Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Algunas anotaciones en torno a "Demófilo", II (Su esposa e hijos)

Tal como reza en esta placa de auténticos azulejos sevillanos, colocada en diciembre de 2014 en la casa número 11 de la calle Orilla del Río (hoy calle Betis y número 47) del arrabal de Triana, en dicha casa nació doña Ana Ruiz Hernández el día 28 de febrero de 1854. Eso pone aunque en realidad había nacido el 25, tal como consta en su partida de bautismo, el cual sí se celebró en ese día 28. Su padre Rafael Ruiz, de oficio marinero y con negocio propio (al parecer la familia regentaba una pastelería), era de Ávila y su madre Isabel Hernández había nacido en la murciana localidad de Totana.

Cuentan que allá por el año 1873 un grupo de delfines habían llegado, río arriba, desde Sanlúcar hasta Sevilla. Los sevillanos se lanzaron en masa a las márgenes del río para poder avistarlos y fue en ese día y con tal motivo cuando el joven abogado Antonio Machado vio por primera vez a la trianera Ana Ruiz  Se conocieron, se enamoraron y enseguida llegó la boda, concretamente el día 22 de mayo de 1873 (aunque ya apareció en otra ocasión en este cuaderno, pongamos una foto de la feliz pareja). Instalados en la misma vivienda que los padres del novio, fueron viniendo los hijos:

Manuel (1874-1947)
Antonio (1875-1939)
José (1879-1958)
Joaquín (1881-1955)
Francisco (1884-1950)
Cipriana (1885-1900)

los cuatro primeros nacidos en Sevilla y los dos más jóvenes en Madrid. Hemos puesto a nuestra derecha un óleo fechado en 1879 en el que la abuela Cipriana Álvarez pinta a su nuera Ana con el pequeño Antonio y el recién nacido José, óleo que refleja la felicidad con que vivía la familia Machado por aquellos años.

Poco hay que decir que el lector no sepa de sus dos primeros hijos, los poetas Manuel y Antonio Machado. José fue dibujante y escritor. Joaquín (del que no he logrado encontrar ninguna foto), fue periodista. Francisco, también poeta, opositó para funcionario de justicia y llegó en la república a dirigir la cárcel para mujeres de Madrid. La pobre niña Cipriana enfermó de muerte demasiado pronto.


Muerto el padre (1893), muerto el abuelo Antonio (1896), muerta la pequeña (1900) y nuerta la abuela Cipriana (1904), doña Ana se queda a vivir en casa de su hijo José.  En la foto de al lado podemos a José con sus esposa y tres hijas, a su madre y su hermano Antonio que estaba de visita. 


Cuando llegó la rebelión militar del 18 de julio de 1936, Manuel estaba en Burgos visitando a la familia de su esposa Eulalia. Es detenido y liberado posteriormente gracias al apoyo de otros literatos. Pero quedó en zona rebelde y, temeroso, llegó a colaborar con los aparatos de propaganda de aquellos que a la postre ganaron la incivil guerra del 36-39. Por el contrario, Antonio puso todo su saber y prestigio al servicio de la República. Cuando el gobierno legal decidió dejar Madrid para trasladarse a Valencia, igual hicieron los otros cuatro hermanos Machado y su madre doña Ana. José y Joaquín se exilaron y llegaron a establecerse en Chile sin volver jamás a España. Francisco anduvo exiliado por Europa pero volvió, gracias a las gestiones de su hermano Manuel,  y fue readmitido como funcionario, si bien sin que le respetaran la alta escala que había alcanzado en su primera etapa. 

