Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

martes, 29 de noviembre de 2011

Aciago otoño para los flamencos aquel de 1969


Esta mañana, ordenando viejos papeles de mi archivo, me encuentro este recorte de prensa, aparecido en la revista Triunfo el 18 de octubre de 1969. Se refiere a la muerte en Sevilla del entrañable José Torres Garzón, Pepe Pinto para la historia flamenca. Aciago otoño para los flamencos aquel de 1969, porque un poco más tarde (26 de noviembre) moría, también en Sevilla, su esposa Pastora Pavón Cruz, Niña de los Peines, y unos días después (30 de noviembre) lo hacía en Madrid José Bernardo Alvarez Pérez, Bernardo el de los Lobitos. Éste había nacido en Alcalá de Guadaira (Sevilla) el 6 de enero de 1887, mientras que Pastora lo había hecho en Sevilla el 10 de febrero de 1890.

Tratando de completar datos, busco en mis libros, y también en Internet, las fechas de nacimiento y muerte del Pinto. Nada. Sólo averiguo que nació en Sevilla en 1903. En cuanto a la muerte, en la red se dice que fue el 6 de noviembre de 1969. Esto es imposible porque la nota necrológica de más arriba se publicó, como ya he señalado, el 18 de octubre. Cabe pensar, pues, que debió de morir el 6 de octubre. En cuanto al nacimiento, si es cierto, como dice la nota, que tenía 65 años, es claro que se habría producido en otoño de 1903.

Pero, como soy de natural curioso y pertinaz, sigo escrudriñando y por fin encuentro lo que buscaba. En su libro Una Historia del Flamenco, José Manuel Gamboa dice que José Torres Garzón nació el 22 de julio de 1903 y que murió el 6 de octubre de 1969, es decir, con 66 años y no los 65 que indicaban en Triunfo.

sábado, 26 de noviembre de 2011

El fino oído de Varea y Morente

Para Paco Hidalgo con mi siempre renovado agradecimiento.

Es sabido que don Manuel Yerga Lancharro, aquel "quijote" nacido en Extremadura, llegó a acumular una importantísima colección de grabaciones flamencas en discos de pizarra. A finales de 1969 acudió a Llerena porque en la casa de mi entrañable Paco Hidalgo Aznar guardaban bastantes placas que había comprado el abuelo Hidalgo. Las pidió y Paco le puso como condición que les dejara una copia en cinta magnetofónica. Así fue y mi amigo me la trajo como regalo de Reyes en enero de 1970. Aún la conservo aunque no hay manera de oírla porque perdí hace tiempo mi reproductor de aquellas viejas cintas en forma de rollo.

Vivíamos con otros amigos en "La Hermandad". Yo ponía la cinta una y otra vez pero no lograba enterarme de nada: la grabación era defectuosa y estaba repleta de ruidos. Pero he aquí que un domingo de aquellos teníamos como visitantes en la casa a Juan Varea y a Enrique Morente. Les comento lo de la cinta y de inmediato me dicen que quieren oírla. Les advierto de que no estaba en muy buen estado, pero mi sorpresa vino cuando al reproducirla le oigo a Varea:
-Fíjate, Enrique, fíjate bien qué cosas le hace a la siguiriya. Mira este detalle...
Lo que se estaba oyendo era un cante por siguiriya de Manuel Molina interpretado por don Antonio Chacón.

El oído de auténticos músicos del veterano Varea y del joven Morente, les permitía abstraer en el sentido que solemos usar los matemáticos: prescindir de lo supérfluo (los ruidos) y quedarse con lo fundamental (la melodía). Ese día me dieron una auténtica lección.

Morente, como todos saben, siguió estudiando al maestro de Jerez y como fruto grabó en 1977, con Pepe Habichuela a la guitarra, su "Homenaje a Antonio Chacón". En este disco estaba la antes nombrada siguiriya de Manuel Molina. Con ella les dejo:

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Justo Roldán, peñista y cantaor de "El Mirabrás"


En este blog he contao cómo nació la peña flamenca "El Mirabrás" de mi pueblo (Fernán Núñez), he descifrao el por qué se llamó así, he hablao del primer grupo de gente joven que se unió a los fundadores. Todo eso ocurrió en los últimos años sesenta del siglo pasado y todo estaba ligado a la taberna "En la esquinita te espero". Por allí se acercaba, oyendo desde la ventana, casi sin atreverse a entrar, un jovencito Justo Roldán Crespo, nacido en 1952. Pasado un tiempo, se hizo peñista y ahí permanece, cumpliendo siempre, ocupando diversos cargos en la directiva, entre ellos el de Presidente que lo sigue ostentando en la actualidad. Como tal tuvo la oportunidad de entregar al recordado Enrique Morente su credencial de Socio de Honor el día 22 de mayo de 2009.




