Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

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sábado, 8 de noviembre de 2014

Hace 112 años: ¡Olé tu cuerpo!

Seguimos con el castizo, con el madrileño Luis Gabaldón y Blanco. Flamenco en clave de humor, flamenco en los albores del siglo XX. Con dibujo de Rojas esto se publicó en Blanco y Negro el día 8 de noviembre de 1902, es decir, hace 112 años. Disfrútenlo.


(Pido disculpas por la falta de claridad en las imágenes de esta entrada y de otras con textos de Gabaldón. Las he tomado de fotocopias hechas en el año 1980 de la colección de Blanco y Negro que poseía, bastante deteriorada ya, el librero-anticuario cordobés don Andrés Sierra. Si alguien consigue los originales, con mucho gusto haría las sustituciones pertinentes).

Addendum: El amigo Leonardo Velasco me comunica un enlace para ver el original: pulsen aquí.

lunes, 20 de octubre de 2014

Del placer del autoplagio

Luis Gabaldón y Blanco (Madrid, 1869-1939) comenzó escribiendo en Madrid Cómico, pasando a ser redactor de Blanco y Negro y de ABC. Humorista y dramaturgo, no cabe duda de que conocía el mundillo en que se desenvolvía el Flamenco allá en los madriles de principios del siglo XX Hace unas semanas les trajimos un recorte de prensa de la revista Blanco y Negro y fecha 3 de mayo de 1902. Señalábamos al final que después de mi publicación, había podido comprobar que el mismo recorte había sido glosado por el amigo David Pérez Merinero, en su blog Papeles Flamencos, con fecha 16 de diciembre de 2012,  Por cierto que el mismo David había tomado otra entrada de Gabaldón el día 22 de junio de 2010.

Con permiso de mi amigo, os pongo aquí lo que había publicado Luis Gabaldón el día 28 de mayo de 1910 en la revista Madrid Cómico:


Pueden leerlo cómodamente si colocan el "ratón" sobre el texto y pulsan el botón izquierdo. Les recomiendo que lo hagan antes de seguir leyéndome a mí. ¿Han terminado ya? En ese caso, miren este otro recorte que yo les traigo:


Había sido publicado en Blanco y Negro el día 16 de diciembre de 1905, es decir casi cinco años antes que el anterior. Léanlo y comprueben que ha cambiado el título y que aquí hay una ilustración del dibujante Medina Vera que no aparece en Madrid Cómico. Por lo demás, se han cambiado unas cuantas frases, pero en esencia se trata del mismo texto. Estamos ante un clarísimo caso de "autoplagio". Y, digo yo, para terminar, que muy apretadilla debía de ser la vida de aquellos escribidores cuando tenían que recurrir a estas estratagemas para conseguir publicar algo. Casi como hoy.  

sábado, 27 de septiembre de 2014

De los "guiris" y el Flamenco

Para Antonio Ruiz Ramírez, mi amigo de Priego de Córdoba.

Que los viajeros de allende nuestras fronteras, cuando recorrían la península allá por el siglo XIX, se interesaban por los cantos nacionales y en especial por el entonces incipiente Cante Flamenco, es cosa sabida de todos ustedes. También que actualmente lo siguen haciendo. Tanto que en estos últimos últimos días he leído varias veces que lo de la Bienal de Sevilla es un montaje para guiris. Ha debido de ser una constante en la historia y como botón de muestra les traigo el siguiente recorte de prensa:


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LOS EXTRANJEROS EN EL CAFÉ CANTANTE

Cuando cualquier extranjero viene por acá, yo no sé si con pretexto de enseñarle lo típico o por ser cosa en que toma parte nuestro entretenimiento, lo primero que le damos a conocer es una corrida de toros y una mijita de cante y baile flamenco en los establecimientos donde se cultiva este género. ¡Cuántos madrileños no han visto el Museo de Pinturas hasta que han tenido necesidad de acompañar a cualquir forastero en su visita!

En Sevilla, durante la feria, es inevitable la peregrinación de extranjeros, principalmente ingleses, a quienes en seguida se les orsequia con algo de la tierra: con una juerguecilla de cante y baile hondo. Y hay que ver la cara del inglés siguiendo atentamente las contorsiones de la bailaora en el tablado y los acompañamientos funerarios de los niños, mayores de edad todos, que con la seriedad propia de tan alto ministerio, se marcan llevando el compás y haciendo grandes esfuerzos al cantar, como si el cuello de la camisa les viniera corto. Hay que advertir que para las camareras de los cafés cantantes en Sevilla todos los extranjeros son ingleses y que en cuanto advierten la presencia de uno, rodean la mesa y se divierten poniéndole tropiezos en la conversación para que el inglés diga la mar de tonterías en una lengua que chapurrea dificílmente. La cuestión es que el inglés haga y alterne con toda la reunión, lo cual no deja de ser también muy típico. Pero la cosa llega a mayores y el divertimiento alcanza las proporciones de escándalo cuando el inglés, siguiendo las indicaciones de algún gracioso, se presenta en el café cantante con sombreo cordobés y andares flamencos. "¡Viva mi niño, y qué bonito viene!" Y le tocan las parmas, y hasta le piden el monóculo.

Yo creo que si los ingleses, especialmente, gustan de estas audiciones flamencas, es porque van muy bien con su carácter triste y excéntrico. Efectivamente, casi todos los cantares empiezan: Cuando se murió mi madre la llevamos a enterrar o Un beso di en una tumba, etc.; porque hay que tener en cuenta que cuanto más triste y sentimental, es más castizo el cante. Y después, que la manzanilla ayuda mucho a la compasión.

L. G.

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Revista Blanco y Negro, 3 de mayo de 1902. La firma debe corresponder a Luis Gabaldón pues por esas fechas publicó varias veces en la misma revista, siempre en torno al Flamenco, tema que sin duda debía de conocer y bien.

Addendum: Después de publicar esta entrada y tratando de informarme sobre más artículos de Luis Gabaldón, compruebo que el recorte que aporto ya apareció el día 16 de diciembre de 2012 en el blog Papeles Flamencos del buen amigo David Pérez Merinero. Perdona, David, ya sabes que lo mío no es copiar a los demás. Tenía fotocopia de ese recorte desde 1980 y decidí publicarlo porque el priegense Antonio Ruiz me pidió cosas escritas sobre flamenco en la época en cuestión. Si hubiera sabido de tu publicación me habría limitado a darle la referencia. Bueno, tampoco pasa ná: doble oportunidad para recuperar el nombre de Luis Gabaldón.