viernes, 11 de diciembre de 2020

1899, los flamencos graban en Valencia

 El Flamenco nació en Andalucía y de esta tierra salían sus mejores intérpretes, dicho lo cual, debemos recordar que los primeros registros sonoros de sus voces solían hacerse fuera de nuestros límites en ciudades como Barcelona o Valencia. Aparecieron en el período de 1880 a 1905 usando el soporte de los llamados cilindros de cera. Hoy les voy a hablar de algunos de tales registros.

Hemos encontrado una nota de prensa del 2 de diciembre de 1899, publicada en Las Provincias, uno de los periódicos valencianos. El artículo es largo y he hecho un extracto recogiendo lo que afecta al flamenco, el cual queda adjunto a nuestra izquierda. 

Se habla de la firma Hijos de Blas Cuesta en la cual, grabaron Antonio Chacón, Antonia la Malagueña, Dolores la Gaditana y el Mochuelo. Ahora recuerdo que hace unos años se estuvo hablando de estos registros en el foro El Flamenco y su Cultura que coordinaba Tomás Sáinz Rofes.

En otro estudio , Casa Pallás, grabaron varios artistas más entre ellos el popular señor Reina, o sea, el Canario Chico. 




El Centro Andaluz de Flamenco, dependiente de la Junta de Andalucía, llegó a rescatar hasta 73 cilindros de temática flamenca e incluyó 44 de ellos, previa limpieza y adecuación, en un par de discos cedés. Fue en 2003 y nos ha permitido a los aficionados comunes poder conocer las voces de algunas figuras históricas. Inevitable el arrastre de ruidos y otros inconvenientes que dificultan la audición, pero ahí está nuestra afición para eludir tales defectos. Muchos lectores de mis cuadernillos conocen estos cilindros. Para los que no, les pongo algunas muestras.  




El Canario Chico con Manuel López, año 1899: Granadinas


Antonia la Malagueña con Miguel Borrull, año 1899: Malagueñas

Antonio Chacón con Miguel Borrull, año 1899, Seguidillas

1 comentario:

  1. parece, a pesar de la pérdida de la calidad de sonido, que la voz del gran Chacón no era "de falsete" como dicen Mairena y Molina en su, por otra parte, estupendo libro, sino natural y potente, como decían los cantaores coetáneos. Era lógico, pero es bueno comprobarlo directamente. Falsete fue la del fin de su vida, pero siempre con un estilazo sublime.

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