Aficionados de a pié lo hemos sido muchos peñistas, pero Justo añadía su condición de cantaor. Voz clara y bien timbrada, natural, con ese "deje" especial de los cantaores de la campiña cordobesa. Eventualmente participó en concursos y consiguió trofeos, pero lo suyo no era la competición sino la reunión, a disposición siempre de la peña local y de cualquier otra peña que lo solicitara. Junto al guitarrista Luis Calderito, ilustró cuantas conferencias impartió el también peñista Juan Velasco. Colaboró en bastantes ocasiones con el Ateneo de Córdoba., siendo acompañado por la guitarrista Laura González.



En fin, ¿qué más les voy a contar? Tengo algunas grabaciones suyas y, entre ellas, les dejo con esta tanda de fandangos de tipo verdial, pero a la manera cordobesa: cantes de Lucena, cantes de Cayetano Muriel, zánganos, rondeñas. La guitarra es de Calderito.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Gente nueva en "El Mirabrás"

Siguiendo con los artículos sobre el nacimiento y el bautizo de la Peña "El Mirabrás", el pasado 10 de junio escribí sobre los peñistas que siguieron a los fundadores. Hoy he logrado insertar un cante de uno de ellos y por eso vuelvo a publicarlo.

La Peña “El Mirabrás” seguía usando como toda sede un cuartito dentro de la taberna “En la esquinita te espero”. A pesar de lo escaso del local enseguida pidieron entrar como peñistas un grupo de gente muy joven, en torno a los 20 años según mi estimación: José Gómez “Botijo”, José Fuentes, Antonio Luque “Farruco” y Antonio Berral “Cantarito”. Además de la afición tenían otra cosa en común: los cuatro cantaban.
Al bueno de Botijo, se lo llevó un accidente de coche en noviembre de 1982 cuando estaba en plenitud de vida. Labraor de oficio, era un cantaor de facultades y buen gusto, largo en sus conocimientos. No sé si habrá por ahí alguna grabación suya, pero en mi memoria resuena su voz como si fuera hoy. ¡Cuánto disfruté de sus cantes!


José Fuentes, a quien vemos en la foto, murió hace unos meses de eso que llaman “una penosa enfermedad” como si las otras no lo fueran. De una estirpe de herreros convertidos en mecánicos, hizo la mili por Cádiz y de allí se trajo conocimiento y regusto para cantar y tocar la guitarra, que también sabía hacerlo. En la Peña hay mucho material sonoro que puede atestiguarlo al que pueden acceder entrando en su página electrónica.
Con Farruco y Cantarito me sigo encontrando de vez en cuando en cacerías y peroles, lo que me permite seguir oyendo sus cantes y quiera el Buen Dios que por muchos años más.
Por la misma época hubo más incorporaciones: Alfonsillo Delgado, Miguel Serrano, ya fallecido y que llegó a Presidente, y Pedro Crespo López. El siguiente en entrar creo que fui yo, pero hoy no me atrevo a precisar fechas. Cuando la memoria refresque, ya lo haré.

Ahora dejo que escuchen a José Fuentes por soleá. Le acompaña Juan Marín "El Juani".


jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Cantaores profesionales?

Por mu analfabetos y pueblerinos que seamos algunos andaluces, entendemos que
"profesional" = "el que ejerce una profesión".
Además, como hemos aprendío (aunque sea a muchas trancas y todavía más barrancas) a usar esta leche frita del Internet, acudimos al Diccionario de la Real Academia Española el cual dice:
"Profesión" =
= "Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que recibe una retribución"
Si ahora nos vamos al poco frecuente sentido común, concluiremos la siguiente definición:
"cantaor flamenco profesional" =
= "persona que ejerciendo su facultad de cantar flamenco, recibe una retribución"
¿Lo ve usted, lector, como somos atrasaos pero no tanto...? Si hasta manejamos esa cosa que la gente culta de las ciudades llama silogismos...
En una crónica del recién celebrado "I Congreso Internacional de Flamenco" (Sevilla, 10-11-12 de noviembre de 2011) este cateto que suscribe lee lo siguiente:


Juan Manuel Suárez Japón, ha señalado que el flamenco contemporáneo "ha ido volviéndose cada vez más complejo", un hecho que ha desembocado en su profesionalización, y de ahí la aparición de la relación que existe actualmente entre flamenco y poder.