Lo que pasó con Antonio y con la madre también es historia muy contada: travesía a pie de los Pirineos camino de Francia, travesía que doña Ana creía que hacían para ir a su Sevilla (Antonio, ¿Llegaremos pronto a Sevilla?, nos contó Corpus Vargas que la anciana preguntaba al hijo). Llegada al pueblo francés de Colliure donde, muy enfermo, Antonio muere el 22 de febrero de 1939. Manuel se entera por la prensa y prepara inmediatamente su viaje para Francia. Cuando llegó, doña Ana (día 25 de febrero de 1939) también había muerto.

lunes, 18 de mayo de 2015

Algunas anotaciones en torno a "Demófilo", I (Sus padres)

Pues ná, que me avisa un amigo madrileño de que en un foro de Internet  un ponente anda despotricando de don Antonio Machado y Álvarez, el que firmaba como Demófilo, el que iniciara los estudios sobre el Cante Flamenco. Y,  por si el personal no está bien informado acerca de la vida y obra de tan importante escritor, yo voy a dedicar una serie de artículos a esta cuestión. No me pidan orden en las fechas, lo haré como siempre a mi manera: cada día lo que se ocurra, si es que algo se me viniera a la memoria, pero todo irá saliendo a relucir. A modo de inicio, veamos de quiénes venía nuestro protagonista.



Hijo de don Antonio Machado y Núñez y de doña Cipriana Álvarez Durán, nació en Santiago de Compostela un niño al que pusieron Antonio por nombre. Fue el día 6 de abril de 1846. Así, para la historia, se nos apareció don Antonio Machado y Álvarez.




Al igual que La Pepa, Machado y Núñez nació en Cádiz en 1812. Médico y naturalista obtiene en 1845 la cátedra de Física y Química en la Universidad Compostelana y al poco de nacer su hijo vuelva a opositar para hacerse catedrático de Historia Natural en la Universidad Hispalense. Asentado en Sevilla, se convirtió en el primer propagador y defensor en España de las ideas de Charles Darwin (1809-1882), fue fundador de los museos de Antropología y de Arqueología y contribuyó a la puesta en marcha de la Sociedad Antropológica de Sevilla en 1.871. De ideas muy avanzadas participó en la revolución de 1868 y se afilió al Partido Progresista. En 1870 lo nombran Gobernador de Sevilla y colabora intensamente con Julián Zugasti, su homólogo en la vecina provincia de Córdoba, en acabar con la lacra del bandolerismo. Cuando en 1875 el gobierno de Cánovas del Castillo aparta de sus cátedras a Francisco Giner de los Ríos, Nicolás Salmerón, Gumersindo de Azcárate y otros, Machado se solidariza con ellos y dimite de todos sus cargos. Desde su fundación, por parte de Laureano Figuerola en 1976, la Institución Libre de Enseñanza (que había acogido a los profesores represaliados antes citados). tuvo la simpatía y el apoyo de don Antonio. Corren los años y en 1883 obtiene cátedra en la universidad central de Madrid. Allí trabajó y vivió hasta su muerte acaecida en 1896, dejando una importante labor docente e investigadora como muestran los muchos artículos que publicó en revistas especializadas. A modo de curiosidad citamos uno sólo: Avifauna de Doñana, Catálogo de las aves observadas en algunas provincias andaluzas, escrito donde por primera vez se puso en valor la importancia estratégica del actual Parque de Doñana.

Sevillana de 1827 era la madre, si bien de ascendencia extremeña. Su padre José Álvarez Guerra fue filósofo y escritor. Hermano de su madre era Agustín Durán (1789-1862), primer director de la Biblioteca Nacional y recopilador del Romancero General. Otro de sus tíos, Luis María Durán, al parecer el bohemio de la familia, fue el instaurador de la costumbre de montar casetas en la Feria de Sevilla, o al menos así lo cuenta su descendiente el poeta Manuel Machado en su delicioso libro Estampas Sevillanas (Virgilio Márquez, Editor, Córdoba, 1982). La propia doña Cipriana tenía una esmerada formación artística y literaria. Pintaba óleos y fue recolectora de coplas que más tarde ofrecería a su hijo Antonio, así como de cuentos y otras narraciones populares. Tenía gran habilidad para contarlos según testimoniaron sus nietos. Murió en Madrid en el año 1904.

Padre y madre sobrevivieron a nuestro Antonio Machado Álvarez, el cual, lo mismo en Sevilla que en Madrid, siempre vivió con ellos llevando consigo a su esposa y sus seis hijos. 

sábado, 16 de mayo de 2015

¿Qué sabemos de Mariquilla Heredia?

