas hasta lograr llegar a la página final. Mirao desde otro ángulo, esto puede ser hasta positivo: da tiempo de una vez hasta la siguiente de "asimilar", de "paladear" lo leído.

Más o menos es lo que me ha sucedido con un libro que tuve a bien regalarme con motivo de la festividad del último San Andrés. Editado recientemente, aunque anunciado hacía tiempo y esperado con ansiedad por muchos aficionados (yo entre ellos), se trataba de la biografía del cantaor Diego Bermúdez Cala, El Tenazas, escrita por su paisano moronense Vázquez Morilla (1). No tengo reparo alguno en decirles que este joven investigador de temas flamencos ha colmado sobradamente mis espectativas. Mi enhorabuena para él. Mi consejo para los aficionados, los bisoños sobre todo: adquieran ese libro, léanlo y saquen sus propias conclusiones...

Sí, Luis Javier ha elegido la buena senda, la del rigor, la de las informaciones contrastadas. Lejos de los flamencólogos-flamencólicos que todo lo basaban en intuiciones, disfrazadas de seudopoesía, nuestro autor no hace ni un solo juicio de valor en todo el libro. Todo cuanto afirma, todo cuanto nos narra, lleva una cita que lo avala. Y así, nos informa de aspectos de la vida del Tenazas que desconocíamos, de muchos detalles de aquel famoso Concurso de 1922 en Granada que tuvo al viejo de Morón como ganador.

Queda perfectamente aclarada la historia de los dos "Diego Bermúdez Cala", primos hermanos entre sí, uno carpintero bien acomodado en Sevilla, y otro nuestro cantaor, anulando la torticera versión de que el ganador en Granada era el carpintero, aireada, según me cuentan unos amigos, por algunos "enteraos", quizás los mismos que se manifestaron muy ásperamente contra el joven Luis Javier en comentarios vertidos en el blog La Gazapera de Manuel Bohórquez cuando el de Morón desveló la verdadera identidad del histórico cantaor conocido como El Fillo, tema sobre el cual Vázquez Morilla nos debe una segunda entrega que queremos ver pronto en las librerías. ¿Pedirán perdón a nuestro autor? Lo veo difícil por aquello de que el orgullo crea ceguera.

Por mi parte esto es todo, pero ¿y, si, antes de irnos, escuchamos algún cantecito del Tenazas? Ahí van esas soleares de las que llaman "apolás":


(1) Luis Javier Vázquez Morilla, EL TENAZAS DE MORÓN, Eso es cantar por derecho, Edición del autor, Sevilla, 2015.

jueves, 10 de septiembre de 2015

FLAMENCOBLOGÍA, ahí os dejo esa palabrota

Para Javi Osuna, sin maldad alguna, de un corbobés amigo y, además, viejo por edad.


Hace unos días (concretamente el 25 de agosto, como pueden comprobar pulsando aquí) manifesté en público mis reparos y desafecto por la palabra Flamencología. Me acordé después de otra usada por el amigo gaditano Javier Osuna (en la foto adjunta con Ortiz Nuevo y Antonio Barberán), responsable del blog Los Fardos de Pericón (1512), en su entrada del pasado 18 de abril. Titulaba dicha entrada así:


Pero, Javi de mi alma, tú que eres un mago en el empleo de la lengua cervantina, ¿cómo te permites semejante palabrota? Pues sí, Javier Osuna admite el término y lo explica así en su blog:

La flamencoblogía, palabra de reciente aparición que a otros también se les habrá ocurrido —ya que uno no es el único observador de la transparencia del agua ni de las curvas de Beyoncé— nació con la única intención "académica" de jugar con las palabras y vino a definir el estudio cibernético. El encuentro entre flamenco y blogs.

A continuación comenta, por orden de antigüedad, algunos de los blogs de temática flamenca, imagino que los que para él resultan de mayor interés.

