viernes, 30 de agosto de 2013

El feminista Pepe Pinto

Por eso que llaman "ley de vida", llevo un tiempo retirado de casi todo acto público. Yo, que en otros tiempos me recorría media España buscando donde poder oír cante, me veo limitado a escuchar discos y más discos. Unos para incluir algún que otro cante en este mi cuadernillo de memorias, otros por simple placer personal. Entre éstos, hay un cantaor que suena con mucha frecuencia en mi casa: Pepe Pinto. Ya sé que se trata de un flamenco muy cuestionado no sólo por los pureros de la cosa flamenca sino también por los círculos de entendidos y cabales. A este respecto, les invito a que lean algunos párrafos dedicados al cantaor sevillano: 

Pepe Pinto simboliza la pérdida inestimable de un gran cantaor flamenco. Muchos años de cante, pero muchos años también de facilonería teatral. Rico en facultades, conocedor largo de los estilos más rancios y, a la vez, dotado de una permanente juventud estilística, todo ello, no obstante y con ser mucho, lo sacrificó en aras de una incursión excesivamente modernista (y hasta extraflamenca) que le ha brindado ciertamente popularidad, pero justa retención en el juicio de los cabales. Se ha excedido a sí mismo y rara vez ha elegido con felicidad el terreno donde pudiese ofrecer el todo de su jondura.

Él se ha multiplicado -dividido en rigor- en su afán de reasumir eclécticamente todos los estratos modernos, clásicos y neoclásicos del cante para ofrecerlos, promiscuados, después de un cocinamiento inverosímil. Ha explotado la severidad y sobriedad andaluzas junto al despilfarro escénico y psicológico de la línea agitanada del cante. Todo parece haberle resultado útil e interesante. Previsiblemente, sólo ha conseguido la difuminación de su estilo. 

Pepe Pinto ha hecho un abuso de la apoyatura literaria. Su recitación cansina, inarmoniosa y, sobre todo, extraflamenca, malbarata lo que realmente interesa de él, que es el cante puro y sus íntimas descargas emocionales. Esta acrobacia lírica, desprovista de todo valor, es una de las tantas preocupaciones "creativas" de Pepe Pinto, ignorando que lo fundamental del cante se da cuando prescinde de tales nexos y aparece limpio, directamente ofrecido.

(Anselmo González Climent, Bulerías, Jerez de la Frontera, 1961)   

Pues será que uno ni defiende pureza alguna ni debe encontrarse entre los entendidos cabales, porque jamás he dejado de oír el 
María Manuela, ¿me escuchas? Yo de vestíos no entiendo...
ni tampoco eso de que
mare no hay más que una y a ti te encontré en la calle. 
Nunca me he asustado cuando el Pinto salta de un estilo de cante a otro. En su voz siempre me suena lo mejor de la soleá, de la seguiriya, de la malagueña, del fandango, porque a mi entender don José Torres Garzón nació flamenco y flamenco se murió.




Miren por dónde, hace un rato, me puse a digitalizar una vieja cassette de esas que comprábamos baratas en gasolineras y bares de carretera, de esas cassettes que no solían darnos las fechas de las grabaciones y con frecuencia ni los nombres de los guitarristas.





En dicha cassette encontramos este registro del Pinto cantando por fandangos  


¿Se han fijado en la primera letra?
Como el hombre libertad,
si las mujeres tuvieran,
el mundo se alegraría
y quizás la humanidad
otro rumbo tomaría.
Diga usted que sí, don José, usted fue un adelantado del feminismo. ¡Pá que luego le tachen de antiguo y retrógrado! Claro que, teniendo la esposa que usted tenía, todo se da por explicado.

viernes, 23 de agosto de 2013

El neochaconismo discográfico: Pepe de Algeciras

Todo cuanto hemos leído en referencia a don Antonio Chacón por parte de los flamencos que llegaron a conocerlo no son sino alabanzas para el jerezano. Sin embargo, con el nacimiento por los años cincuenta de esa pretendida ciencia que dieron en llamar Flamencología, aparecen gentes como el desigual Domingo Manfredi que llegaron a cuestionar su figura. Después, el tándem Ricardo Molina-Antonio Mairena se encargaría en su libro de desdibujar el papel que nuestro cantaor ha jugado en la historia del flamenco: lo rebajan y lo limitan a creador e intérprete de los estilos levantinos (granaínas, malagueñas, cantes de minas...), junto a algún cante menor como ese de los caracoles. Sus acólitos en el uso de la pluma siguieron ignorando la grandeza de Chacón y todavía no hace tantos años de que el laureado poeta Caballero Bonald dijera de él que era poco menos que un coplero.