Dicen que este señor es rector de la Universidad Internacional de Andalucía (mis respetos por ello, don Juan Manuel). A mí me suena que ha tenío varios cargos políticos. Incluso hasta se dice por ahí que es aficionao al cante, como lo somos tantos andaluces de los que, por falta de caballo (que eso se quea pá los señoritos), andamos a pie.


Y digo yo, rector magnífico, ¿hay que esperar hasta el año 2011 de la era de nuestro Señor Jesucristo para darse cuenta de que el flamenco está profesionalizado? Yo pá mi que Antonio Monge Rivero (El Planeta, para la historia flamenca), a pesar de que tenía sus dineritos bien ganaos como carnicero en Málaga, cuando acudía a fiestas como aquella de Triana que nos contaba Estébanez Calderón hacia 1840, chispa arriba, chispa abajo, lo hacía cobrando. Como cobraba el gaditano Paquirri Guanter (no "el Guanté" como decíamos equivocadamente hasta hace poco) que se fue de su tierra a Madrid para ganarse las habichuelas cantando y guitarreando (el pobre no tuvo fortuna, aunque sí una desgraciada muerte cuando, a mitad del XIX, era aún muy joven). Bueno, ¿y qué decir de Silverio que no cejó ante la administración hasta conseguir que en sus documentos figurase que su profesión era la de "artista"?

Desde aquellos tiempos hasta hoy el flamenco ha estado en manos de profesionales del género. Y gracias a ellos ha llegado hasta nosotros. ¿O es que aún queda gente que se crea lo de aquella "etapa hermética" en la historia del flamenco de la que hablaban un buen poeta -Ricardo Molina- y un magnífico cantaor -Antonio Mairena-, totalmente obsoletos ambos dos como tratadistas del flamenco?

Me da la impresión, excelentísimo señor, de que aficionados como usted aún no se han percatao del "error de bulto" en que incurrieron Falla y Lorca al convocar el tan sonado Concurso de 1922 en Graná. No querían profesionales, pero, para salvar el evento, tuvieron que recurrir a Chacón y a Manuel Torre o a la Macarrona. Y, a la postre, premiar "ex-quo" al Tenazas, discípulo del gran profesional Silverio, y al niño Caracol, hijo de otro Caracol que, como profesional, había actuado en la misma Granada en 1921.

Claro que, tras el Concurso, vino la denostada "Ópera Flamenca" (madre de todos los males para los despistados flamencólogos de los años cincuenta hasta los ochenta) en mano de profesionales que propiciaban el "masismo", el "gaiterismo", etcétera. ¡A la hoguera con ellos! Bromeo, pero me reconforto al saber que esa historia se está escribiendo de nuevo y que la segunda versión es más verosímil. Sin la Ópera Flamenca, tal vez hoy estuviésemos sin Flamenco.

Don Juan Manuel, lo que no me explico es que de la profesionalización que usted detecta se deduzca ningún tipo de relación entre flamenco y poder. ¿Qué poder, el de ustedes los políticos? ¡Por favor! El flamenco (este humilde escribidor lo ha dicho más de una vez) es patrimonio de los artistas que lo ejecutan y de los aficionados que lo degustan, nunca de institución alguna. ¿Para qué seguir?

Sólo una cosa: como estos artículos quedan mejor si se complementan con algún cante, yo les traigo uno. El cantaor ganó un concurso para no profesionales y a la larga se convirtió en el paradigma de la profesionalización. Hace un cante (Fandangos) que algunos flamencólogos consideraron como estilo menor. La letra no puede ser más sensiblera. Aún así, ¿hay algo más flamenco que lo que vamos a escuchar a Caracol con su inseparable tocaor Melchor de Marchena?


