Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

sábado, 24 de enero de 2015

La batalla contra el Fandango (¿?)

A veces encuentra uno en los libros afirmaciones alucinantes.Vean este ejemplo:

El concurso de Cante Jondo de Granada fue un duro golpe para el fandango, por mano de Manuel de Falla, valeroso sostenedor del cante jondo puro y antiguo.

Lo he sacado de un un libro muy citado cuyo autor es un reconocido musicólogo. al que llamaremos señor H

¿A qué fandangos quiso referirse nuestro señor H? Si nos vamos a la discografía recuperada de los años anteriores a 1922, pocos fandangos, con ese nombre, encontramos. El Mochuelo, acompañado por Manuel López, los grabó en 1915 según mostramos en nuestro Museo del Fandango. En 1917 lo hace Pastora Pavón y en 1919 Emilia Benito, la primera acompañada por Currito de la Jeroma y la segunda con orquesta, grabaciones una y otra de claro sabor folk-lórico. Con otros nombres sí aparecen algunas cosas, tampoco muchas: Paco el de Montilla dejó unas malagueñas en las que reconocemos lo que mucho después dio en llamarse el cante de jabegotes, Manuel Reina (Canario Chico) registró unas granadinas que no dejan de ser un fandangos de Granada y otro de Lucena, El Mochuelo grabó unas rondeñas que no eran sino fandangos lucentinos y también unas jabera y rondeña del Negro donde el segundo cante vuelve a ser de Lucena. Los citados fandangos de Lucena, así como los granadinos de África la Peceña y algunos fandangos malagueños,  sí fueron usados como remate a muchos cantes mineros y así podemos encontrarlos en registros del Garrido de Jerez, del Niño de la Isla, Manuel Escacena, Pastora Pavón, La Salerito, El Niño Ríos, Paca Aguilera, Antonio Grau, la Niña de Jerez o El Niño de las Marianas entre otros.

¿Eran estos inocentes fandangos objeto a batir en el Concurso de 1922 en Granada? ¿Tenían la animadversión de don Manuel de Falla? No parece creíble en absoluto. Yo pienso que el señor H se equivocó y que cuando escribió lo que hemos citado al principio pensaba en lo que se conoce como fandangos naturales o fandangos personales. No fue el único porque, como hemos mostrado en este cuaderno,  Edgar Neville vino a decir cosas parecidas, siendo más graves en el caso de Neville porque fue testigo directo del concurso granadino.

No, mire usted señor H, esos fandangos aparecieron después. Desde la época de la moguereña Dolores la Parrala (1845-1915) y a su vez trasplantados desde las tierras malagueñas, empezaron a proliferar por los pueblos de Huelva (El Alosno, pueblo que aparece en la foto de la derecha, de manera especial) toda suerte de fandangos, los cuales se ponen de moda en Sevilla, a comienzos de los años veinte, cuando irrumpen  en la capital andaluza cantaores de Huelva tales como Pepe Rebollo y Paco Isidro, seguidos algo después por Antonio Rengel y Pepe la Nora. Estos cantaores, junto a Rafael Pareja y a Joaquín El Cojo de Málaga, son los que hacen que gente como Cepero y Vallejo, Manuel Torre y Tomás Pavón, El Gloria y Pepe Marchena, se acerquen al fandango plasmando sus personales versiones del mismo.

Pero todo esto, insistimos, fue posterior al Concurso de Granada. Concretamente, la primera gran tanda de fandangos fue grabada en diciembre de 1922 por el sevillano Manuel Centeno acompañado por la guitarra de Manolo de Huelva. En este cuaderno ya tuvimos ocasión de escuchar uno de esos registros, el correspondiente a los Fandangos de Lucena. Oigamos ahora dos grabaciones con cantes de Huelva:

   

(Nótese que el segundo estilo de fandangos es el asociado a Pérez de Guzmán. Con el nombre de Fandangos de Alosno, este estilo fue grabado un año antes por El Cojo de Málaga).