Libros al margen, la figura de Chacón seguía siendo inamovible para los artistas (excepto, claro, para Mairena y algunos, que no todos, de los mairenistas). Sus cantes se seguían haciendo y se seguían grabando. Pero, ¿todos sus cantes? La verdad es que no: se recordaban sus estilos levantinos, sus caracoles, algunos de sus tientos y su versión de la caña, transmitida a través del Niño de Cabra. Hubo que esperar al doble álbum Homenaje a D. Antonio Chacón publicado en 1977 con la voz de Enrique Morente y la guitarra de Pepe Habichuela. Este disco y la biografía de Chacón escrita por Pepe Blas Vega, nos restituyeron la obra chaconiana en todo su esplendor y en toda su extensión.

Una vez sentado esto, pecaríamos de injustos si nos olvidamos de dos de los hijos del algecireño Antonio Sánchez. Nos referimos a José y Francisco Sánchez Gómez (nacidos en 1945 y 1947), hijos también de la portuguesa Lucía Gómez. Hablamos de los Chiquitos de Algeciras, cantaor uno y guitarrista el otro. Ya eran artistas en 1959 y llegaron a grabar recién iniciada la década de los sesenta. Lo hizo Hispavox que llegó a comercializar tanto en España como en Francia hasta tres vinilos tipo E. P. de los niños de Algeciras. En 1963 hacen una recopilación que se publica en el formato L. P., justo el que yo poseo.


Doce cantes: soleares (3), seguiriyas (2), malagueñas (2), tientos (2), tarantos, serrana y una tanda de cantes sin guitarra (debla, martinete, toná). ¡No está mal para dos adolescentes! De lo que vino después, ¿qué les voy a contar? ¿Quién no conoce la obra de Pepe de Algeciras, luego mutado en Pepe de Lucía, y no digamos la de su hermano Paco?

Vamos a lo nuestro que es oír el cante. Aquí tienen una de las concepciones que don Antonio Chacón tenía del cante por tientos:


Y más: seguiriyas en el más puro estilo del maestro de Jerez.

miércoles, 21 de agosto de 2013

El Pili and his ensemble

Agosto de 1968 que me pasé íntegro en París con intención de mejorar mis conocimientos de la bella lengua francesa. No debí de progresar mucho porque una tarde que paseaba con unos amigos franceses, hablando francés por supuesto, se me acerca uno y me dice:
-Oiga, ¿usted no será por casualidad cordobés?
-No por casualidad sino porque nací en Fernán Núñez.
-Pues yo en Montilla
Abracé al montillano que, por otra parte, me dejó chafado del todo. Hablando en francés y supo el tío que yo era andaluz y cordobés. ¡Sabios en reconocernos las gentes de la campiña!
En ese mes frecuenté mucho la librería "Masperó" que estaba en pleno barrio latino. Allí se podían comprar libros que la censura franquista tenía prohibidos en España. Me compré muchos que, a la hora de la vuelta y aconsejado por otros españoles que hacían lo mismo, mezclé en la maleta con la ropa pendiente de lavado. Los aduaneros de Barajas solían dar de lado a las bolsas con tales contenidos, no percibían que la cultura pudiera ir mezclada con los sudados calcetines y otras prendas más íntimas.
Pero en la librería también vendían discos y allí encontré y compré el vinilo con la portada más fea y ridícula de cuantas tengo en mi fonoteca, Véanla:


Digo portada, digo cubierta. El contenido musical es otra cosa. El Pili, cantaor madrileño (1908-1983, según me comunica el amigo Ramón Soler), uno de los muchos jornaleros del cante que repartieron su vida entre compañías unas veces y entre fiestas privadas la mayor parte de ellas. Me gustó su voz, me sonó flamenco. Me sigue gustando su voz, me sigue sonando flamenco. ¿Lo oímos un poquito por soleá?


En la contracubierta (para colmo escrita en inglés) ni aparecía el año de grabación ni aparecían los nombres de los tocaores. Oyendo el disco pude adivinar que uno de ellos era el guitarrista leonés Vargas Araceli, ¡Vaya por Dios, un cantaor de Madrid con un guitarrista de León! ¡Pá que luego digan que algunos andaluces, simplemente porque no nos guste Miguel Poveda, es que no aceptamos a los artistas nacidos arriba de Despeñaperros!

