viernes, 23 de agosto de 2013

El neochaconismo discográfico: Pepe de Algeciras

Todo cuanto hemos leído en referencia a don Antonio Chacón por parte de los flamencos que llegaron a conocerlo no son sino alabanzas para el jerezano. Sin embargo, con el nacimiento por los años cincuenta de esa pretendida ciencia que dieron en llamar Flamencología, aparecen gentes como el desigual Domingo Manfredi que llegaron a cuestionar su figura. Después, el tándem Ricardo Molina-Antonio Mairena se encargaría en su libro de desdibujar el papel que nuestro cantaor ha jugado en la historia del flamenco: lo rebajan y lo limitan a creador e intérprete de los estilos levantinos (granaínas, malagueñas, cantes de minas...), junto a algún cante menor como ese de los caracoles. Sus acólitos en el uso de la pluma siguieron ignorando la grandeza de Chacón y todavía no hace tantos años de que el laureado poeta Caballero Bonald dijera de él que era poco menos que un coplero.

Libros al margen, la figura de Chacón seguía siendo inamovible para los artistas (excepto, claro, para Mairena y algunos, que no todos, de los mairenistas). Sus cantes se seguían haciendo y se seguían grabando. Pero, ¿todos sus cantes? La verdad es que no: se recordaban sus estilos levantinos, sus caracoles, algunos de sus tientos y su versión de la caña, transmitida a través del Niño de Cabra. Hubo que esperar al doble álbum Homenaje a D. Antonio Chacón publicado en 1977 con la voz de Enrique Morente y la guitarra de Pepe Habichuela. Este disco y la biografía de Chacón escrita por Pepe Blas Vega, nos restituyeron la obra chaconiana en todo su esplendor y en toda su extensión.

Una vez sentado esto, pecaríamos de injustos si nos olvidamos de dos de los hijos del algecireño Antonio Sánchez. Nos referimos a José y Francisco Sánchez Gómez (nacidos en 1945 y 1947), hijos también de la portuguesa Lucía Gómez. Hablamos de los Chiquitos de Algeciras, cantaor uno y guitarrista el otro. Ya eran artistas en 1959 y llegaron a grabar recién iniciada la década de los sesenta. Lo hizo Hispavox que llegó a comercializar tanto en España como en Francia hasta tres vinilos tipo E. P. de los niños de Algeciras. En 1963 hacen una recopilación que se publica en el formato L. P., justo el que yo poseo.


Doce cantes: soleares (3), seguiriyas (2), malagueñas (2), tientos (2), tarantos, serrana y una tanda de cantes sin guitarra (debla, martinete, toná). ¡No está mal para dos adolescentes! De lo que vino después, ¿qué les voy a contar? ¿Quién no conoce la obra de Pepe de Algeciras, luego mutado en Pepe de Lucía, y no digamos la de su hermano Paco?

Vamos a lo nuestro que es oír el cante. Aquí tienen una de las concepciones que don Antonio Chacón tenía del cante por tientos:


Y más: seguiriyas en el más puro estilo del maestro de Jerez.

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