Envío a mis sobrinos rondeños José María, María Luisa, Horacio y Andrés Raya Lara
Si nos preguntaran por localidades andaluzas ligadas al Flamenco en su gestación y desarrollo, saldrían a relucir bastantes nombres y entre ellos uno que todo el mundo aceptaría: Ronda en la provincia de Málaga. Gran papel el jugado por la ciudad del Tajo en la Historia del Flamenco. Sin embargo, al igual que se dice de las familias, siempre hay algún garbanzo negro. Yo les voy señalar uno de tales garbanzos. Empecemos por ponerle nombre:
Pues bien, no llevaba ni ocho meses en la alcadía este don Bartolomé cuando toma una decisión de la cual se hizo eco la prensa de muy diversos puntos de nuestra piel de toro. Por ejemplo, vean este recorte de un periódico de Gerona:
Algún gacetillero hubo que se quejaba de que no hicieran lo mismo en la capital de la provincia:
Otros, por el contrario, avisaban al atrevido alcalde de que podría tener problema con la autoridad superior:
Recordemos que don Francisco Romero Robledo (1838-1906) nació en el seno de una familia adinerada de Antequera, que hizo la Licenciatura en Derecho y que se dedicó a la política desde muy joven, militando en las filas del sector canovista del Partido Conservador. Gran orador, hábil en la técnica de los pucherazos, era conocido como El Pollo de Antequera. Amigo del buen vivir, era conocida su afición a lo flamenco y se sabía que con frecuencia montaba fiestas en la finca de su propiedad a la cual, entre otros artistas, siempre solía acudir el cantaor Loriguillo de Coín.
Volviendo a la cuestión de la prohición del alcalde rondeño, les invito a leer lo que escribió al respecto el diario madrileño El Globo, en el cual se le da un buen repaso al de la vara de mando local y vuelve a insistirse en que el cierre de cafés no contaría con bendición del señor Ministro de Gobernación.
Ignoramos si éste llegó a darle un tirón de orejas al alcalde rondeño o no.
Lo curioso es que otro pueblo, también presente en la historia del flamenco, como lo es el murciano de La Unión, siguió la senda de Ronda y mandó cerrar su café cantante. Abajo les dejo constancia y con ello me despido de mis amigos lectores hasta otra vuelta.
Algún gacetillero hubo que se quejaba de que no hicieran lo mismo en la capital de la provincia:
Otros, por el contrario, avisaban al atrevido alcalde de que podría tener problema con la autoridad superior:
Recordemos que don Francisco Romero Robledo (1838-1906) nació en el seno de una familia adinerada de Antequera, que hizo la Licenciatura en Derecho y que se dedicó a la política desde muy joven, militando en las filas del sector canovista del Partido Conservador. Gran orador, hábil en la técnica de los pucherazos, era conocido como El Pollo de Antequera. Amigo del buen vivir, era conocida su afición a lo flamenco y se sabía que con frecuencia montaba fiestas en la finca de su propiedad a la cual, entre otros artistas, siempre solía acudir el cantaor Loriguillo de Coín.
Volviendo a la cuestión de la prohición del alcalde rondeño, les invito a leer lo que escribió al respecto el diario madrileño El Globo, en el cual se le da un buen repaso al de la vara de mando local y vuelve a insistirse en que el cierre de cafés no contaría con bendición del señor Ministro de Gobernación.
Ignoramos si éste llegó a darle un tirón de orejas al alcalde rondeño o no.
Lo curioso es que otro pueblo, también presente en la historia del flamenco, como lo es el murciano de La Unión, siguió la senda de Ronda y mandó cerrar su café cantante. Abajo les dejo constancia y con ello me despido de mis amigos lectores hasta otra vuelta.
Muy interesante
ResponderEliminarEsa carta en el Globo en 1885 no tiene desperdicio,en todas las épocas ha habido detractores de nuestro arte,un saludo Andrés por tu extraordinario trabajo
ResponderEliminarGracias, aunque por tu anonimato no sé a quién se las dirijo.
EliminarCurioso personaje éste, Andrés. Siempre es interesante leerle, aunque algunas veces no puedo contestarle porque me sale el mensaje que "ha sido rechazado por bloger.com", o algo así. De todas formas, por si esta vez entra, le añado una pequeña maldad. A lo mejor no estaría mal que un personaje raro como este, anulara algunos de los espectáculos de la Bienal, que vaya telita la de puntapiés que le da al flamenco.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy interesante y con noticias novedosas. Loriguillo el de Coín siempre acudía a las fiestas de El Romeral porque Francisco Romero y Robledo protegió a éste llevándoselo a Antequera en 1890 y dándole negocios de engorde de vacas, vinculado a la Sociedad Azucarera de ésta. Vivió en esta ciudad hasta 1911 en que volvió a su tierra natal, Coín. También se le conoció como Niño de Coín. Debió ser muy buen cantaor cuando el ministro protector de los flamencos y el flamenco lo tuvo siempre cerca como íntimo amigo. Creo que se debería estudiar a este político y su relación con el arte para poder saber más del mismo en la época de la Restauración. Gracias, un saludo.
ResponderEliminarEfectivamente, la relación de Romero Robledo con el flamenco merece un estudio.
ResponderEliminar¿Tendría usted algún dato más a aportar del cantaor Loriguillo? Estoy realizando un estudio de él, se lo podría enviar por privado si tiene interés en publicarlo. Me agradaría hablar. Un saludo!
ResponderEliminarNo, no tengo nada de Loriguillo. Mi correo está a su disposición.
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