No vengo aquí para teorizar nada. Que si la toná y liviana existió en el XIX, que si se perdió en el XX, que si Antonio Mairena la recuperó... Me da todo igual, pero sí afirmo que lo que el cantaor de los Alcores grabó hacia 1966 (recuperación, recreación o creación a secas) para mi gusto es una auténtica joya en el universo flamenco. Acompañado por la guitarra de Niño Ricardo, vamos a oírla.
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