Nacido el 25 de diciembre de 1942, el cantaor granadino Enrique Morente graba su primer álbum en solitario en 1967. Lo hizo con la casa Hispavox acompañado a la guitarra por Félix de Utrera con el escueto título de Cante Flamenco. En 1969, con igual sello pero con la guitarra de Niño Ricardo, publica sus Cantes del Flamenco Antiguo. De nuevo con Hispavox, contando con las guitarras de Parrilla de Jerez y Perico el del Lunar Hijo, aparece en 1971 su Homenaje Flamenco a Miguel Hernández.
Más de una vez he afirmado en público que, si Enrique Morente no hubiese vuelto a grabar después de estos tres discos(*), dejaba ya una obra suficiente para que la historia lo considerara como uno de los mejores cantaores de su generación. Que Enrique podría haber encauzado su carrera artística "repitiendo", si acaso con nuevas letras, lo que ya nos había mostrado. Esto no sería de extrañar: montones de cantaores, y entre ellos algunos muy relevantes, pasaron su vida cantando (bien los que cantaban bien, mal los que cantaban mal) los cantes con que un día pasado se dieron a conocer, con el único cambio que aquel que la edad provoca en sus gargantas.
Más de una vez he afirmado en público que, si Enrique Morente no hubiese vuelto a grabar después de estos tres discos(*), dejaba ya una obra suficiente para que la historia lo considerara como uno de los mejores cantaores de su generación. Que Enrique podría haber encauzado su carrera artística "repitiendo", si acaso con nuevas letras, lo que ya nos había mostrado. Esto no sería de extrañar: montones de cantaores, y entre ellos algunos muy relevantes, pasaron su vida cantando (bien los que cantaban bien, mal los que cantaban mal) los cantes con que un día pasado se dieron a conocer, con el único cambio que aquel que la edad provoca en sus gargantas.
Los que conocimos y tratamos a Enrique en la época de sus primeros discos, sabíamos de su afición insaciable, de su curiosidad por otras artes, especialmente por la poesía, de su inquietud e indagación de nuevos sonidos, lo que lo convertía en la persona adecuada para encabezar una renovación del Flamenco tradicional, tanto en temas como en ecos sonoros. Así ocurrió y en los años 1972-73-74 Enrique llevaba a sus recitales, además de los textos de Miguel Hernández, temas de Lorca y otros poetas, a la vez que presentaba unos fandangos de su creación y muchas variantes personales por seguiriyas, tangos, alegrías.
Todo ese material sirvió para un nuevo disco en 1975 cuyo título lo tomó Enrique prestado del poeta Antonio Machado Ruiz:
Se hace camino al andar.
Siguió con el sello Hispavox, cuya sección flamenca dirigía un viejo amigo de Enrique y nuestro: el sabio flamencólogo José Blas Vega. Como presentación iba un texto de José Luis Ortiz Nuevo que en esos años trabajaba como colaborador de Pepe Blas.
Como guitarristas intervienen Luis Habichuela, Manzanita y Amador. Los cantes eran:
Tangos de Morente, Seguiriyas de Morente, Fandangos de Graná, Soleares, Tientos de Morente, Taranto, Alegrías, Fandangos de Morente, Mineras.
Ya ven ustedes, hasta cuatro cantes en los que el de Granada aporta sus personales versiones, aunque también en los otros cantes las pinceladas morentianas son palpables.