martes, 20 de enero de 2015

I Festival de Cante Payo

En pleno apogeo de Caracolás lebrijanas, de Gazpachos moronenses, de Potajes utreranos, en pleno apogeo del gitanismo flamenco promovido por don Antonio Mairena, gente como el famoso Pepe Marchena se sentían marginados. A éste le dio por reaccionar. Vean lo que publicó el diario ABC de Sevilla en su edición del 28 de agosto de1969: 


Fíjense que las entradas no eran tales sino "invitaciones" (imagino que sería una manera de evitar impuestos y gravámenes), pese a lo cual había que abonar 25 duritos. Aunque con un cartel muy distinto, ese mismo verano y en el cercano pueblo de Morón la dichosa entrada o invitación se cotizaba a 60 duros.

domingo, 18 de enero de 2015

Los Flamencos Años Veinte (III). Bernardo el de los Lobitos

Después de repasar nuestros artículos
seguimos recordando a cantaores que dieron brillo y categoría a la década 1921-1930. Nacido en Alcalá de Guadaira (Sevilla) el día 6 de enero de 1887, José Álvarez Pérez, Bernardo el de los Lobitos, empezó a cantar siendo niño en Sevilla, ciudad a la que se había trasladado su familia. Al llegar los años veinte ya era figura consolidada, moviéndose en el entorno del emperador del cante don Antonio Chacón.

Su voz, limpia y cargada de sentimiento, quedó fijada para la posteridad en placas que grabó en 1923 con Ramón Montoya. Volvió a hacerlo en 1929, esta vez acompañado por Niño Ricardo. Entre 1925 y 1936 fue asiduo en los espectáculos de Ópera Flamenca junto a las mejores figuras de la época, tal como nos muestran estos carteles de Granada, Córdoba y Cartagena.

  

En los oscuros años cuarenta apareció su nombre en alguna turné, pero su actividad estuvo más ligadas a las fiestas privadas del madrileño Villa Rosa. A partir de 1954 el gran público flamenco lo "descubre" por su presencia en la Antología de Hispavox, donde nos muestra algunos cantes en desuso. Participa en la Antología de Orfeón (1957) junto al guitarrista Perico el del Lunar, el mismo que tocó para la de Hispavox. Se incorpora al tablao Zambra y junto a otros artistas del mismo (Juan Varea, Rafael Romero y el propio Perico el del Lunar) participa en varios registros discográficos entre 1959 y 1961.
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Cuando llega la invasión del neoclasicismo y el mairenismo, su nombre es respetado y su cante es elogiado por los exégetas de la época, los mismos que despotricaban contra la Ópera Flamenca y los años veinte ignorando tal vez que Bernardo había sido figura importantísima en el período 1921-1936. La ignorancia de algún que otro flamencólogo tomó como único aval, especie de "certificado de calidad", su participación en la referida Antología de Hispavox.

En 1968, un año antes de su muerte, se publican grabaciones con Manolo el Sevillano pero sobre todo con Luis Maravilla. Con éste hizo un L.P. y varios E.P. para la marca Hispavox, discos en los que pudimos escucharle malagueñas, cantes de minas, alegrías, bulerías, pero sobre todo tres tandas de soleares y dos de seguiriyas en las que quedó de manifiesto su peculiar manera de entender el cante. En la contracubierta del vinilo de larga duración, José Blas Vega nos traía las palabras que había escrito un crítico:  


Era la ternura del cante, el Azorín de la copla flamenca. Cantaba con la delicadeza de un pájaro y con el sentimiento de un alma en pena. Ni más ni menos: un maestro

Esta ajustadísima y certera síntesis del cante de Bernardo fue copiada en varios libros sin que nadie se molestara en saber quien era el crítico que las había escrito. Se trataba de nuestro querido amigo el montillano Agustín Gómez y las había redactado en un guión radiofónico para uno de sus programas en Radio Popular de Córdoba.