Envío a Daniel Pino con mi agradecimiento.

Me encuentro entre los aficionados a los que les gusta, además de oírlos, saber cosas de nuestros artistas. Con el cuento de que el flamenco era una cultura ágrafa, propia de clases populares pero marginales, seguimos estando a dos velas sobre muchos de los flamencos históricos  Ya sé que hay gentes como Bohórquez, Barberán, Núñez y otros que van rellenando huecos, si bien algún moderno y modernizante tratadista de la cosa desprecia esta labor y habla poco menos que de "rescate de zombies". ¡Siempre hubo metepatas!, ¿verdad, Pedro G. Romero?

Varias veces he aludido a esta cuestión de los datos biográficos de nuestros personajes y he afirmado que es grave que esto ocurra con artistas relativamente recientes en el tiempo. En Lebrija no se aclaran sobre el año y el lugar donde murió Maria Pozo. Por más que he preguntado, los jerezanos sólo saben que Manolita de Jerez murió en los años ochenta del siglo XX. Nada sabemos de Lolita Triana que intervino como saetera en la famosa Antología de Hispavox. En este mi cuadernillo de memorias han salido a relucir nombres de los que hemos logrado rescatar datos (El Escobero, Teodoro Villanueva, Miguel Milena, Miguelillo el de las Saetas e incluso nuestro muy cercano Manuel El Ciego de Almodóvar. También de algún afortunadamente vivo como fue Tomás de Huelva).

Hoy me detengo en un nombre que me tiene intrigado. Hablo de la cantaora María Heredia Santiago (Mariquilla Heredia), hija del Bizco Heredia y hermana de Andrés Heredia. Sabemos que nació en Madrid en el año 1926, que desarrolló una intensa actividad en los tablaos de la capital en las décadas de los cincuenta y de los sesenta, tenemos grabaciones suyas siempre ubicadas en discos colectivos, pero nada más. ¿Llegó a grabar en solitario? Se haría muchas fotos en su vida, pero ¿dónde están?, yo no he conseguido ni una sola. Ignoro si aún vive, lo cual sería una grandísima alegría en caso afirmativo. Amigos flamencos, amigos madrileños, ¿tan difícil es localizar a Mariquilla? Tengo entendido que su sobrino Andrés (hijo del guitarrista) anda por los ambientes flamencos madrileños. Búsquenlo, por favor

Decíamos que tenemos algunas grabaciones de María. En efecto, la pudimos oír cantando fandangos y también en tiempo de saetas. Gracias al material que me facilitó el amigo Daniel Pino, hoy les voy a mostrar dos grabaciones más de Mariquilla, incluidas en un álbum publicado en Francia en 1958. Acompañan a la guitarra su hermano Andrés y Triguito (Ambos fueron amigos míos años después en el tablao Zambra). En la primera, Mariquilla canta por bulerías y, cosa curiosa, salen a relucir la Tana e la Juana y la de Jerez, personajes que merecieron la atención de don Antonio Mairena en ese mismo 1958:
En la segunda grabación aparece otra festera de mucha categoría: Adela La Chaqueta, la de la foto de nuestra izquierda. Entre ambas se dialogan un precioso cuplé por bulerías (A la rueda de la alegría) que toda la gente de mi generación escuchó muchas veces en los aparatos de radio de la época  Que ustedes lo disfruten.

Espero que, a partir de esta entrada, logremos saber algo más de Mariquilla.

jueves, 14 de mayo de 2015

Andrés Heredia también fue solista de guitarra

Envío a Pepe Bentín que me mandó estas grabacione.

Andrés Heredia Santiago (Madrid, 1924-2012), guitarrista flamenco, hijo el guitarrista y cantaor de Linares conocido como El Bizco Heredia, hermano de la cantaora Mariquilla Heredia. Hace tiempo apareció en este mi cuaderno de memorias.