Flamenco de papel, Alberto Rodríguez Peñafuerte, 26-12-2008
Papeles Flamencos, David Pérez Merinero, 29-01-2009
La Gazapera, Manuel Bohórquez, 09-10-2009
El Afinador de Noticias, Faustino Núñez, 16-12-2009
Flamenco en mi memoria, Andrés Raya, 16-02-2011
Callejón del Duende, Antonio Barberán, 20-05-2012
Flamencas por derecho, Ángeles Cruzado, 08-03-2013

Nombra otros blogs y sitios web pero sólo de pasada, dicho lo cual comunico a Javi que coincido con él en esta relación de "los más interesantes", salvo en una cosa: suprimiría de la lista el mío, que queda muy por debajo del nivel de los otros, y colocaría en su lugar este otro:

Los fardos de Pericón (1512), Javier Osuna, 09-12-2012

Empataos en gentilezas el gaditano y yo, le digo que si en su concepción la Flamencoblogía se limita a blogs dedicados de alguna forma a la investigación, estoy de acuerdo en conceder el decanato, como él hace, al amigo Alberto Rodríguez Peñafuerte, pero si abarca al tema flamenco en general, hubo que yo sepa blogueros que se le adelantaron en el tiempo:

La Gaceta Flamenca, Ramona, 23-09-2006
Blog más bien de divulgación cuya responsable es un gran aficionada castellonense escondida tras el nombre de Ramona. Sigue vivo.

Extampas Flamencas, Curro del Realejo, 01-02-2007
Nos llega desde Granada, si bien suele limitarse a un par de entradas anuales. Muy interesante, no obstante.

Mi espacio flamenco, América, 10-07-2007
De una autora sudamericana interesada en la pintura de inspiración flamenca. Una gozada.

Quejío Flamenco, Pedro Delgado, 17-04-2008  
Blog divulgativo con noticias generales junto a muchas otras ceñidas al cante en Extremadura. Un clásico.

Y, ya posteriores, creo que es de justicia no olvidarse de

Barrio de la Triniá, Porverita, 16-01-2009
Flamenco Jondo, Arturo Fernández, 21-02-2009
Flamencólica, Rocío Parker, 03-02-2011
El flamenco en la poesía como yo los siento, José Luis Tirado, 05-06-2011
Historias de flamenco, Montse Madridejos, 22-03-2012
El arqueólogo musical, Carlos Martín Ballester, 30-03-2012
Granada y Flamenco, Antonio Conde, 13-12-2012
Discografías Flamencas, Sergio García, 14-03-2014
Corrala del Cante, Dani Pino, 15-12-2014

Hay alguno más que tal vez olvide junto a otros que ignoro conscientemente. Otro día me extenderé sobre la opinión que me merecen todas estas aportaciones al Flamenco desde los mundos cibernéticos, pero no quiero acabar sin citar un blog actualmente inaccesible sin que se sepa por qué razón o razones. Me refiero a 
del moronense Luis Javier Vázquez Morilla. En dicho blog se publicó el 18 de enero de 2012 un trabajo de investigación sobre El Fillo que aclaró muchos errores de la flamencología tradicional relativos al mítico cantaor. Deseamos fervientemente que ese blog vuelva a la normalidad y nos aclare capítulos de la historia flamenca que aún permanecen en penumbra.  

jueves, 28 de agosto de 2014

Siguen las mentiras sobre Planetas, Fillos y Nitris

Envío a Manolo Bohórquez Casado, Antonio Barberán Reviriego y Luia Vázquez Morilla.

Prezi debe ser un gestor de eso que los internautas llaman "Presentaciones". Encuentro una fechada el día 14 de mayo de 2014 y firmada por un tal Fermín Martos cuyo título es Las etapas en la historia del Flamenco. En realidad se ciñe a La etapa inicial (Desde el último tercio del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XIX). Tomo tres citas de tal presentación, referidas a tres de los cantaores más nombrados del siglo XIX, y las comento a continuación.

1) EL PLANETA

Nadie tiene constancia de su nombre; algún autor adelanta el de Antonio Fernandez(?). Se ha dicho que el apodo de "El Planeta" le fue puesto por la alusión a los astros que el cantaor hacia en sus coplas. En cuanto al lugar de su nacimiento, en la relación de Juanelo figuraba como natural de Cádiz, aunque Molina y Mairena se inclinan a creer que nació en Triana (?