Una curiosidad es que esos fandangos de Morente habían sido grabados unos meses antes por su gran amigo Camarón de la Isla (a uno y otro pueden oírlos pulsando este enlace: Morente y Camarón). Dejamos que ahora puedan ustedes escuchar otros cortes de este disco:
Seguiriyas de Morente (Voces doy al viento), con Manzanita
Una curiosidad es que esos fandangos de Morente habían sido grabados unos meses antes por su gran amigo Camarón de la Isla (a uno y otro pueden oírlos pulsando este enlace: Morente y Camarón). Dejamos que ahora puedan ustedes escuchar otros cortes de este disco:
Seguiriyas de Morente (Voces doy al viento), con Manzanita
Taranto (Minerico barrenero), con Manzanita y Luis Habichuela
Soleares (Lloré más que Jeremías), con Manzanita y Luis Habichuela
Alegrías (Sale el sol), con Manzanita y Amador
Tientos de Morente (Yo seré como la mimbre), con Manzanita y Luis Habichuela
Esto, amigos míos, sí es renovación flamenca: se parte, como es el caso de Enrique, de un conocimiento del flamenco clásico y se hacen aportaciones sin salirse de él. Es tan evidente, dirán ustedes, que me podría haber ahorrado el escribirlo. Pero la cuestión es que en este 2019, y desde unos años para acá, se están llamando renovaciones a auténticos mamotretos sonoros como los de un llamado Niño de Elche y ha aparecido una muchacha llamada Rosalía que hace toda clase de músicas de las que llaman reggaeton, trap y otras cosas de las que me declaro absolutamente ignorante, mezclando con ellas algunos remedos de temas flamencos. Además, cantaoras nacidas en el flamenco como Rocío Márquez lleva unas derivas que cada día la apartan del árbol de lo jondo.
Apariciones y actuaciones como las de las personas que he nombrado siempre han existido. Ha habido, por ejemplo, canción aflamencada o rock flamenco, pero estos subgéneros jamás se han considerado parte del flamenco como hoy pretenden, con las cosas de la Márquez, Rosalía o Niño de Elche, ciertas firmas discográficas y ciertos medios de prensa (El País, por citar al más importante). Y, lo que es gravísimo, estas figuras (de lo que sea) han participado en eventos tan importantes La Bienal de Sevilla o La Noche Blanca del Flamenco en Córdoba: nuestras autoridades usando dinero público para presentar como flamenco lo que no lo es ni por asomo. Y personajes ligados a la llamada Flamencología (Gómez Gufi, Francis Mármol, Juan Verjillos, Pedro G. Romero, Antonio Zoido, José Luis Ortiz Nuevo o Faustino Núñez) alabando a estos seudo renovadores y, a veces, poniéndolos a la altura de Enrique Morente o de Camarón de la Isla. Hasta en la red social Facebook encontramos gente que, a la manera de los novelescos caballeros medievales, se baten un día y otro con todo el que ose cuestionar a los falsos flamencos (muchos pensarán, está claro, en Antonio Villarejo Perujo).
Esperemos que esto sea una fiebre pasajera. Por nuestra parte, en días siguientes, seguiremos repasando, como hecho hoy, la discografía flamenca de Morente.
Apariciones y actuaciones como las de las personas que he nombrado siempre han existido. Ha habido, por ejemplo, canción aflamencada o rock flamenco, pero estos subgéneros jamás se han considerado parte del flamenco como hoy pretenden, con las cosas de la Márquez, Rosalía o Niño de Elche, ciertas firmas discográficas y ciertos medios de prensa (El País, por citar al más importante). Y, lo que es gravísimo, estas figuras (de lo que sea) han participado en eventos tan importantes La Bienal de Sevilla o La Noche Blanca del Flamenco en Córdoba: nuestras autoridades usando dinero público para presentar como flamenco lo que no lo es ni por asomo. Y personajes ligados a la llamada Flamencología (Gómez Gufi, Francis Mármol, Juan Verjillos, Pedro G. Romero, Antonio Zoido, José Luis Ortiz Nuevo o Faustino Núñez) alabando a estos seudo renovadores y, a veces, poniéndolos a la altura de Enrique Morente o de Camarón de la Isla. Hasta en la red social Facebook encontramos gente que, a la manera de los novelescos caballeros medievales, se baten un día y otro con todo el que ose cuestionar a los falsos flamencos (muchos pensarán, está claro, en Antonio Villarejo Perujo).
Esperemos que esto sea una fiebre pasajera. Por nuestra parte, en días siguientes, seguiremos repasando, como hecho hoy, la discografía flamenca de Morente.
(*) Dejo aquí sus cubiertas:
y, encima, lo que exigen y lo que cobran... Véase todo el esperpento en torno a la actuación de Rosalía prevista para las próximas Noches blancas del flamenco en Córdoba.
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