sábado, 28 de septiembre de 2013

Serranas con Verdial

No deja de llamar la atención el hecho de que en muchas ocasiones los artistas del género flamenco rematen su cante con algún tipo de fandango. Eso fue muy frecuente en el primer cuarto del siglo XX cuando se ejecutaban cantes mineros y levantinos en general. Escacena y La Niña de los Peines lo hacían habitualmente. Esa costumbre se perdió, aunque la retomaron los cantes por malagueñas: Varea, Rafael Romero, Enrique Morente... Hicieron buena siembra porque en la actualidad parece que se ha convertido en algo de obligado cumplimiento enlazar la malagueña con una tanda de lo que han dado en llamar "cantes abandolaos". Curiosamente, tanto en lo que decíamos de principios del siglo XX como en lo que decimos de hoy mismo, uno de los fandangos más frecuentes era y es el de Lucena en sus diversas variantes.

Lo que ignoran los aficionados jóvenes es que también hubo una época en que se remataba con un fandango de tipo verdial, granadino en general, nada más y nada menos que el cante por serranas. Les traigo dos muestras:


Ya lo han oído, La Niña de Antequera con el guitarrista sevillano Pepe Martínez. Ignoro la fecha de esta grabación, pero sí les digo que en 1971 se registró esta otra con la guitarra de Manolo Sanlúcar y el cante de La Niña de la Puebla.

4 comentarios:

  1. Buenos días Andrés. En mi opinión, es cierto que en festivales y concursos se tiende a rematar el cante por malagueñas con cantes "abandolaos", pero quizá se deba más bien a la forma en el que el cantaor quiere seguir "recreándose" en el cante, bien para conseguir más notoriedad o puntuación en el remate que en la malagueña, o simplemente porque, creada la tendencia, lo fácil es seguir la "tradición".
    Yo no cantaría un abandolao después de, por ejemplo, una malagueña del Mellizo. Para mí es de mal gusto o poco acertado.
    Ah, y las serranas rematadas con verdial... donde esté la siguiriya de María Borrico de remate, que se quiten los verdiales, mejorando lo presente.
    Un abrazo.

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    1. Perdona, Sergio, mi tardanza en contestar a tu comentario que, por supuesto, agradezco. Yo he querido señalar como, en el transcurso de los tiempos, van cambiando las modas.
      1) Fandango después de un cante minero o de una granadina. Esto fue frecuente entre 1900 y 1920. Los artistas actuales ni se plantean semejante remate.
      2) Fandango rematando a la serrana. Se hizo entre 1940 y 1960, aproximadamente. Fue moda pasajera y, después de las grabaciones de Pepe el de la Matrona o de Rafael Romero, se volvió al remate natural que era hacerlo con la seguiriya de María Borrico.
      3) Ya he señalado que la costumbre de añadir a la malagueña un fandango fue propiciada por Juan Varea, Rafael Romero y Enrique Morente, lo cuales solían usar un verdial granadino. Después vino la costumbre de añadir una tanda (a veces demasiado larga) donde usan jaberas, rondeñas (en sus dos versiones más conocidas), jabegotes (también llamados fandangos de Paco el del Gas), cantes del Breva y de Yerbabuena, zánganos y, ¿cómo no?, cantes lucentinos, todos ellos amalgamados con la inapropiada etiqueta de "cantes abandolaos".
      En esas tres etapas de uso del fandango como remate los más usados han sido los lucentinos, seguidos de los verdiales granadinos.
      Un abrazo de aficionado

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  2. Si he leído bien, la referencia al remate de serrana por abandolao, la hace el Sr. Raya como recordando la vieja costumbre. Quiero referir algo que me ocurrió en una final de Concurso de Cante por Liviana que celebraba cada año la peña Flamenca Canalejas de Puerto Real. Compartíamos responsabilidades de Jurado, entre otros, D. Antonio Murciano y quien esto escribe. Y antes de comenzar me preguntó ¿se tiene en cuenta, si terminan la liviana, por cante abandolao? Mi respuesta fué que siempre lo hacían con la seguiriya de los Puertos en el estilo atribuído a Maria Borrico.

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    1. Don Luis, como le indico en mi respuesta al anterior comentarista, la costumbre de rematar la serrana con un verdial carecía de tradición y fue pasajera (creo que entre 1940 a 1960).
      Otra cuestión distinta es mirar esto desde el punto de vista de la "flamencología oficial". Yo, como aficionado (además de haber sido jurado también en importantes certámenes) le digo que, aunque piense que lo natural es el remate por seguiriyas, si me sale un concursante rematando una serrana con verdiales y lo hace flamencamente, tendría, ¿por qué no?, mi apoyo. Aquí no hay leyes escritas, salvo una: sonar flamenco.
      Atentamente

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