lunes, 14 de noviembre de 2011

El Planeta y Caracol unidos por la historia y por la sangre


Manolo Caracol presumía de sus ancestros flamencos, diciéndose, por parte paterna, bisnieto tanto de Enrique Ortega El Gordo Viejo como de Curro Dulce, y, por parte materna, tataranieto de El Planeta. Respecto a los bisabuelos, nunca hubo duda, pero sí que fue cuestionada alguna vez su otra ascendencia. Es curioso que de un cantaor que todos los tratadistas han considerado uno de los patriarcas del Flamenco, sólo se supiera hasta hace tres días su apodo de El Planeta. Ha sido un crítico de Flamenco, el sevillano Manuel Bohórquez, quien por fin nos ha aclarado todo. Y lo ha hecho, precisamente, partiendo de Caracol e indagando en sus ascendientes maternos. Así, hemos podido saber que El Planeta nació en Cádiz, como habían afirmado algunos, entre ellos Demófilo, aunque sin aportar pruebas. Hijo del matrimonio gaditano Gregorio Monge y Francisca Rivero, vino al mundo, hacia 1879, Antonio Monge Rivero, nuestro Planeta. Esta información está en el blog La Gazapera del citado Bohórquez, con fecha de 20 de febrero de 2011. De ese mismo blog hemos tomado los datos que, resumidamente, nos llevan de El Planeta hasta Caracol:

Antonio Monge Rivero "El Planeta" + María Bara Gallardo à Dolores Monge Bara
José Juárez García + Dolores Monge Bara à Gregorio Juárez Monge
Gregorio Juárez Monge + Francisca Soto Ramírez à Dolores Juárez Soto
Manuel Ortega Fernández + Dolores Juárez Soto à Manuel Ortega Juárez “Caracol”
Puestos a esquematizar, reseñemos los antecedentes paternos:

1) Enrique Ortega Díaz, El Gordo Viejo para la historia flamenca, casó con Carlota Feria Ruiz. Del matrimonio hubo varios hijos entre ellos el famoso Enrique Ortega El Gordo y, el que interesa para nosotros, Juan Ortega Feria El Aguila, cantaor como su padre y como su hermano.

2) Francisco Fernández Boigas, Curro Dulce para entender, se casó con una Espeleta de Cádiz. De ese matrimonio nació Rufina Fernández Espeleta.

3) Y todo queda claro porque un hijo del Gordo Viejo se casó con la hija de Curro Dulce:

Juan Ortega Feria + Rufina Fernández Espeleta à Manuel Ortega Fernández
Manuel Ortega Fernández + Dolores Juárez Soto à Manuel Ortega Juárez “Caracol”

Gracias, Bohórquez. Con tu proceder, compartido por otros estudiosos del Flamenco que no es momento de nombrar, empezamos a enterarnos "de qué va la copla". Hora es de desterrar la pretendida Flamencología de muchos poetas que se limitaban a afirmar sin probar nada. ¡Cuánta página escrita para confundir que no para aclarar!


Yo les dejo con una fotografía en la que aparecen Caracol padre (El del Bulto) y Caracol hijo. El guitarrista que los acompaña debe ser Vargas Araceli.

Y, ¿cómo no?, un cante por siguiriyas, de las varias que Manolo Caracol y Melchor de Marchena grabaron en la antología "Una historia del Cante Flamenco".


viernes, 11 de noviembre de 2011

La Paquera: un "rap" por bulerías


El 26 de abril de 2004, cuando el jurado del XXVII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba estaba deliberando, se incorporó a la reunión uno de sus miembros: el entrañable poeta jerezano Manuel Rios Ruiz. Venía llorando y nos comunica que acababa de morir La Paquera.

Doña Francisca Méndez Garrido había nacido casi setenta años antes (20 de mayo de 1934) en el barrio de San Miguel de Jerez de la Frontera, el mismo donde se le levantó el monumento que vemos a nuestra derecha. Cantaora discutible y, de hecho, discutida y cuestionada por parte de la flamencología al uso que la catalogaba más como cantante que como cantaora.

