Hace un tiempo, el amigo Gregorio Valderrama, no sé si mejor cantaor flamenco que estudioso o estudioso del flamenco mejor que cantaor, me mandó un par de fotos en las que la bandera nazi aparecía en medio de una fiesta flamenca. Me decía que yo sabría cómo sacarle partido y publicarlas. La verdad es que no sabía qué hacer con ellas dado que sobre las mismas no tenía ningún dato. Pero, he aquí, que hace unos días, cuando buscaba otras cosas en las hemerotecas al uso, me las topo junto al siguiente texto:
Fiesta flamenca ofrecida en la Alcazaba a una delegación de las Juventudes Hitlerianas en visita turística, 21 de abril de 1939, Archivo Temboury, Diputación Provincual de Málaga.
O sea se hicieron en Málaga, recién terminada la incivil guerra del 1936-1939, actuando de anfitriones los ganadores de la misma. Véanlas aquí:
Y es que del Flamenco usaron y abusaron ambos bandos creyéndolo cosa propia. Baste recordar las fiestas flamencas que le montaban en Sevilla al rebelde Queipo de Llano a la vez que el Gobierno legal y los sindicatos de clase en Madrid programaban toda suerte de espectáculos flamencos en los teatros de la capital.
Esto venía de lejos porque ya en el siglo XIX, cantaores de la talla de Juan Breva, lo mismo cantaban en palacios ante el mismísimo Rey de España que en el más humilde de los pueblos andaluces ante un público de jornaleros. Y siguió: el franquismo usó del flamenco a su antojo y la oposición democrática buscó sus propios cantaores. De la actualidad, mejor dejar que opinen aquellos que nos sucedan.
Citamos a Gregorio Valderrama, hijo del cantaor Ángel Valderrama y sobrino del muy popular Juan Valderrama. Nos despedimos por hoy oyéndole un cantecito:
Taranta de Escacena y Cartagenera de Chacón, con Juan El Calao, año 2019:
Esto venía de lejos porque ya en el siglo XIX, cantaores de la talla de Juan Breva, lo mismo cantaban en palacios ante el mismísimo Rey de España que en el más humilde de los pueblos andaluces ante un público de jornaleros. Y siguió: el franquismo usó del flamenco a su antojo y la oposición democrática buscó sus propios cantaores. De la actualidad, mejor dejar que opinen aquellos que nos sucedan.
Citamos a Gregorio Valderrama, hijo del cantaor Ángel Valderrama y sobrino del muy popular Juan Valderrama. Nos despedimos por hoy oyéndole un cantecito:
Taranta de Escacena y Cartagenera de Chacón, con Juan El Calao, año 2019:
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