Por mi parte, no tengo inconveniente en proclamar que Bernardo figura entre mis favoritos, favoritos. En mis cuadernos han aparecido grabaciones suyas a cuya escucha están ustedes invitados:  

1) La necesitaras tú. Fandangos con Niño Ricardo, 1929

2) Yo lo he visto en La Barrera. Cantes de Lucena con Perico el del Lunar, 1957

3) De la verde oliva. Tientos con Perico el del Lunar, 1961

4) Un veneno pá que yo muera. Granadinas con Luis Maravilla, 1968

Hoy les sugiero nuevas audiciones, restringiéndome a los Flamencos Años Veinte de los que estamos hablando:

5) Nunca le falta una pena. Minera de Basilio con Ramón Montoya, 1923

6) En el querer no hay locura. Soleares con Ramón Montoya, 1923

7) Un triste rancho. Milonga con Niño Ricardo, 1929

8) Fue culpa tuya, Sola y sin calor de nadie. Granadina y Fandango con Niño Ricardo, 1929

miércoles, 14 de enero de 2015

Cantaores cordobeses: El NIÑO DE LA MAGDALENA


Adamuz es un pueblo cordobés situado entre la margen derecha de nuestro padre-río (el Guadalquivir) y las estribaciones de la madre-sierra (la Morena).

Pueblo muy flamenco que ha dado para la historia una figura tan importante como El Niño del Museo (1905-1947) y que en la actualidad cuenta con interesantes cantaores como son El Veneno (1968) o Domingo Herrerías (1969). En Adamuz nació también, en el año 1913, un cantaor de nombre Francisco Jurado Regalón, si bien desde niño vivió en Córdoba ciudad, estableciéndose su familia en el barrio de la Magdalena, lugar del que tomó el nombre (El Niño de la Magdalena) con el que le conocía la afición. Cantaor de tabernas y reuniones particulares, aunque también apareciera en teatros y festivales, participó y obtuvo premios en el II Concurso Nacional de Córdoba (1959). Su escuela seguía las líneas de los Onofres, de Navajitas y, sobre todo, de El Sota. Al igual que éste, nos dejó grabaciones tanto de las Alegrías como de las Soleares de Córdoba. Vamos a oírlas con la guitarra de Rafael El Merengue de Córdoba:



(Francisco Jurado murió en Córdoba el día 24 de noviembre de 1988).

domingo, 11 de enero de 2015

Los Flamencos Años Veinte (II), El Carbonerillo

En un artículo del mes pasado nos oponíamos a la creencia, transmitida por los flamencólogos Ricardo Molina y Antonio Mairena, así como por sus seguidores los flamencólogos-poetas, de que en los años veinte del anterior siglo "se cargaron" el cante Flamenco. Por el contrario nosotros hablábamos de Los Flamencos Años Veinte. Y, recurriendo a la discografía hoy felizmente rescatada, poníamos como ejemplo del buen hacer flamenco durante aquella década a la figura de Joaquín El Cojo de Málaga. Decíamos que en sucesivas entregas traeríamos otros nombres...

En esas estamos y hoy me ha venido a la memoria el nombre de un sevillano nacido el 8 de febrero de 1906: se llamaba Manuel Vega García pero se le conoció como El Carbonerillo. Apareció cantando en público en 1918 a la vez que los dos Pepes (Pinto y Marchena) y, cuando llegó la eclosión de los fandangos personales, creó uno que nunca ha dejado de cantarse, que sigue contando con el asentimiento de afición y de cantaores de profesión. Cabe, en relación con lo que acabo de escribir, acordarse de que Calixto Sánchez, cuando ganó en 1980 el Primer Giraldillo del Cante, parece que inclinó a su favor la balanza del jurado interpretando unos fandangos del Carbonerillo, fandangos que fueron insistente y deliberadamente aplaudidos desde su palco de espectador por el entonces factotum del flamenco don Antonio Cruz García (Antonio Mairena) , según contamos en este cuaderno el día 9 de octubre de 2014. Aplausos del maestro Mairena que no dejan de ser contradictorios toda vez que, junto al poeta Ricardo Molina, había sido el autor de unos párrafos que ya habíamos traído a nuestro cuaderno el día 4 de febrero de 2013, en los que, refiriéndose a los creadores de los fandangos personales, podía leerse esta tan lapidaria como injusta frase:

Ni sus condiciones personales de cantaores ni su arte los hacen merecedores de un recuerdo.