Por mi parte, siempre fui seguidor de esta voz heterodoxa y libre. En vida fui a verla siempre que tuve ocasión y nunca dejé de tener cerca de mí sus discos. Esta mañana, al oír uno de ellos, me aparece una curiosa grabación por bulerías, acompañada como tantas otras veces por Manuel Morao. Aquí la Paquera no usa esos tercios alargaos tan peculiares en ella, sino que nos cuenta de carrerilla una historia de su Jerez natal. Vamos, que se anticipa a posteriores modas y parece que nos hace un "rap". Escúchenlo y opinen.

martes, 8 de noviembre de 2011

Ángel Ganivet y Paco el del Gas


Aún recuerdo de mis estudios de bachillerato la figura del escritor Ángel Ganivet, precursor, nos decían los profesores, de la Generación del 98 y cuya obra fundamental, al parecer, era su Idearium español. De segundo apellido García, había nacido en Granada en 1865 dentro de una familia de clase media. Realiza estudios de bachillerato y las carreras de Derecho y Filosofía y Letras, doctorándose en 1888. Oposita al Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos, siendo destinado a la biblioteca del Ministerio de Fomento. En 1891 se hace amigo de Unamuno, cuando ambos preparaban oposiciones a cátedra de griego. Como sabemos, el vasco la ganó para la Universidad de Salamanca, pero el de Granada no pudo superarlas. Al año siguiente, se empareja con Amelia Roldán Llanos con quien tuvo dos hijos. Ese mismo año ingresa por oposición en el cuerpo consular. Su primer destino estuvo en Amberes, ciudad en la empezó a escribir. En 1895 pasa a Helsinki, donde desarrolló la mayor parte de su obra literaria. Separado de Amelia, en 1898 es destinado a Riga (Letonia), donde cae en una profunda depresión que le lleva hasta el suicidio (29 de noviembre de 1998).


Y ustedes pensarán qué hago yo, en un cuadernillo dedicado al flamenco, hablando de este granadino que pasó a la historia como pensador. Me explicaré, pero antes debo advertir que, además de ensayista, Ganivet también escribió prosa, novela, teatro e incluso poesía. Ayer les hablaba de la letra Lejos muy lejos de España, yo me llevé un ruiseñor..., que cantaba Valderrama como fandango de Paco el del Gas (versión granadina del malagueño jabegote). Pues miren por dónde, su autor fue Ángel Ganivet. En mi anterior artículo dije que este Paco era sucesor de Yerbabuena e inmediatamente Arturo Fernández me comunica que no, que él creía que era anterior. En efecto, Francisco Rubio López (Paco el del Gas) nació en 1873, ocho años después que Ganivet pero diez antes que Francisco Gálvez Gómez (Frasquito Yerbabuena). Aclaradas las fechas, les diré que la letra de Valderrama (¿no sería el propio Ganivet, en su estancia en Helsinki, quién se sentía tal como si él mismo fuera ese añorante ruiseñor?) formaba parte del repertorio de Paquillo. ¡Vaya!, en contra de la afirmación, por parte de algunos sesudos flamencólogos, de que los cantaores no solían hacer letras de poetas cultos. Ganivet aparte, les diré que la copla

Se vistió de gala el sol
el día que tú naciste,
se vistió de gala el sol,
hubo en el cielo una juerga
que hasta el mismo Dios bailó.

que hace unos días le oíamos a Cobitos, también era usual en el del Gas. Y es que las letras, una vez adoptadas por algún cantaor, se transmiten de generación en generación.

Es de justicia aclarar que los últimos datos los he tomado de un libro que recomiendo a todos:
El flamenco en Granada, Miguel Sánchez, Editor, Granada, 1974.
Su autor es el importante periodista e historiador granadino Eduardo Molina Fajardo (1914-1979). Yo lo adquirí en 1975 y dormía en mi biblioteca. Ahora que lo releo, pienso cuánto habríamos ganado si otros autores hubiesen tenido el rigor y la metodología de don Eduardo.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Cándido de Málaga y el Cante de Jabegotes


Nacido el 6 de enero de 1928 en el barrio malagueño de El Perchel, el cantaor Cándido Castro Padilla (Cándido de Málaga para el mundo flamenco) ha fallecido en Rincón de la Victoria el día 16 de octubre de 2011. Descanse en paz.

Mi única noticia sobre él se limita a dos grabaciones, incluidas en el doble L.P. "Sabor de Málaga" que publicó la casa Columbia en 1966. Con la guitarra de Manolo Comitre hizo, en efecto, una Rondeña y un Cante de Jabegotes.

Por lo que leído estos días, parece que se inició en el cante de la mano del Pena Hijo, allá por 1943, tomando el nombre de "Niño de Vallecas". Después anduvo por Madrid y Barcelona, trabajando junto a Valderrama, Antonio Molina, Farina o Peret. Llegó a cantar en Canadá y Estados Unidos. Finalmente se estableció en Rincón de la Victoria y tomó el definitivo nombre de "Cándido de Málaga". Cuentan de él que era un magnífico saetero y que sobresalió en los llamados cantes de ida y vuelta.

