Cuando un cante está bien hecho, responde a las espectativas del aficionado sensible y queda fijado en su corazón para siempre, no hace falta que sea largo: un par de coplas por seguidillas gitanas, dos o tres por soleares o solo una para malagueñas, granadinas o cartageneras, son suficientes. A veces, por eso del capricho en los bautizos de los diversos estilos flamencos, puede bastarnos con un medio cante (Nos referimos, claro está, al cante de la Media Granadina).
Pero, ¿quién dice si un cante está bien hecho o no? ¿Vamos a tener que leernos gruesos tratados para que nos enseñen a distinguir el trigo de la paja? No, al buen aficionado le basta con sentirse tocao en sus fibras sensibles y se le nota en su misma cara, en sus gestos, en algún ole o un ay que se le escapa de su garganta.
Si a mi me llega un joven aficionao y me pregunta, por decir algo, que cuándo está bien hecho un cante por granadinas o por medias granadinas, yo no teorizaría. Le diría simplemente:
-Escucha este medio cante:
(Los aficionaos carrozas, como yo mismo, sabrán a la primera quien canta y quien toca. Si algún joven no lo sabe, queda invitado a buscar, a indagar, hasta averiguar los nombres de ambos artistas. Por mi parte, queden ustedes saludados desde Córdoba).
Confieso, no entiendo de flamenco, pero como dice mi primo Andrés, con este medio cante me he sentido tocao
ResponderEliminar<<<< Y MI PASTORA JALEANDO >>><<< ÓLEEEE >>>
ResponderEliminarBuenisimo...
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