Pienso, y esto es una simple conjetura mía, que Mairena se equivocó al actuar como escritor y flamencólogo pero que en su fondo de buen aficionado admiraba a Carbonerillo y a otros fandangueros, como se le escapó aquella noche sevillana de sus ostentosos aplausos.

Pero volvamos a nuestro personaje. Grabó en 1929 con el guitarrista Niño Ricardo. Hay que destacar que en algunas de esas grabaciones la persona que jaleaba era ni más ni menos que Pastora Pavón, Niña de los Peines. Después grabó con Miguel Borrull Hijo, Manolo Badajoz y Sabicas. Amarrado a la bohemia, acabó agarrando una tuberculosis, enfermedad de la que murió el 6 de abril de 1937 cuando contaba sólo treinta y un años. En nuestros cuadernos ya hemos escuchado su voz en dos tandas de fandangos:

1) Mi cariño te ofrecí, Fandangos con Niño Ricardo, 1929


No son suficientes. Merece la pena que sigamos oyendo a Manuel Vega García, fandanguero sí, pero no sólo fandanguero:

3) Fue tu ignorancia tan grande. Fandangos con Niño Ricardo, 1929


4) Con mi canastico en la mano. Taranta con Niño Ricardo, 1929


5) Me gusta a mí esa serrana. Soleares con Niño Ricardo, 1929


6) Como cosita propia. Seguiriyas con Niño Ricardo, 1929

viernes, 9 de enero de 2015

Pepe Aznalcóllar, un fandanguero de lujo

José Losada Caraballo nació el día 2 de mayo de 1912 en el pueblo sevillano de Aznalcóllar, localidad de la que tomó el nombre artístico de El Niño de Aznalcóllar, reducido, con el paso de los años a Pepe Aznalcóllar. Con trece años de edad (como en la foto de la izquierda) ya cantaba en público llegando a actuar junto a las mayores figuras de la época incluido el jerezano don Antonio Chacón, Con 16 entró en los estudios de grabación. De 1929 concretamente son estos fandangos que grabó con la guitarra de Niño Ricardo. Entrada la década de los treinta, Pepe está presente en todo tipo de eventos flamencos, llegando a ser uno de los participantes del famoso Certamen Nacional de Cante Flamenco celebrado en 1936 en el madrileño Circo Price. El estallido de la incivil guerra del 36-39 le coge en Almería, de gira con la compañía de La Niña de la Puebla, grupo que habría de disolverse al ser requisado por los milicianos el autocar en que viajaban, propiedad de la misma Dolores Jiménez. Pepe no regresa a su pueblo ni siquiera a su provincia natal por miedo a ser represaliado y se traslada a Cartagena. En la posguerra, esta figura emergente del Flamenco queda eclipsada, teniendo que esperar a 1955 para reaparecer, de nuevo con la Niña de la Puebla, y ahora también junto a Antonio El Sevillano, siendo anunciado como coloso de los fandangos. 

En efecto, mermadas sus facultades en relación a su primera época, en la que hacía fandangos siguiendo la línea de Cepero o del Carbonerillo, aparece un Aznalcóllar con un fandango personalísimo, casi hablado, de un lirismo y una belleza sorprendentes. Fandango que ha sido su legado (Pepe murió en Madrid el día 13 de junio de 1973) y que hoy en día lo siguen incorporando a su repertorio las nuevas hornadas de cantaores. Yo les invito a que escuchen dos tandas de sus fandangos. En una está acompañado, como en la foto de la derecha, por Antonio Piñana Hijo. En la otra, a su exquisita voz se une la exquisita guitarra de Pepe Martínez.



martes, 6 de enero de 2015

La media granadina de Juan Perea

Para Daniel Pino en Granada.