Oigamos ahora, y terminamos, un precioso cante por guajiras:


Curiosa la segunda estrofa:

El domingo la vi en misa,
el lunes la hice un regalo, 
el martes hablé con ella,
el miércoles nos casamos, 
el jueves dormí con ella
el viernes la di de palos,
el sábado se murió
y el domingo la enterramos.
¡Vaya una semana triste
para dos enamorados!
Que en una semana estuve
soltero, viudo y casado.

Jocosa, sí, pero no le aconsejaría a ningún flamenco actual que la usara.

martes, 13 de agosto de 2013

Gualberto, 1975. De como Enrique se anticipó a Morente

Desde siempre, en cuantas actividades he intervenido a lo largo de mi vida, me ha gustao alinearme con los "herejes". Hoy, en particular, me he levantado con mi pie izquierdo, el más hereje de los dos. Por eso aviso a los "pureros" de la cosa flamenca de que, si no quieren cabrearse conmigo, están a tiempo de abandonar la lectura de este artículo.  

Porque después de desayunarme mi café con leche y mi tostada con aceite (cordobés y de la campiña, por supuesto), me pongo a oír esto


Se trata de La canción del arco iris incluida en un vinilo L. P, publicado en 1975 por la casa Movie Play, titulado sencillamente Gualberto. Sí, claro, Gualberto García Pérez ese músico nacido en Triana (Sevilla) en 1945, uno de los fundadores del grupo de rock conocido como Smash, maestro en el uso del shitar indio, instrumento con el que, por cierto, acompañó a Camarón de la Isla en aquellas sorprendentes nanas con texto de Lorca tituladas Del caballo grande. Y dirán ustedes que, bueno, ¿y qué? Pues eso, que si atienden bien a la canción oirán hacia su mitad y luego más claramente al final una voz de fondo que se limita a decir un prolongado
Aaaaaaah!
Pero una voz que me suena mu flamenca. Sigo oyendo el disco y llego a la canción titulada Terraplén.


¡Vaya, esto va sonando flamenquito! Y ahora la misma voz de antes luce en todo su esplendor como queriéndose expresar por seguiriyas o cualquiera sabe. La siguiente canción se llama Prisioneros


Esta vez sí, tras los instrumentos eléctricos, la letra entera de un fandango flamenco en medio del grito
libradme
Me voy a la carpeta del disco y consulto los créditos. Entre ellos hay uno que pone
Voz: Enrique Cantaor
O sea, un cantaor flamenco colaborando con gente del rock duro y en la temprana fecha de 1975. Esto mismo ocurrió a las claras y a lo grande cuando en 1996 apareció la obra
MORENTE & LAGARTIJA NICK: OMEGA
Verdaderamente, como puse en el título de este articulillo, Enrique se anticipó a Morente.

Y digo, como he dicho otras veces, si la fusión es esto, ¡viva la fusión!.

lunes, 12 de agosto de 2013

Sabicas en Madrid (1969)

En medio del legendario Canta Jerez, (Hispavox, 1967) y su réplica Flamencos de Jerez (CBS, 1970) apareció en los mercados otra joya discográfica realizada por un colectivo de flamencos. Vean cuáles:

Pedro Jiménez Borja (El Pili), 1908-1983
Rafael Romero Romero (Rafael Romero), 1910-1991
José Bermúdez Vega (Pepe el Culata), 1911-1978
Agustín Castellón Campos (Sabicas), 1912-1990
Manuel Soto Monje (El Sordera), 1927-2001
Juan Cantero Salazar (Juan Cantero), 1939
Pedro Montoya Lozano (Pedro Montoya), 1928
José Monge Cruz (Camarón de la Isla), 1950-1992

Se trataba de un doble L. P. publicado en 1969 por la discográfica RCA y cuyo título rezaba así:

SABICAS, la historia del flamenco


Es sabido que Sabicas, tras la incivil guerra del 36-39 se había establecido en los Estados Unidos, donde había alcanzado fama y reconocimiento como concertista de guitarra flamenca. Por los años sesenta volvió alguna que otra vez a España y en una de ellas tuvo la idea de reunir a unos cuantos cantaores y montar una fiestecita. De ella salieron cuatro toques en solitario y catorce en los que el maestro tocaba para acompañar, al igual que lo había hecho tantas y tantas veces en sus años de juventud con los artistas contemporáneos suyos. Éstos fueron los rótulos:

