Veníamos de una sesión en la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba, no recuerdo ahora en qué año, pero sí que había "teorizado" sobre poesía flamenca un profesor de Lengua venido desde los Madriles. Nos fuimos a tomar unas cervezas a la taberna "Moriles, 2", allá por la calle Antonio Maura. En el grupo estaba el más importante crítico de flamenco de esta ciudad. Mal conversando, como solemos hacer los españoles, logré derivar el foco de atención hacia artistas que, en mi entender, habían sido maltratados por la flamencología al uso, y salió el nombre de Juan Valderrama.
- Juanito Valderrama, vino a decir el crítico, es un "memorión". Es capaz de cantarte todo lo que ha escuchado.
¡Carajo!, -me dije y pensé para mis adentros- entonces ¿para qué tanta parafernalia en los años 50 por mor de recuperar el cante en vías de extinción, si ahí estaba Valderrama para transmitírnoslo?
Claro que nuestro crítico negaba expresión flamenca al cantaor de Torredelcampo. Para él, como para el argentino González Climent, Valderrama era otra cosa. Allá ellos, porque yo, como aficionado disfruté mucho, y ahora lo sigo haciendo con sus discos, escuchando a este honrado flamenco que fue don Juan.
Félix Grande dice que Mairena es el cantaor más largo que ha conocido. Pues yo digo que en ciertos estilos (soleares, siguiriyas) puede que sí, pero en el resto no. En la totalidad del Flamenco el más largo que yo he conocido era Juanito Valderrama.
ResponderEliminarUno de Almería
Anónimo, tu comentario ha provocado que yo escriba sobre la idea que Félix tenía a cerca de los cantaores largos. Desde luego Valderrama sería un serio competidor en lo de "más largo". Lo que pasa es que yo pienso que no hay nadie que, en todo, sea más que nadie.
ResponderEliminarEn mi opinión la proscripción de ciertos cantaores viene del Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922, proscripción desarrollada en los 50. Si quiere usted saber por qué opino así, teclee en Google "boletín de inscripción del Concurso de Cante Jondo, Granada 1922" y léalo completo sin perderse las observaciones del final. También son de referencia el folleto que editó Manuel de Falla y las conferencias de Lorca, fácilmente encontrables en internet. Resumiendo mucho, Falla buscaba un cante natural no mixtificado por los profesionales, con los adornos, subidas etc. justos, al que llamó canto primitivo andaluz. La manera de ejecutarlo debía ser mediante una ondulación bucal (lo que llamaríamos ligado frente al staccato- o destacado, en italiano- causado por el empleo del diafragma de forma constante) y exenta de grandes saltos interválicos. Una ilustración de tal fenómeno la tiene Vd. comparando los paseíllos de la caña grabada por El Niño de Cabra o de Tenazas, cuyos ayes son ligados, y los de la grabada por El Mochuelo o Rafael Romero, cuyos ayes van con la técnica del picado o staccato.
ResponderEliminarConozco bien todos los documentos relativos al Concurso de Granada, año 1922. En mi opinión. Falla se equivocó y. a su vez, equivocó a cuantos le siguieron. Lo grave es que, casi un siglo después, muchos aficionados dan por buenas aquellas defensas de un pretendido purismo.
EliminarEfectivamente, no tuvo en cuenta la evolución, también natural a mi entender, de unas formas digamos sencillas a otras más complicadas, que se ha repetido muchas veces y de manera cíclica a lo largo de la Historia del Arte (de cualquiera de las artes). Es el paso del Renacimiento al Barroco, y viceversa. Las ideas de Falla de excluir a los profesionales, que parecer ser tomó de un periodista, no han tenido solamente consecuencias negativas: con ellas se propició la recuperación de algunas melodías a punto de la desaparición. Sin embargo, a mí tampoco me parece del todo acertadas las pretensiones puristas. El Barroco también es un estilo que merece ser disfrutado. Gracias por haber admitido mi comentario en su blog.
EliminarLa única razón de peso que me parece que Falla esgrimió para excluir a los profesionales estriba en las ideas del nacionalismo musical de la Sociedad Nacional de Música, a la que Falla pertenecía, y que trataba de recuperar los "cantos plebeyos", como se pone de manifiesto en la revista El arte musical, a disposición, en la red, de quien quiera consultar sus números, también relacionados con el Concurso de Granada, 1922: lo que Falla pretendía con Andalucía ya lo habían realizado otros con Castilla, Murcia, Cataluña etc. Para cantar con una voz extensa, llena de adornos y saltos se necesitaba ser profesional. Sin embargo, para cantar a la manera tradicional no, pues lo podía hacer cualquiera, en principio. Por eso no tuvo en cuenta los gustos personales de la época, que otros muchos aficionados y pretendidos expertos, mantienen hoy en día, sino aquellas músicas sencillas que el pueblo llano conservaba porque las podía ejecutar de manera natural sin un aprendizaje especializado. Mucho más que Falla, se equivocan quienes, dejándose llevar subjetivamente de sus gustos personales, todavía no han comprendido eso de los "cantos plebeyos" que pretendía rescatar la Sociedad Nacional de Música, a la que Falla pertenecía. Reciba un cordial saludo.
Eliminarlos comentarios negativos al cante de Juanito, es todo pura envidia . Juanito dijo toda clase de cante mejor que nadie.
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo, pero hubo mucha gente (flamencólogos la mayoría) que no opinaba como nosotros.
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