Gran profesional de los tablaos madrileños, grabó con muchos cantaores: Beni de Cádiz, Manolo Vargas, Pericón de Cádiz, Aurelio Sellés, Pepe El Culata, Rafael Romero, Adela la Chaqueta, su hermana Mariquilla y otros que me olvidaré. Hasta grabó con nuestro paisano cordobés Pedro Lavado. Gran parte de esas grabaciones, no deja de ser curioso, se hicieron allende de nuestras fronteras, en Londres y París fundamentalmente. En esas capitales se registraron dos ejemplos que hoy traemos aquí como muestra de que Andrés acompañaba, pero también sabía ser solista. Escuchen, por favor:

1) Granadinas grabadas en París en 1958
2) Seguiriyas grabadas en Londres en 1961

martes, 12 de mayo de 2015

1967: MORENTE, cantaor del futuro



Les hablaba el pasado 11 de abril, de un posible libro que se me quedó en el baúl de los proyectos cuando di por concluida mi etapa como editor. En él se recogían materiales de González Climent escritos entre 1949 y 1951, pero, a modo de apéndice, figuraba una entrevista-conversación entre el autor y el cantaor Enrique Morente realizada en 1967 en la que también intervienen José Blas Vega y Manuel Ríos Ruiz.


La entrevista en sí no la veo especialmente interesante. Encuentro a un Morente algo asustado o timorato, casi avergonzao porque en su niñez escuchaba a Valderrama o desafortunado en su visión (la de entonces, luego cambió) de Marchena. De todas formas, hay respuestas rotundas. Por ejemplo, en un momento dado viene a decirle don Anselmo que, suponiendo que sólo existieran dos líneas de cante (las siguiriyas, y las soleare), ¿en cual de ambos sectores se siente más de verdad? Enrique respondió así:

Bueno,. Hay momentos en que me toma "pa uno" y a veces "pa otro". Ahora le diré: yo creo que en el cante por siguiriyas hay que emplear más el corazón que la cabeza; y en el cante por soleares hay que llevar las dos cosas. Porque en el cante por soleá es muy difícil poner arte y luego la cabeza también, debido a esa actitud que lleva en el ritmo y eso. El cante por siguiriyas es otra cosa.Yo no creo que un estilo  sea más grande que el otro. Los dos son grandes e importantes.

La razón por la que traigo esta conversación a mi blog está en que, en un momento dado, el sagaz de don Anselmo, suelta sobre la mesa este envite

Permíteme jugar con las simplificaciones. Si bien Fosforito te lleva por lo menos diez años, creo que tú y Meneses pertenecen a su generación. Arrojo una fantasía: ¿sois vosotros tres los cantaores de punta en la España actual?

Ríos señala que no hay que olvidar a Terremoto. Climent lo acepta y ya tiene el cuadrilátero. A continuación, se produce este cruce de opiniones que copio para todos ustedes.

González Climent: Fosforito -sospecho y vosotros me lo confirmaréis o no- ya se ha definido. Su arte es inmenso y no cesa. Sin embargo, en él no caben mayores sorpresas en lo que le quede de vida profesional. Todo esto, repito, es muy relativo pero a la vez probable. Podrá profundizar lo suyo, pero poco creíble  que entregue novedades, crecimientos, averiguaciones (con ser uno de los cantaores del siglo que más se ha preocupado de dominar faústicamente todos los vericuetos del cante).

Ríos Ruiz: Entiendo perfectamente. No creo que Fosforito evolucione más en el cante. Y máxime como ahora, que lleva un tiempo afiliado a los cantaores que van en espectáculos más o menos organizados. Y tiene que cantar la mayoría de las veces para el baile de grupo, solistas o compañía. Esto lo va desvirtuando, al menos en la medida de la afición y dedicación que requiere el cante  v para seguir estudiando todas sus formas.

Ríos Ruiz: En el caso de Meneses hay posibilidades. Si Meneses se lo propone cabe la posibilidad de futuro, pero muy a la larga, por la sencilla razón de que hoy día lo hace todo confiado en su gran voz. Vale decir: en sus facultades. Agregado a ello, claro está, el conocimiento que tiene del cante. Por otra parte, Meneses, lo diré claramente -y no me preocupa que se publique- está demasiado autodirigido". Así, entre otras cosas, se le obliga a cantar esas "letras" que, aunque estén muy bien prefabricadas, no dejan de ser prefabricadas. También hay que considerar que Meneses, como el maestro Mairena, es un poco "frío". Necesita tiempo para entrar en asiento.