Guajira (El bohío)
La Caña (Rafael Romero)
Seguiriyas (Pepe el Culata)
Tangos Extremeños (Juan Cantero)
Rondeña (Nostalgia gitana)
Bulerías (Juan Cantero, Manuel Soto "Sordera", Camarón de la Isla)
Fandangos (Pedro Montoya)
Soleá por Bulerías (Pepe el Culata)
Malagueña (Rafael Romero)
Garrotín (Homenaje a Carmen Amaya)
Soleá por Bulerías (Manuel Soto "Sordera")
Seguiriyas (Rafael Romero)
Levantica (Pepe el Culata)
Seguiriyas (Los Puertos)
Fandangos (Camarón de la Isla)
Jaleos Extremeños (Juan Cantero)
Alegrías (Manuel Soto "Sordera")
Soleares (El Pili)

De los solos de guitarra quiero invitarles a que escuchen conmigo ese Garrotín que compuso pensando en su gran amiga la bailaora Carmen Amaya


El extremeño Juan Cantero, muy conocido en los tablaos madrileños, fue uno de los artífices en la difusión de los llamados Tangos Extremeños que después incluyeron importantes artistas andaluces en su repertorio, Aquí están:



En esa reunión estaba un jovencito Camarón de la Isla, Con Sabicas a la guitarra, se expresó así haciendo los fandangos del Rubio y de Juan de la Vara.


Para acabar, ¿cómo no?, una fiesta por bulerías donde están las voces de Cantero, del Sordera y de Camarón: 

jueves, 8 de agosto de 2013

De Concurso a Concurso: 1922-1956

Rompiendo mi estilo habitual, hoy publico un "artículo de opinión". Sé que muchos no lo compartirán, pero bueno, arrieros somos y en el camino andamos. Lo que escribo lo he pensado desde hace tiempo y me apetecía decirlo.

Un sector de ese gremio que llamamos "la intelectualidad española" lloraba hacia 1922 por la pérdida del auténtico (¿?) Cante Jondo. El músico don Manuel de Falla los aglutina en Granada y deciden montar un Concurso de Cante Jondo con la finalidad de su recuperación. Aunque sus promotores lo desearan, no hubo segunda edición en los años siguientes.

Pasaba el tiempo y muchos querían recuperar aquella iniciativa granadina porque pensaban que el cante iba de mal en peor. Una curiosa simbiosis entre el ensayista argentino don Anselmo González Climent y el poeta de Puente Genil (Córdoba) don Ricardo Molina cristalizan en un nuevo Concurso de Cante Jondo, ahora en Córdoba y en el año 1956.

Me cuento entre aquellos que piensan que el Concurso granadino no es que fuera innecesario sino que, como tal concurso, tuvo unos planteamientos equivocados. También discrepo de la opinión generalizada de que el Concurso cordobés fuera punto de partida en la recuperación del buen cante. Desde los tiempos de los históricos Paquirri Guanter, Frasco el Colorao, Manuel Molina, Silverio Franconetti, El Nitri o El Canario de Álora hasta este 2013 en que seguimos oyendo a un Pansequito, a un Rancapino o una Carmen Linares, además de voces más frescas como las de Marina Heredia, David Palomar o Rocío Márquez, el cante siempre ha estado vivo.

Centrándonos en el segmento de tiempo 1922-1956, el que hay entre los concursos granadino y cordobés, ¿el cante estaba perdido? Ni mucho menos. Además, se me ocurren hasta tres vías por las que discurrió a sus anchas:

1) La de los "cantaores ambulantes", aquellos que llenaban teatros y plazas de toros no sólo en Andalucía sino también en otras regiones hispanas. Eran los de la llamada "Ópera Flamenca" tan criticada por amplios sectores de la flamencología (¿me puede decir alguien en qué consiste esa pretendida ciencia?) que surgió a partir de 1956. Jamás sus figuras más significativas (por ejemplo, Caracol, Marchena, Pepe Pinto o Valderrama) dejaron de cantar por soleá, por seguiriyas o por malagueñas. Muchos de esos cantes nos han llegado a través de ellos.

2) Los "numantinos de los colmaos y las fiestas". Me refiero a un grupo de cantaores, la mayoría de ellos asentados en Madrid, prolongación del chaconismo y, en menor medida, del torrismo que rara vez participaban en actos públicos. Les hablo del Matrona, del Chaqueta, de Rafael Romero, de Aurelio el de Cádiz...

