domingo, 20 de marzo de 2011

Cantar más de 20 soleares para cantar una SOLEA

Una noche, allá por 1971, nos encerramos en el sótano de Casa Gayango una pequeña tertulia para hablar de cante: Pepe el de la Matrona, Antonio Piñana, Manolo El Sevillano, Carlos Aldana (dueño del local), mi amigo el Ingeniero de Minas Paco Hidalgo, alguien más que no recuerdo, y yo. Ya se sabe que nuestros cantaores no hablan de cante sin apuntarse algún que otro estilo:
-Yo lo aprendí de Fulanito que lo hacía así...
Piñana tenía ganas y nos regaló, con la guitarra del Sevillano, sus conocimientos de mineras, tarantas, cartageneras. Pepe lo escuchaba atentamente y en algún momento de nuestra conversación hizo pequeños apuntes por soleá. Mi amigo Paco Hidalgo, le insistía una y otra vez:
-Pepe, ¿cómo era aquello del correo de Vélez?
El Matrona miraba para otro lado fingiendo no haberlo oído y, por mi parte, y por lo bajini, yo le decía a mi amigo:
-Por Dios, Paco, a los cantaores no se les pide nada. Hay que dejarlos a su aire.
Seguimos hablando de todo lo divino y lo humano cuando el Matrona, le dice al guitarrista:
-Manolo, toca un poquito por soleá.
Efectivamente, Pepe empezó a desgranar una y otra letra. Más de veintitantas, recorriendo los estilos de Alcalá, Lebrija, La Serneta, Frijones, Paquirri. En un momento, dirigiéndose a mi amigo Paco, le dice:
-Niño, ahora estoy en condiciones de hacer ese cante que querías.
Se marcó un par de letras de esas soleares grandes de Triana, esas monumentales soleares apolás. Nos dejó tan impresionados que no hubo más remedio que levantar la reunión.

1 comentario:

  1. Sale el Gayango en esta película minuto 36:50 aprox.
    https://www.arte.tv/es/videos/118941-000-A/segundo-lopez-aventurero-urbano/

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