Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Lo despertaron los gallos cantando el quiquiriquí

Lo que les voy a contar lo leí no recuerdo ni dónde ni cuándo, pero creánme que es verídico. Mi narración, por ello, no puede ser literal sino que me he tenido que permitir el novelarla un poco. 


Nos situamos en el mes de junio del año 1922 en la ciudad de Granada. Se celebraba el Concurso de Cante Jondo promovido por Miguel Cerón y Manuel de Falla, apoyados por un puñado grande de grandes intelectuales españoles.


En las  cercanías de la taberna de "El Polinario" había un hotel  que fue donde residieron los invitados de honor por la organización del evento, entre ellos el guitarrista Andrés Segovia y el cantaor Manuel Torre

Pasada la primera noche de hotel, Andrés Segovia echaba chispas.
-Qué le ocurre,don Andrés?
-¿Qué me va a pasar?, que no he podido pegar ojo en toda la noche porque de algún lugar del hotel venía un ruido como si estuvieran dando golpes. Para colmo, cuando después de horas logré dormir un poco, salen unos gallos cantando y me vuelven a despertar.
El dueño del hotel le dice que ellos no tenían ningún gallinero y que eso era imposible. Pero he aquí que aparece Manuel Torre (que había dormido en la habitación contigua a la de Segovia) y sus palabras aclaran todo cuando, después de saludar, le dice al posadero:
-Hombre, no olvidarse de echarle de comer a mis gallos de pelea que los he traído de Jerez y los he guardado en el armario de mi habitación. Los pobres han pasado una noche muy inquietos...

2 comentarios:

  1. Señor Andrés, en esas fechas Manuel vivía en Sevilla desde hacía mucho tiempo. Sus gallos peleaban en un reñidero que existió en la calle Inquisición vieja, hoy Doña Maria Coronel. Allí tocaba la guitarra y cantaba El Ciego de Santamarina y sus amigos, unos devotos de Santa Lucia que se reunian enfrente, en un local donde fabricaba bolsos de mujer un tal "Paná". En fin, tradición oral en estado puro. Hay una entrada en mi blog. Saludos y mi admiracion.

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