3) Al tercer grupo les llamaría "los tapaos de los pueblos". Gente que no salieron de Andalucía y que aprendían sus cantes por tradiciones más o menos familiares. Juan Talega, Manolito María, la Periñaca, el Borrico de Jerez, Joselero y el Perrate,  o gente más joven como las niñas Fernanda y Bernarda de Utrera o la divina Perla de Cádiz.. 

Vuelvo a preguntar, ¿el cante estaba perdido? Quien afirme que sí, que me lo explique.

martes, 6 de agosto de 2013

El Diploma de Caracol en Granada

Con mi agradecimiento al poeta granadino Juan de Loxa.

El pasado día 6 de julio dimos a conocer sendos archivos de imagen que reproducían los dos diplomas del Tenazas en el Concurso de Granada de 1922. Eran acordes con el texto del acta del jurado publicado en el Noticiero Granadino el 18 de junio de 1922 y transcrito por nosotros en el artículo del pasado 9 de julio en este mismo blog. En dicha acta y referido a la Sección Primera del Concurso (Seguiriyas) se lee lo siguiente:

Premio de honor: el jurado estima conveniente declarar desierto este premio y establecer en su lugar dos primeros extraordinarios de 1000 pesetas, uno de Ignacio Zuloaga y otro, del Excelentísimo Ayuntamiento, que son adjudicados el primero a don Diego Bermúdez Calas, natural de Morón, de 68 años de edad, y el segundo al niño Manuel Ortega, de once años de edad y natural de Sevilla.

Según esto, en el diploma que recibió Caracol debieran haber escrito que había obtenido
 "primer premio extraodinario Excelentísimo Ayuntamiento"
Sin embargo, un comentarista que escribe bajo la firma "El Anfitrión" nos remite a un texto de Juan de Loxa (Revista La Nueva Alboreá, número 12, año 2009) en el que se dice que el galardón de Caracol era un
"primer premio extraodinario Zuloaga"
Aunque habíamos perdido el contacto hace años, soy un viejo amigo del poeta granadino. No paré hasta localizarlo y efectivamente he tenido el placer de charlar con Juan largo y tendido. ¡Tantas cosas que contarnos! pero, en fin, como no vienen a cuento vayamos a nuestro hilo. Me dice que en su día el propio Manolo Caracol le mandó una fotografía del diploma recibido en Granada, que él no conservaba esta foto porque la había donado, con otros muchos testimonios personales, a la "Casa-Museo García Lorca". Que hablaría con ellos para que la buscaran y me la remitieran por vía electrónica. Así se hizo y aquí tienen una imagen de ese diploma:

Ciertamente que pone "primer premio extraordinario Zuloaga", igualito, igualito a lo que ponía el diploma del Tenazas. ¿Contradicción con el acta? No lo creo y sí pienso que hubo descoordinación entre el correspondiente amanuense-calígrafo y el secretario del jurado. Más: puede que en el momento de rotular los diplomas aún no se hubiese decidido lo de mentar a Zuloaga y al Ayuntamiento. Obsérvese que los diplomas llevan fecha del 14 de junio y el acta se redactó al día siguiente, 15 de junio. No vamos a entrar en polémicas por esto. Ocurrió lo que ocurrió y nosotros se lo hemos contado a ustedes.

Posdata 1: Días después de recibir la copia del diploma que les muestro, compré el libro Manolo Caracol, Autobiografía de un mito del Flamenco. En su página 14 está el mismo diploma.

Posdata 2: Cuando publiqué los diplomas del Tenazas les dije que la edad no era la correcta. Tampoco lo es la de Caracol. Pone que tenía once años, cuando se sabe que había nacido el 9 de julio de 1909.

Posdata 3. Hablando de Caracol, ¿nos vamos a ir de vacío? Ni mucho menos, Aquí lo tenemos con su amigo Melchor de Marchena, año 1958, cantando por tientos.

domingo, 4 de agosto de 2013

¿Flamencos de Jerez = Canta Jerez II?

