Se me permitirá que en el título de este articulillo haya trastocado la frase
Todo para el pueblo, pero sin el pueblo
con la que tópicamente se sintetiza la filosofía de lo que en el siglo XVIII español se llamó El Despotismo Ilustrado. Yo se la aplico a muchos intelectuales que se han acercado al flamenco, lo han elogiado, magnificado, pero olvidándose de que sus protagonistas son personas de carne y hueso, que quieren comer todos los días, que quieren seguridad y educación para sus hijos, como cualquier hijo de vecino, vamos..
Antonio Gala, el poeta y gran comediógrafo cordobés, es uno de esos intelectuales a los que me refiero. Su exquisita literatura no le libra de que a veces diga "pegos y parches" (expresión cordobesa) y podamos leerle (José Menese, Biografía Jonda, Génesis García Gómez, El País-Agiular, Madrid, 1996. Pg. 216), cosas como ésta:
cualquier fuente de emoción se transforma en una fuente de ingresos y eso siempre amenazó el flamenco.
Y sigue:
pero el flamenco, a pesar de los riesgos, sigue permanentemente puro, porque el misterio se protege a sí mismo. Yo no temo por la pervivencia del flamenco: siempre habrá una voz pura, siempre.
Y digo yo, ¿por qué esa condena tan frecuente a un flamenco comercial? ¿Es que quieren que los flamencos sigan analfabetos, nazcan en la pobreza y vivan con ella? ¡Por Dios Santo! Eso es grave y además, en el caso de Gala, es contradictorio porque, si buscamos el paradigma de creador pesetero, ese lleva el nombre de nuestro ilustre paisano.
La pureza, la pureza. Y dale con la pureza. Soltar frases como la que se marca este hombre al decir que el misterio se protege a sí mismo y no decir nada, es la misma cosa. Aquí no hay misterio que valga. Hay un arte (el flamenco) , unos artistas que lo practican y una gente que lo disfrutamos (la afición).
¿Y qué les pongo yo ahora para no irnos sin escuchar algo de cante? ¿Algún pueblerino de esa zona que va de Sevilla a Jerez y que, según algunos, es la "reserva natural e incontaminada" de la pureza flamenca? No, a mí se me ocurre que es mejor que escuchemos a un cantaor que fue muy criticado por su "comercialidad", pero que, puestos a hablar de "pureza", no se queda atrás de ningún puro.
(Juan Valderrama acompañado por Niño Ricardo, año 1945, Malagueña de Gayarrito)
¿Y qué les pongo yo ahora para no irnos sin escuchar algo de cante? ¿Algún pueblerino de esa zona que va de Sevilla a Jerez y que, según algunos, es la "reserva natural e incontaminada" de la pureza flamenca? No, a mí se me ocurre que es mejor que escuchemos a un cantaor que fue muy criticado por su "comercialidad", pero que, puestos a hablar de "pureza", no se queda atrás de ningún puro.
Magnifico artículo que pone broche de oro el gran Valderrama, en plenas falcultades.
ResponderEliminarEnhorabuena, Andrés.
Saludos.
Mari Carmen.
Gracias, Mari Carmen. Se me ocurre pensar que a alguno de estos intelectuales que se asustaban por la posible comercialización del flamenco le hubiesen dicho:
Eliminar-Muy bien, a partir de mañana tú le das de comer a este cantaor.
Seguro que reculaban al instante.
Muy bien Andrés. Totalmente de acuerdo. Salud.
ResponderEliminarMuy buena reflexión, Andrés. Es curioso, por decir lo menos, que siga habiendo tanta gente que habla de "pureza" asociándola a paradigmas tan retrógrados y que lo haga desde la conectividad de su moderno ordenador...
ResponderEliminarAntonio Gala es de Brazatortas, Ciudad Real. Algún ramalazo se le escapa hacia la Castilla profunda
ResponderEliminarSí, pero eso no se le puede decir. Nació allí pero se siente más cordobés que Guerrita o Lagartijo.
EliminarLo comercial tiene que existir porque los profesionales tienen que vivir de ello. Sin embargo, no es menos cierto, que los que están en el "circuito" tienen un montón de recitales porque son buenos y han dado con la tecla y, en otros casos, porque son "mediáticos" y otros muchos y buenos profesionales se tienen que dedicar a matar moscas (veamos la planorámica, no es difícil). El parné, el maldito parné.Personalmente, me merecen un grandísimo respeto y admiración esos pocos que viven de su trabajo y después le dedican la afición al Flamenco. Y como dijo alguien, no es que no se atrevan a subirse a un escenario (todo aquél que sabe lo que hace lo puede hacer), sino porque ha elegido una forma de vivir el Flamenco. Por lo demás Juan Valderrama lo borda.Saludos. Gracias por las informaciones.
ResponderEliminarDe acuerdo, Paco.
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