Hace unos días el amigo Dani PI, en su blog Corrala del cante nos hablaba de la confusión histórica que ha habido entre granaínas y medias granaínas. Pueden leerlo usando el enlace 29 de diciembre de 2014. Por cierto que al cante que cita del Canario Chico ya le habíamos dedicado una entrada en este mi cuaderno el día 1 de febrero de 2014, aunque no es mi intención volver a él, sino que hoy les quiero hablar de otras cosa.

Hay una variante de los cantes granadinos, no citada por Dani,  que yo atribuí erróneamente al granadino Enrique Morente tal como publiqué el día 28 de julio de 2013. Y digo erróneamente porque después comprobé que ese mismo cante lo había hecho anteriormente Pepe Marchena en TVE, anunciándolo el propio cantaor como "aires de los campos marcheneros". Mi rectificación fue publicada el día 2 de enero de 2014.

Pasan unos meses y, escudriñando en el recomendable libro Los Cantes Mineros de Rafael Chaves y Norman Kliman, me encuentro una Media granaína de Juan Perea. Dicen estos autores:

Se basa este cante en el propio estilo de Don Antonio Chacón, con un primer tercio, a modo de llamada de atención muy acentuado y un desarrollo mucho más mecido a partir del cual engarza el resto del cante. A veces se aprecian matices de los cantes propios de este palo debidos a Manuel Vallejo en el segundo tercio. El tercio final presenta una impronta diferente, sin llegar a camuflar del todo la base melódica de Chacón, que subyace en todo el estilo. El patrón de este cante lo dejó grabado El Niño de Marchena en 1928: "Porque la gente no hablara".

Nos invitan a escucharlo en una muestra: Juan Varea con Ramón Montoya, año 1929.



¡Anda, pero si este cante es el mismo que habíamos oído tanto a Marchena como a Morente en mi citado artículo del 2 de enero de 2014! ¿Juan Perea?, sí el padre del Niño de Marchena. Éste solía decir que su padre era cantaor aficionado y que recordaba, por ejemplo, sus tarantas. También recordaría alguna granadina cantada de su progenitor, granadina que Pepe recrearía a su manera a la vez que pensaba en los campos marcheneros de su niñez y que, casi con total seguridad, Varea la aprendería de él.

Una sugerencia, y termino, para Chaves y Kliman: yo cambiaría la etiqueta y a este cante le llamaría directamente Media granaína del Niño de Marchena.

domingo, 4 de enero de 2015

El Mirabrás en la historia de la discografía flamenca (IV)

En el pasado mes de septiembre nos dio por rastrear la presencia del cante de El Mirabrás en la discografía flamenca

      04-09-2014. El Mirabrás en la historia de la discografía flamenca (I)
      09-09-2014. El Mirabrás en la historia de la discografía flamenca (II)
      25-09-2014. El Mirabrás en la historia de la discografía flamenca (III)

Poniendo como tope final el año 1963, llegamos a recoger hasta 13 grabaciones del Mirabrás en voces históricas como las de Manuel Vallejo, Pepe Marchena, Angelillo, Juan Valderrama, Pepe el de la Matrona, Manolo Caracol, Rafael Romero y Antonio Mairena. Varias veces aludimos a que todos ellos lo habían recogido y aprendido del gran Antonio Chacón. El amigo Gregorio Valderrama nos informa de que el cantaor jerezano lo grabó en 1928 y nos acompaña copia en formato MP3. La teníamos en lista de espera para publicarla cualquier día en este cuaderno cuando nos encontramos el pasado 26 de diciembre un nuevo blog llamado Corrala del cante del que es autor Dani PI (Daniel Pino Illanes, cordobés de Puente Genil, hijo del gran aficionado Antonio Pino Peña, q.e.p.d., y hermano del cantaor y experto en temas flamencos David Pino). En él, Dani nos habla de ese mismo registro de 1928, que ustedes pueden oír usando el siguiente enlace