Ríos Ruiz: Terremoto no tiene futuro. Terremoto es un cantaor "cerrado" desde que empezó. Cerrado, o sea "hecho". Lo que pasa es que posee más duende que ningún otro cantaor. No solamente de ahora sino de hace mucho tiempo. Terremoto tiene en la voz un misterio, un duende tan grande que lo salva de toda imperfección formal, pues hay que reconocer que en algunos momentos no es muy ortodoxo, hace muchas "ligas". Pero repito que ese duende de su voz está por encima de todo esto. Y entonces, en un momento dado, acaba con cualquiera aunque luego a la larga le ganen el tirón. Pero esto del porvenir no le quita nada. Terremoto será cantaor siempre, incluso cuando no tenga voz. Su solo quejido es válido.

González Climent: Sin artimañas de sofista habría que concluir que el futuro pesa a favor de Enrique Morente, al menos en principio. Hablemos de esto con toda confianza aunque él esté aquí.

Ríos Ruiz: Enrique Morente, sí, tiene más perspectivas de futuro que los otros tres. Entre otras cosas porque desde que conocí a Enrique -hace ahora más de dos años- tengo la impresión, y estoy casi seguro, que es más aficionado que los otros. Por otra parte, Enrique es un muchacho que tiene una gran voz, mucho corazón cantando y mucha afición. Su voz se está haciendo e irá a mucho más. Si Dios le otorga tanta vida como a Pepe el de la Matrona, la profecía surge fácil... ahí está.

González Climent: Amigo Blas, súmate a la charla y dinos tu apreciación personal de Morente:

Blas Vega: En esto del flamenco Morente es un caso un poco excepcional porque está fuera de esas cosas con las que suele ir rodeado el ambiente del cante flamenco (crápulas, seudoidólatras, trajín, etc.). Se comenta la buena educación de Morente, su sensatez, su postura y, sobre todo, algo muy importante en los jóvenes cantaores que hoy han perdido el respeto hacia los maestros del cante. Cualquier joven tutea a Mairena, a Pastora, faltándoles simplemente el respeto. Enrique Morente, con más méritos y más valía que esos desenfadados aficionados sabe guardar el sitio frente a los maestros del cante.

Enrique Morente: Me parece que ya se han dicho demasiadas cosas buenas de mí. Es que somos amigos...

Blas Vega: Hay sobre todo un aspecto que yo veo interesante ver en él y en relación con el futuro del cante flamenco: tiene personalidad propia, personalidad creadora. Estábamos momificados, casi encadenados. Morente abre un camino interesantísimo que puede ser esencial para el futuro del cante.

González Climent: Así es. Personalmente cada vez crecen más mis temores respecto a la "momificación" de que hablas. A fuerza de haberse desempolvado estilos y maneras de cantes históricos o arcaicos -en esto me toca algo de responsabilidad-, todo puede terminar en un callejón sin salida. La "cristalización" es nuestro peor enemigo actual. Porque corresponde tener mucho cuidado al precisar hasta qué dosis está bien justificada esa recuperación de cantes. Al cante, en términos muy generales, hay que dejarlo seguir marchando con todos los peligros que ello acarree, porque no es cuestión de quedarnos con las soleares usuales de fulano o con las siguiriyas definitivas de zutano.

Blas Vega:  Además, esta personalidad como es la de Morente está aportada siempre respetando la tradición, que es lo realmente interesante.