Uno se queda con la sensación de que debió de ser uno de esos muchos jornaleros del flamenco que, sin llegar a ser figuras, entregaron su vida al cante. Esto, por sí solo, merece todo mi respeto.

Gonzalo Rojo, uno de los flamencólogos de la malagueña Peña Juan Breva, llegó a escribir que Cándido fue el primero en llevar al microsurco el cante de los jabegotes. Imagino que se refiere a la grabación de 1966 que ya hemos citado más arriba y que, antes de continuar, vamos a escuchar:


Las letras responden a lo que todos los tratados dicen de este cante: es un fandango de tipo verdial propio de los pescadores de Málaga capital. Cuando yo compré este disco en 1968 y oí el cante de Cándido de Málaga, me resultó familiar. En efecto, antes había adquirido un L.P. de título "Juanito Valderrama" donde el cantaor de Torredelcampo, con la guitarra de Juan Serrano, hace el mismo cante como remate a una tanda de Fandangos de Graná titulada Frasquito Yerbabuena. Es una pena que no lo tenga digitalizado y no pueda insertarlo aquí. Me refiero, para los que conozcan este vinilo, a la letra
Lejos, muy lejos de España,
yo me llevé un ruiseñor,
lejos, muy lejos de España,
y en sus cantares decía
quiero vivir en Granada,
Granada la tierra mía.
La grabación de Valderrama es de 1967, o sea, un año posterior a la de Cándido. ¿Aprendería don Juan en tan poco tiempo este cante y, encima, se lo lleva de Málaga a Granada? Ni mucho menos, Valderrama, que como he señalado alguna vez era muy resabio, lo conocía de antes. De hecho en la tierra nazarí este fandango era habitual y se le adjudicaba al cantaor Paquillo el del Gas, seguidor del Yerbabuena (Esta noticia me la da Arturo Fernández, cantaor granadino, quien no obstante, reconoce que en su tierra debieron de haberlo importado de Málaga). Como prueba de que este cante se hacía en Granada, y a falta de la grabación de Valderrama, escuchemos esta otra de Cobitos, jerezano de nacimiento pero granadino como artista, con la guitarra de Ramón de Algeciras. Es de 1972 y en ella hace dos verdiales: la primera del Yerbabuena y la segunda de Paco el del Gas.


¡Bien! Nos quedamos con que el jabegote nació en Málaga. Pero hay que corregir a Gonzalo Rojo. ¿Se acuerdan ustedes de mi artículo Las Rondeñas de Juan Varea que publiqué en este blog el pasado 9 de julio? Allí hablaba de que Varea se adelantó a Jacinto Almadén grabando la rondeña, pero hay más: después de dos letras de este cante, viene una tercera que no es sino el jabegote. He podido comprobar la fecha de esta grabación, que yo presumía anterior a 1954. El escritor Luis Soler Guevara la sitúa en 1952 y da la referencia exacta: Columbia, R-13.45. ¿Más claro?

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Los primos portugueses de Paco Valdepeñas

Según el calendario católico, hoy es el Día de los Difuntos, día de duelo para todos los que hemos perdido seres queridos. En consonancia con la fecha, se me viene a la memoria, y se las voy a contar a ustedes, una historieta que viví hace muchos años.


Durante los cursos académicos 1969-70 y 1970-71, yo vivía en un viejo chalecillo (La Hermandad) cerca de la madrileña estación de Chamartín. Fueron dos años de mucha vivencia flamenca como tendré ocasión de ir contando otros días. Invitado frecuente en aquella casa era el flamenquísimo Paco Valdepeñas. Tanto que solía acudir a ella siempre que pasaba cerca del barrio. Un día tocan el timbre, abro y me encuentro a Paco con tres personajes vestidos de negro.
- Andrés, que vengo de la estación y he querío saludarte. Estos son mis primos, gitanos de Portugal.
Paco y yo no parábamos de hablar y sus parientes, tal que fueran convidaos de piedra, ni abrían la boca. En un momento, me voy pá el tocadiscos porque quería saber la opinión de Paco sobre un cante de Matrona, el viejo. Fue empezar la música y los portugueses se ponen de pie con aire de despedirse. Paco interviene de inmediato:
- Perdona, es que no te lo he advertío, pero mis primos están de luto y, claro, no pueden oír música.