Con mis saludos para David Marín en su Jerez natal

El otro día hablábamos del disco Canta Jerez publicado por Hispavox en 1967 y dirigido por Pepe Blas Vega. Su impacto fue tan grande que tres años después otra discográfica (en este caso CBS) pretende emularlo. En efecto, en 1970 y bajo la coordinación del poeta Manuel Ríos Ruiz, sale a la venta el disco Flamencos de Jerez


Doce registros correspondientes a
Martinetes, Seguiriyas (2), Soleares (2), Romeras, Tarantos, Fandangos (2), Bulerías, Bulerías de Navidad, Fiesta por Bulerías
seis cantaores y un guitarrista
Manuel Soto Monje (El Sordera), 1927-2001
Manuel Romero Pantoja (Romerito), 1932
Fernando Fernández Monje (Terremoto), 1934-1981
Manuel de los Santos Pastor (El Agujetas), 1939
Fernando Gálvez Valencia (Fernando Gálvez), 1940
Vicente Soto Barea (Vicente Soto), 1954
Manuel Muñoz Alcón (Manolo Sanlúcar), 1943

Si comparamos estilos de cante y artistas intervinientes, el paralelismo entre el disco de Hispavox y éste es más que evidente. Las novedades están en dos estilos que no son genuinamente jerezanos (romeras y tarantos). En cuanto a los artistas, los huecos de El Borrico, El Sernita y El Diamante Negro se cubren con tres que, si mis datos no me fallan se estrenaban en la grabación: un Agujetas que ese mismo año publicó un L. P. en solitario, un Fernando Gálvez, muy conocido en los tablaos madrileños pero ausente de los estudios, y un jovencito Vicente Soto, el hijo del Sordera.

Les dejo con estos dos últimos

1) Tarantos (Fernando Gálvez)


2) Soleares (Vicente Soto)


y para terminar, ¿cómo no?

3) Fiesta por Bulerías (El Sordera, Fernando Gálvez, Romerito, Vicente Soto y Manolo Sanlúcar)

jueves, 1 de agosto de 2013

Canta Jerez

Envío a mi paisano Paco Peix.

Aunque llevaba un tiempo colaborando con Hispavox, fue hacia 1967 cuando el amigo Pepe Blas Vega asumió la responsabilidad de las grabaciones de flamenco de dicha discográfica. Y se estrenó con una auténtica joya: el L. P. Canta Jerez cuya cubierta hemos colocado a nuestra izquierda.



Miren ustedes qué estilos se grabaron:
Martinetes,CabalesSeguiriyas (3), Soleares (2), Fandangos del GloriaBulerías por SoleáBulerías de Nochebuena y Fiesta por Bulerías
y miren qué seis cantaores y qué dos guitarristas intervinieron en el disco: 
Gregorio Fernández Vargas (El Borrico), 1910-1983
Manuel Fernández Moreno (El Sernita), 1921-1971
Manuel Soto Monje (El Sordera), 1927-2001
Manuel Romero Pantoja (Romerito), 1932
Manuel Valencia Peña (El Diamante Negro), 1932
Fernando Fernández Monje (Terremoto), 1934-1981
Francisco Márquez Ménendez (Paco de Antequera), 1938-2000
Francisco López-Cepero García (Paco Cepero), 1942
Todos estos artistas trabajaban en diversos locales de Madrid (por ejemplo yo conocí por esas fechas tanto al Sordera como a Terremoto en el tablao Las Brujas) excepto El Borrico a quien tuvieron que sacar de su rincón jerezano. No tengo a mano el correspondiente enlace pero está contado en las redes que Hispavox y en su nombre Blas Vega no escatimaron medios para que esta troupe jerezana se sintiera a gusto: un gran salón con mucho tapeo y mucho fino de Jerez, donde cada uno cantaba lo que se le iba ocurriendo y cuando se encontraba a gusto para hacerlo. 


Se registró mucho más material del que apareció en el disco, parte del cual lo usó la casa Hispavox para publicaciones.posteriores. Y, dirán ustedes, ¿qué hago yo hablando de un tema conocido de toda la buena afición, sobre todo de la de cierta edad? Pues, miren, hace unos días, Paco Peix, de ascendencia castellana pero nacido en mi pueblo, me preguntaba por este disco. Le dije que sí que lo tenía, que lo había comprado nada más salir al mercado, que era uno de los más oídos no sólo por mí sino por los muchos amigos que, primero en el Colegio Mayor San San Juan Evangelista, luego en el chalet "La Hermandad", se alimentaban de mi discografía. Tan oído que, al intentar digitalizarlo, no logro salvar algunas de las pistas llenas de rayaduras. Otras sí y, afortunadamente, las tres que eran y siguen siendo mis favoritas. Van por mi amigo Paco y van por todos ustedes:

1) Soleares de Juaniquí (Romerito y Paco de Antequera)


2) Cabales (El Sernita y Paco de Antequera)


3) Fiesta en el Barrio de Santiago (Todos los artistas)