Pero, para que nosotros no nos marchemos de vacío, les voy a poner otro hallazgo para añadir a las grabaciones históricas del cante del mirabrás, esta vez precedida de una alegría. Canta Pepe Pinto y toca Manolo de Badajoz. Ignoro la fecha de la grabación, aunque presumo que sea de los años cuarenta:

viernes, 2 de enero de 2015

2015: El Flamenco tiene asegurado su futuro

... como a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
 fue mejor...
Sin duda, estos versos, que el viejo Jorge Manrique incluyó en las Coplas por la muerte de su padre, se convirtieron en cita obligada y manida de cuantos nostálgicos del pasado han existido y existen. Pero he de confesarle a ustedes que mi visión del pasado va por otro lado: es cierto que yo añoro momentos y etapas de mi vida en las que disfruté lo que ya no volveré a hacerlo (¡quién tuviera una maquinita del tiempo que permitiera retroceder y revivir!), lo cual no significa que, fuera de mi experiencia vivencial, aquellos años, para el resto de los humanos, estén por encima de los que quedan por venir. Si hablamos de Flamenco, los nostálgicos dirían que
ya no se canta igual de bien que antes
pero yo pienso que eso es falso, que lo único cierto es que, por razones de simple Física y de simple Biología, puesto que, a fin de cuentas, en este mundo cada uno no somos sino "ave de paso",  es que
yo no volveré a vivir, ni volveré a oír, cosas que conocí y escuché en el pasado.

Ahora caigo en que en mi blog no escribí nada para desearles unas
Felices Pascuas de Navidad.
Lo hago con retraso y ustedes me lo disculpan. Tampoco publiqué ningún tópico para el año entrante. De nuevo con retraso les pido que crean que soy sincero al desearles
un próspero año nuevo,
aunque no esté muy seguro de que mis buenos deseos sirvan para algo. Llevamos demasiados años de esta maldita crisis que no nos abandona por más que cada 31 de diciembre todos nos deseemos a todos lo mejor. Las "castas" de esta aldea global, mundial,  en la que nos ha tocado vivir, parece que tienen otros intereses y que no nos dejan disfrutar ni de las migajas que se caen de sus bien surtidas mesas.

Pero hay algo (y ahora enlazo con las consideraciones sobre el pasado y el futuro que hacía al principio de este artículo) en lo que sí podemos ser optimistas:
el bien cantar flamenco va de menos a más. 
Sí, tenemos artistas, nacidos después de 1980, es decir, que los podríamos calificar de jóvenes, que cantan cada vez mejor, que nos dejan asegurado el futuro del Flamenco. Sin pretender ser exhaustivo, yo les voy a dejar con algunos ejemplos:

1) Raúl Alcántara El Troya. Nacido en Moriles (Córdoba) en 1981. Junto al guitarrista Juani Marín, nos recuerda un cante por fandangos de Antonio El Chocolate. Grabación de 2014.

2) Nacida en el año 1983 en Toledo, ciudad de la que toma su nombre artístico de María Toledo nos dejó este cante por soleares acompañada por la Orquesta Sinfónica de Córdoba. Actuación en directo en Cádiz en el año 2013.

3) En el año 1984 y en la ciudad de Jerez de la Frontera (Cádiz) nació Jesús Méndez. De una actuación en directo en Algeciras, año 2013 y acompañado a la guitarra por Manuel Valencia, hemos tomado este cante de Bulerías por Soleá:




4) En el año 1985 vio la luz en Huelva la cantaora Rocío Márquez. Del disco El Niño, grabado en 2014, traemos un cante de seguidillas-plañideras acompañado a la guitarra por Pepe Habichuela.



5) Bernardo Miranda nace en Fernán Núñez, provincia de Córdoba, en 1988. De un recital dado en la peña El Morato de Almería en 2014 son estas malagueñas rematadas con la rondeña de Morente. La guitarra es de Luis Calderito.