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martes, 24 de enero de 2012

Poniéndole el año a "Un baile en Triana"


En los años ochenta del siglo pasado, buscando hueco entre mis obligaciones, tanto familiares como profesionales, yo aún me dedicaba a editar libros sobre Flamenco. Contaba con el apoyo de mi pariente Virgilio Márquez y mi querido vecino Ricardo Sánchez para atender todo: seleccionar textos, buscar imprentas, hacer publicidad y vender...

En 1984 decidimos editar por suelto dos de las "Escenas Andaluzas" que en 1847 publicara Serafín Estébanez Calderón, El Solitario, nacido en Málaga el 27 de diciembre de 1799 y muerto en Madrid el 5 de febrero de 1867. Se trataba de aquéllas en que aparecían dos de los patriarcas del que poco después fue bautizado como "Cante Flamenco". Los títulos eran Un baile en Triana y Asamblea General; los cantaores se llamaban El Planeta y El Fillo.

El librito se publicó con mi sello "Virgilio Márquez, Editor" y el prólogo salió de mi pluma. En él se deslizó un error que aún hoy no me perdono. Me dio por escribir lo siguiente:

Porque en el débil sustento de la historia del flamenco matizar una fecha puede aportar alguna luz, debemos señalar, no obstante, que una y otra fueron escritas con anterioridad. Concretamente, Un baile en Triana, se publicó en Cartas Españolas en la temprana fecha de 1831; Asamblea General, la segunda de nuestras escenas, aparece en las páginas de El siglo pintoresco en noviembre de 1845.

José Blas Vega, autoridad reconocida en esta materia, aclaró en 1995 que Un baile en Triana se publicó por primera vez en el Álbum del Imparcial en 1842 y que Asamblea General lo hizo en El siglo pintoresco en 1845. Es decir, que yo había equivocado la primera fecha, adelantándola en 11 años. El error se propagó (parece paradójico pero es así: los errores corren más que las verdades...) y todavía en 2001, en un epílogo al libro Recuerdos y confesiones del cantaor Rafael Pareja de Triana, Romualdo Molina me adjudica la fecha de 1831, si bien más adelante dice que la mayoría de autores se inclinan por otra cercana a 1847.

Les cuento de dónde provenía mi error. En la página 127 del libro Teoría Romántica del Cante Flamenco (Editora Nacional, Madrid, 1976) de Luis Lavaur, puede leerse lo siguiente:

"Estos bailes andaluces siempre mueven y fijan la atención del extrangero."
S. ESTÉBANEZ CALDERÓN, "Escenas andaluzas", 1831 (Un baile en Triana).

Y yo me lo creí. Ahora cabe preguntarse cómo Lavaur, generalmente bien informado y cuyo citado libro recomiendo a todos, erró a su vez. En 1831, Estébanez, junto a Mesonero Romanos, fundan la revista Cartas Españolas, dedicada a la literatura costumbrista, y en ella el malagueño publicó varios relatos, como "Pulpete y Balbeja", "La rifa", "El bolero", que después se recogerían en su libro Escenas Andaluzas de 1847. Posiblemente Lavaur creyese que entre las publicadas figuraba Un baile en Triana.

Releyendo el texto, vemos que, cuando se celebró esta fiesta en Triana, Estébanez vivía en Sevilla. Esto no pudo ser antes de 1838 y sí en este año en que don Serafín ejerció en ella el cargo de Jefe Político, vamos de lo que después se llamó Gobernador Civil, o sea que era el Poncio del momento. Y sólo en ese año porque en diciembre las convulsiones políticas en Madrid obligaron a Estébanez a salir de la ciudad poco menos "a la estampía...", y, en el resto de su vida, no volvió a vivir en la capital bética.

Queda, pues, claro que, aunque se publicara por primera vez en 1842, la fiesta que dio lugar a este escrito se celebró en 1838. Fijar esta fecha es importante porque ayudará a dilucidar una cuestión ahora candente relativa a quién era el tan nombrado Fillo. Los investigadores hablan de dos posibles Fillos, hermanos entre sí, y se trata de averiguar cuál de los dos estuvo en esa fiesta con el Planeta y pasó a la historia con tal nombre.

Fuere el que fuere, la tradición sigue hablando de un Planeta y de un Fillo. Nosotros vamos a recordar lo que se tiene por cantes que ellos crearon. Pepe Torres, acompañado por Melchor de Marchena, hace la siguiriya del Planeta, mientras que José Menese, con Perico del Lunar, nos recuerda la del Fillo.



4 comentarios:

  1. Para que en la casa de este herrero no haya cucharas de palo, el enmiendador Andrés Raya se enmienda a sí mismo. ¡Ole, paisano!
    El Ariza de F. N.

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  2. Gracias, Ariza, no tienes arreglo. He escrito esto porque las aguas andan removías con el lío de los Fillo: parece que ya hay tres, los dos hermanos Antonio y Francisco Ortega Heredia, así como un Francisco Ortega Vargas, hijo de uno de ellos. Las fechas van a ser decisorias y no quería que me pillaran en mi error.

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  3. Amigo Andrés, la afirmación siguiente me parece precipitada: «…1838… Y sólo en ese año porque en diciembre las convulsiones políticas en Madrid obligaron a Estébanez a salir de la ciudad poco menos "a la estampía...", y, en el resto de su vida, no volvió a vivir en la capital bética…». Aunque tenga poca relevancia, el mismo don Serafín confirma residencia en la capital del Betis años después. Lee con detenimiento ‘Gracias y donaires de la capa’. Un abrazo.

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    1. Me parece, Alberto, que vas a tener razón. Don Serafín habla de su casa en Sevilla y el personaje Capita dice "...desde 1843 acá..." ¡Vaya lío de fechas para "Un baile en Triana", para "La Asamblea General" o para estas "Gracias y donaires de la capa"! Por mi parte, tiro la toalla y que los investigadores indaguen.De todas formas me quedo con la curiosidad de saber qué proporción hay en todas las "Escenas Andaluzas" de testimonio histórico y qué proporción hay de pura invención literaria. Gracias por tu indicación y un abrazo

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