¡Por Dios, don Fermín! ¿Usted no sabía que El Planeta se llamaba Antonio Monge Rivero y que había nacido en Cádiz en 1789? ¿Tampoco sabía que era hermano del famoso bolero Luis Alonso y tío del cantaor Lázaro Quintana? Todos estos datos y muchos más fueron investigados por Manuel Bohórquez, con la colaboración de Antonio Barberán. Se publicó en el diario El Correo de Andalucía, Sevilla, 21 de febrero de 2011. El escritor sevillano lo trajo a las redes a través de su blog La Gazapera, siendo una de las entradas más celebradas y comentadas de aquellos días. Seguramente a usted le cogería viajando por la luna de Valencia.

2) EL FILLO

La importancia de El Planeta estriba en que constituye la referencia primera y única de la que se parte para describir las sucesivas figuras y cantes que a partir de él han conformado la historia del flamenco y, sobre todo, porque su nombre va unido siempre al de su discípulo más aventajado, como lo fué Francisco Ortega "El Fillo", que transmitió los cantes de su maestro y los suyos propios.
Con la figura de El Fillo la historia del flamenco nos ofrece la persona que canta, nos muestra por primera vez la humanidad del cantaor conocido en su época y en el entorno en que vivió. Ya no es el personaje descrito en las páginas de un libro, sino que estamos ante alguien de quien se puede apreciar su realidad humana, su familia, sus amores, su "buscarse la vida" a diario y hasta el tono de su voz.
Ante nosotros tenemos el retrato de un hombre, al parecer buena persona, y nos hablan otros de él quienes, a diferencia de su maestro El Planeta, no lo conocieron en una nocha de juerga, sino que lo trataron, lo estimaron y aprendieron de él en el día a día. Silverio Franconetti fue discípulo de El Fillo y amigo de D. Antonio Machado y Álvarez (Demófilo) y de D. Francisco Rodríguez Marín, de ahí que a través de Silverio y los citados escritores, entre otras personas, se conozcan los cantes y buena parte de la vida del personaje que comentamos.
Parece seguro que El Fillo nació en Puerto Real, a principios del siglo XIX, y murió en Sevilla en fecha cuya exactitud se desconoce, pero que puede situarse por los años ochenta del citado siglo, aunque Demófilo, en la obra citada anteriormente, editada en 1881, nos dice: "Este cantaor, considerado como el mejor de todos ellos, ha vivido hasta mediados de este siglo...". Tuvo dos hermanos, Juan Encueros y Curro Pabla, que también cantaban. 
(...)
En Triana El Fillo se enamoró de La Andonda, gitana de genio, mucho más joven que él y gran solearera, de la que se dice que fue muy fiel al cantaor. Según Rafael Molina ("Obra Flamenca") El Fillo era muy cariñoso con los niños, y le agradaba verse rodeado de ellos mientras cantaba. Por eso hay una soleá que dice:
La Andonda le dijo al Fillo:
Anda y vete gallo ronco a cantarle a los chiquillos!
Y es que la voz de El Fillo era ronca y grave, y este estilo de voz ha quedado como tipo de voz flamenca, llamándosela voz "afillá".
De El Fillo como cantaor se han dicho todo tipo de elogios. Demófilo decia que se le consideraba como el "rey de todos los cantaores" y lo calificó en su famosa lista como "cantaor generalísimo", es decir que dominaba todos los cantes. Se le ha llegado a llamar "padre del cante" y "Juan Sebastián Bach del flamenco".