¡Qué apreciaciones más justas las que se hacen tanto de Fosforito como de Terremoto! Dos personalidades hechas pero no expandibles. ¿Menese?, preso de sí mismo. Podría evolucionar -se señala- pero a la larga. En mi opinión así ha ocurrido, pero su evolución (insisto en que es mi opinión) ha sido a peor. Y Morente. ¡Qué visión de futuro tuvieron los tres! La historia les ha dado toda la razón.
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Nota final: Los que tengan acceso a los diversos números de la revista Candil, pueden leer en su integridad esta entrevista. Se publicó en el número 60 (Noviembre-Diciembre, 1988, páginas 28 a 33).

sábado, 9 de mayo de 2015

Pepe Albaicín, precursor en cantar a Lorca

De nombre artístico Pepe Albaicín, el cantaor José Maldonado Maldonado, nació en Armilla (Granada) en 1925 y murió en Granada en el año 2000. Tuvimos ocasión de oírlo cantando por fandangos y hoy volvemos a interesarnos por él. ¿Por qué? Pues porque llevamos unos días dándoles vueltas a la cuestión del uso como letras de cante de textos tomados de los poetas clásicos, de los poetas cultos, cuestión en la que ha brillado sobre cualquier otro intento la labor del siempre recordado amigo Enrique Morente. 


Señalamos como precedente que el bailaor Vicente Escudero, esta vez metío a cantaor, adaptó para su versión del cante por romeras uno de los cantares de Antonio Machado. Esto ocurrió en 1958. Por esas mismas fechas, nuestro Pepe Albaicín graba la Baladilla de los tres ríos de Federico García Lorca. Con música de milonga y acompañamiento a la guitarra de Miguel El Santo, aquí la tenemos:



Pepe siguió cantando y grabando cosas de Lorca no sin dificultades para ello porque la mala conciencia de los gerifaltes de aquel "Régimen" que mandaba en España mantenía sobre Federico el papel de poeta maldito y seguía casi secuestrada cuando no prohibida parte de su obra. Sí, la verdad es que Albaicín le echó valor. Como le echó buen gusto eligiendo temas y estilo flamenco para cantarlos. Con la guitarra de Juan Maya Marote y música de zorongo, vamos a escuchar el Romance de la luna, luna.



Con música de tientos, oiremos ahora el muy conocido romance de La casada infiel:

jueves, 7 de mayo de 2015

Antonio Machado cantado por Vicente Escudero

En el libro El Cante Jondo en Antonio Machado, de Manuel Urbano (Ediciones Demófilo, Córdoba, 1982) y referido a un poema de don Antonio, podemos leer lo siguiente:

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... el poeta y flamencólogo gaditano [se refiere a Fernando Quiñones] nos daría noticia de que Vicente Escudero, el notable bailaor castellano, grabó en U.S.A. por romeras, con buen gusto flamenco y forzando el texto literario, el final del conocido poema LIX:

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.

que, en la voz del artista flamenco, quedaba literalmente, según transcripción que, gentilmente, me facilitara de su archivo Andrés Raya.

"Soñé yo anoche,
anoche soñé yo,
anoche soñé yo,
que Dios me hablaba;
que Dios me hablaba;
yo soñé que me oía,
yo soñé que me oía,
soñé que soñaba..".
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Así fue. Yo, en tanto que editor, leí el original y, como conocía ese cante de Vicente Escudero, le escribí a Manuel Urbano para darle la letra que él añadió en su redacción final. Aunque, ahora que repaso el libro, veo un error. No sé si Quiñones al informar a Urbano o éste al recoger la información, confunden la estrofa que Escudero adaptó. Se refieren a la última estrofa del poema titulado Anoche cuando dormía recogido en el libro Soledades, Galerías y otros poemas, cuando el vallisoletano lo que cantó fue la estrofa número XXI de sus famosos Proverbios y Cantares:

Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba. 

