Corría el invierno de 1968 y yo vivía en el C. M. San Juan Evangelista de Madrid. Un día, curioseando discos en Galerías Preciados, las de verdad, las de la calle Preciados, me topé con uno que me llamó la atención:
CANTE FLAMENCO, Hispavox, 1967
Enrique Morente con Félix de Utrera
Malagueñas (2), soleares (2), siguiriyas (2), la caña, el mirabrás, martinetes, fandangos de Frasquito Hierbabuena y cantes mineros de Pedro el Morato.
Lo compré de inmediato y cuando lo oí despacio me causó muy buena impresión: una voz nueva, pero que sonaba muy antigua. Se lo comento a otro cordobés, Ingeniero Agrónomo de Castro del Río, y me dice:
-Morente, claro, el que canta en el Tablao Zambra.Este dato me lo confirmó don Jesús Cobeta, el director, que aunque maño era muy respetuoso con el cante y visitaba alguna que otra vez dicho tablao. Yo me propuse acercarme para conocer personalmente al cantaor, pero fueron meses de mucho ajetreo (por ejemplo, en mayo me hicieron Subdirector del Colegio como ya he narrado en otra ocasión) y lo fui dejando. Llegaron las vacaciones y me vine a mi pueblo para estar con mis padres.
No obstante, en julio tenía preparado un viaje a París (no quería perderme, aunque fueran las huellas, aquel famoso mayo del 68). Hice noche en Madrid y aproveché para acercarme a Zambra. Acabado el espectáculo, yo mismo me presenté a Morente. Creo que desde el primer momento entramos en sintonía. Después de nuestra charla, le dije que me iba para París, pero que a la vuelta volvería a visitarlo.
La cosa fue así de simple. Nada de fantasiosas historias que se han contado por ahí diciendo que unos colegiales del San Juan nos colamos en Zambra para contratar a Morente… Fui yo solo y con la única intención de conocer en persona a un cantaor que me había cautivado con su primer disco.
Claro que volví a visitarlo y que a lo largo del curso académico 1968-69 gasté mis escasos ahorros en aquel tablao divino. Entablé amistad con Morente, pero también con Juan Varea, Rafael Romero y el guitarrista Pedro el del Lunar, Pepe El Culata, Pericón de Cádiz y Rosita Durán. Hasta me gané el respeto del más que serio Sr. Casares, dueño del establecimiento. El propio Enrique me introdujo en los ambientes que él frecuentaba: Peña El Charlot, Cervecería Alemana y sobre todo Casa Gayango, donde me hice amigo del insigne don José Núñez “Pepe el de la Matrona”. Me puso en contacto con el librero Pepe Blas Vega, el catedrático don Elías Terés o el escritor Francisco Almazán. Creo que jamás en mi vida he sacado mayor rentabilidad a algo tan sencillo como fue la compra de aquel disco en Galerías.
Les dejo con la exquisita "Malagueña de Chacón" incluída en el mismo.
La cosa fue así de simple. Nada de fantasiosas historias que se han contado por ahí diciendo que unos colegiales del San Juan nos colamos en Zambra para contratar a Morente… Fui yo solo y con la única intención de conocer en persona a un cantaor que me había cautivado con su primer disco.
Claro que volví a visitarlo y que a lo largo del curso académico 1968-69 gasté mis escasos ahorros en aquel tablao divino. Entablé amistad con Morente, pero también con Juan Varea, Rafael Romero y el guitarrista Pedro el del Lunar, Pepe El Culata, Pericón de Cádiz y Rosita Durán. Hasta me gané el respeto del más que serio Sr. Casares, dueño del establecimiento. El propio Enrique me introdujo en los ambientes que él frecuentaba: Peña El Charlot, Cervecería Alemana y sobre todo Casa Gayango, donde me hice amigo del insigne don José Núñez “Pepe el de la Matrona”. Me puso en contacto con el librero Pepe Blas Vega, el catedrático don Elías Terés o el escritor Francisco Almazán. Creo que jamás en mi vida he sacado mayor rentabilidad a algo tan sencillo como fue la compra de aquel disco en Galerías.
Les dejo con la exquisita "Malagueña de Chacón" incluída en el mismo.
Disco antológico, sí señor. De esta grabación surge la anécdota de la malagueña de La Peñaranda cuya clasificación parece ser que no agradó al de la Matrona por aquello de que él había sugerido que podía ser... y nuestro Enrique va y lo pone. En fin ya lo sabes...
ResponderEliminarMenuda nómina la que había en aquel tablao...
Saludos flamencos desde Cáceres
Y además en aquellos años que Morente hacía un cante que a mi es el más me ha gustado de él.
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