¡Qué sagacidad la suya, don Fermín! Cuatro lecturas la han bastado a usted para llegar a apreciar hasta el tono de voz del Fillo. Pues mire por donde, el nombre de nuestro cantaor no es el que usted señala sino que se llamó Antonio Ortega Heredia. No nació en Puerto Real sino en la Isla de San Fernando. Lo hizo el día 21 de abril de 1806, muriendo en Sevilla el día 4 de febrero de 1854, antes de cumplir los 48 años. Se había establecido aún joven en el barrio de Triana donde se casó con Alejandra Vargas Filigrana en el año 1929, procreando a siete hijos y siendo siempre fiel a su esposa. O sea, que de Andonda, nada de nada. Por cierto, el autor que usted nombra, el que escribió el libro "Obra Flamenca" del que yo fui editor en 1977, no se llamaba Rafael sino Ricardo Molina.  Sí es cierto que entre sus hermanos hubo dos (Francisco de Paula y Juan) que fueron cantaores y que uno de ellos fue asesinado. Demófilo debió de tener en mucha consideración al Fillo pero se equivocó en su nombre y lugar de nacimiento. ¿Quién era, entonces, Francisco Ortega Vargas? Sencillamente, el mayor de los hijos del Fillo, también cantaor que usó el mismo mote que el padre. Éste sí que anduvo con la solearera La Andonda. Todos estos datos los publicó el moronero Luis Javier Vázquez Morilla el día 18 de enero de 2012 en un blog que tiene dedicado a temas relacionados con Morón de la Frontera. ¡Y usted de nuevo en la luna de Valencia!

3) EL NITRI

Sobre la rareza de el "Nitri", la descripción que de su personalidad ofreció G. Nuñez de Prado, en su conocida obra "Cantaores andaluces", fue calificada por Rafael Molina como arbitraria y en absoluto cierta, ya que lo presente como un caso extremo de timidez erótica, llegando a afirmar Nuñez de Prado que "este hombre estuvo en realidad, y de manera innegable, imposibilitado de sentir como un hombre el amor, a pesar de todas las apariencias jamás quiso a una mujer, constantemente vivió alejado de la bella mitad de la especie humana". Rafael Molina, en cambio, rechaza esta imagen que da Núñez de Prado, afirmando que "todo el mundo sabe (?) que Tomás el "Nitri" se había juntado a la mujer de su tío, la "Andonda". Tampoco se ha probado esta unión, lo que sí es cierto es que era sobrino de Francisco Ortega el "Fillo" y que, según parece, vivió con él desde niño y de su tío aprendió los cantes que luego le hicieron famoso.

Gracias de nuevo a Bohórquez (La Gazapera, 1 de septiembre de 2012), ahora con la colaboración de Vázquez Morilla, hemos sabido que El Nitri, de nombre Tomás Ortega López, nació en El Puerto de Santa María el día 17 de diciembre de 1838,  hijo de Andrés Ortega Heredia, uno de los hermanos del Fillo. Murió en Jerez de la Frontera el día 2 de noviembre de 1877, con 38 años de edad. Según nos recuerda Fermín Martos, el montillano Núñez de Prado afirmaba del Nitri que era poco menos que misógino, mientras que el pontanés Ricardo (no Rafael) Molina decía que El Nitri se juntó con La Andonda, la mujer de su tío El Fillo. Pues va a ser que Molina se equivocó, no solamente en que La Andonda fuese la mujer de su tío, siéndolo en realidad de su primo hermano Francisco Ortega Vargas (Fillo Segundo), sino en la posibilidad de que tal cosa ocurriera, toda vez que El Nitri muere en 1877 y Francisco El Fillo lo hace en 1878.   

Pero, ¿por qué quitarle o darle la razón a este Fermín Martos? Haciendo la redacción de este artículo he caído en la cuenta y comprobado que todo lo que dice está tomado literalmente (y sin citar procedencia) del sitio web conocido como Horizonte Flamenco en cuyo caso las respectivas redacciones pudieran haber sido hechas antes de que Bohórquez y Vázquez Morilla publicasen los frutos de sus investigaciones. Lo cual no resta demérito a Fermín Martos, porque éste suma, al delito de copiar sin citar, el de no contrastar la veracidad de lo que copia.

Triste es reconocer que actitudes como la de este señor son muy frecuentes en las redes. Ahora, más que nunca, el rigor es necesario si queremos clarificar la Historia de nuestro Arte Flamenco. Tenemos magníficos investigadores que se dejan el pellejo en su labor, pero desgraciadamente también tenemos unas autoridades que miran para otro lado. ¿Será verdad, como alguno sospecha, que hay intereses para que todo siga como antes, mentiras incluidas?