José Losada Caraballo nació el día 2 de mayo de 1912 en el pueblo sevillano de Aznalcóllar, localidad de la que tomó el nombre artístico de El Niño de Aznalcóllar, reducido, con el paso de los años a Pepe Aznalcóllar. Con trece años de edad (como en la foto de la izquierda) ya cantaba en público llegando a actuar junto a las mayores figuras de la época incluido el jerezano don Antonio Chacón, Con 16 entró en los estudios de grabación. De 1929 concretamente son estos fandangos que grabó con la guitarra de Niño Ricardo. Entrada la década de los treinta, Pepe está presente en todo tipo de eventos flamencos, llegando a ser uno de los participantes del famoso Certamen Nacional de Cante Flamenco celebrado en 1936 en el madrileño Circo Price. El estallido de la incivil guerra del 36-39 le coge en Almería, de gira con la compañía de La Niña de la Puebla, grupo que habría de disolverse al ser requisado por los milicianos el autocar en que viajaban, propiedad de la misma Dolores Jiménez. Pepe no regresa a su pueblo ni siquiera a su provincia natal por miedo a ser represaliado y se traslada a Cartagena. En la posguerra, esta figura emergente del Flamenco queda eclipsada, teniendo que esperar a 1955 para reaparecer, de nuevo con la Niña de la Puebla, y ahora también junto a Antonio El Sevillano, siendo anunciado como coloso de los fandangos.
En efecto, mermadas sus facultades en relación a su primera época, en la que hacía fandangos siguiendo la línea de Cepero o del Carbonerillo, aparece un Aznalcóllar con un fandango personalísimo, casi hablado, de un lirismo y una belleza sorprendentes. Fandango que ha sido su legado (Pepe murió en Madrid el día 13 de junio de 1973) y que hoy en día lo siguen incorporando a su repertorio las nuevas hornadas de cantaores. Yo les invito a que escuchen dos tandas de sus fandangos. En una está acompañado, como en la foto de la derecha, por Antonio Piñana Hijo. En la otra, a su exquisita voz se une la exquisita guitarra de Pepe Martínez.
Me pregunté siempre que le pasó en la guerra: no sABÍA lo de la operación de garganta. Un abrazo Andrés
ResponderEliminarYo tampoco. Es Juan Iglesias quien lo señala en Facebook.
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