Les hablaba el otro día de las grabaciones de Vicente Escudero. Entre las realizadas en New Yprk en 1958, con el acompañamiento a la guitarra de Mario Escudero, están las romeras a las que se referían Quiñones y Urbano:


Tiene esta grabación una peculiaridad que quiero señalar: se trata de una de los primeros intentos de incorporar en la letrística flamenca  textos de poetas cultos, de poetas clásicos. Esto se hizo más adelante, a partir de 1970, cuando Morente adaptó poemas de Miguel Hernández

martes, 5 de mayo de 2015

Mucho flamenco en esas cinco firmas
























Este era el díptico que usaba el tablao ZAMBRA para su publicidad (en el interior iba el mismo texto que mostramos pero en francés y en inglés). Entre 1968 y 1971 pasé noches y noches asistiendo a su espectáculo, sin dejar de pasar nunca por las salas interiores para saludar a los artistas (muchas noches esperaba al final y luego me iba con ellos para seguir la fiesta). En una de mis primeras visitas me dio por pedir autógrafos a algunos de los flamencos que actuaban. Enrique Morente, del que me hice amigo desde mi primera entrada en el tablao, me pone:
Para Andrés gran aficionao de los que hacen falta.
Gracias, Enriquito. Rafael Romero se confundió de nombre y me puso Enrique en lugar de Andrés. Lo sotros pusieron sus firmas sin más: Pericón de Cádiz, Juan Varea, Rosa Durán. ¿Cuánta flamencura podían juntar esas cinco firmas? No hay escala para medirla.

domingo, 3 de mayo de 2015

El afilaor flamenco

Envío a Pepe Bentín que desde Lima me mandaba cassettes con grabaciones muy curiosas.
Envío a Fautino Núñez, gallego de Vigo pero con más chispa que los de Orense.

Vicente Escudero Urive (Valladolid, 27/10/1888-Barcelona, 4/12/1980), bailaor de flamenco, coreógrafo y teórico de la danza, conferenciante y escritor, actor de cine y pintor, cantaor también. Grabó cosas en New York en el año 1958 acompañado por Mario Escudero y volvió a grabar en Barcelona en 1963 con el guitarrista Ramón Gómez. De esta segunda tanda, escuchamos estos sabrosos tanguillos que llevan por título El Afilaor

viernes, 1 de mayo de 2015

En Cártama me he criao

Me cuenta un buen cantaor y amigo mío que en cierta ocasión, al finalizar un festival flamenco, todos los cantaores hicieron un cante por fandangos menos uno que se limitó a decir más o menos:
-Yo no canto esas cosas.
Sería que sus mentores (por un lado los mairenistas, por otro los muy puros y puristas hermanos Moreno Galván) le habían enseñado que eso de cantar fandangos era flamencamente "pecaminoso". Pero nuestro personaje acabó cantándolos (vayan a este enlace y escuchen), si bien como "fandangos de la Puebla", una versión a caballo entre el folk-lore y el flamenco que, según dijo algún afamado crítico, el cantaor aceptó porque eran de su pueblo cuando en realidad eran de la onubense localidad de la Puebla de Guzmán. Posiblemente lo hiciera más veces, pero yo salto hasta 2004 para escuchar de nuevo unos fandangos en la voz de este cantaor. Oigan, por favor:
-Eso son rondeñas
me dice enseguida uno de ustedes. Claro que sí, pero ¿es que las rondeñas no son fandangos? El cantaor en cuestión pensaría que nada tenían que ver con esas cosas que cantaban gentes como Vallejo, Marchena, Carbonerillo, Niño de la Calzá, Aznalcóllar, Porrina y tantos otros "corruptores del flamenco". Además, él, en un alarde culto y cultista hasta había elegido unas letras tomadas de la comedia El remedio en la desdicha del clásico Lope de Vega, letras que, por cierto, parece que le sientan al cante como a un Cristo dos pistolas. Pero bueno, había que distinguir y nuestro personaje distinguió.

Todo esto me recuerda una anécdota que les voy a narrar. Un paisanete mío, buena gente aunque primitivo en sus conocimientos y opiniones, se afilió a un partido político y asistía a reuniones. Un día me cuenta:
-Pues mira, Andrés, que después de lo que ando aprendiendo yo no tendría reparos en ser amigo de un gay, pero mira, a lo que no llegaría nunca es a juntarme con un mariconazo.
Pues eso, que nuestro cantaor pensaría que la rondeña podría ser un gay pero los fandanguillos seguían siendo los maricones. ¿Me he explicado?