jueves, 1 de septiembre de 2011

La hija de la Paula y Curro: los dos por un caminito









(Escrito en 1996 con motivo de la XXIV Semana Cultural Flamenca, organizada por la Peña Flamenca de Córdoba, en la que se rendía homenaje a Curro de Utrera, el siguiente texto lo publiqué en este blog el 18 de febrero de 2011. Hoy he podido insertar la grabación "La Hija de Paula" y, por eso, vuelvo a publicarlo. El cante lo encontrarán al final).




Corrían los primeros años sesenta, justamente cuando el que suscribe maduraba su afición flamenca. En los descansos, a mitad de película, del Cinema Ulia de mi pueblo, o sea, Fernán Núñez, ponían un disco de Curro de Utrera:

Tan alta la ví subir a un águila palomera...
Velero, porque yo lo gobernaba...
De rodillas me hinqué a la entrada de Lucena...
Si preguntas por quién doblan, del convento las campanas...
Y cómo serás de mala, me puse a escribirte un día...
Tienes a veces corazón de leona...
Iglesia de Santa Ana, no se me van del sentío los dobles de tu campana...
Pá qué quieres que te compre un espejito de plata...
Pero dejar que te mire, eso no lo manda la ley...
No soy de esta tierra, ni conozco a nadie... Ven acá mujer del mundo...

Fandangos huelvanos, fandangos personales, fandangos y verdiales lucentinas, malagueñas de Chacón y del Mellizo, jaberas, serranas, soleares sevillanas, viejos polos, viejas cañas, siguiriyas clásicas rematadas por martinete, cuya ejecución flamenca, por cierto, fue cuestionada por un crítico flamenco que entonces hablaba desde una emisora de su pueblo (opinión que posteriormente corrigiría, digo yo, por su hoy confirmada aceptación del cante y la personalidad del de Utrera...). Cantes que oíamos devotamente una y otra noche... Pero, sobre todo,

La hija de la Paula, no es de mi rango...

alegrías cordobesas que uno, a pesar de la cercanía (siempre he ignorado si Fernán Núñez ha sido barrio de Córdoba o si Córdoba de Fernán Núñez, pero tengo por seguro que esa relación existe...), a pesar de la cercanía, digo, yo desconocía. Uno, por aquel entonces, sólo había oído a Fosforito un apunte de Alegrías de Córdoba, aquél de

Dígale usted al cochero, que apriete el paso...

Uno no tenía ni edad ni circunstancias para acudir a los peroles donde, en las estribaciones de la sierra, Onofre y otros maestros se prodigaban por un estilo forjado con metales netamente cordobeses. Como tampoco uno estaba en condiciones de conocer aquello de

Los dos dos por un caminito, que tú a mi vera y yo a tu lao...

soleares, también de estilo cordobés, que Curro de Utrera nos ofrecía en su disco.

Eran los dos estilos que más me impresionaban. Y yo pensaba, qué cómo era aquello de que un utrerano viniera a enseñarnos nuestros propios cantes... No lo sé... Después, con el paso de los años, uno oiría que las versiones de Curro tenían mucho de personal, que no eran las genuínamente cordobesas. ¡Qué mal da! Mayor mérito para Curro: un cantaor personal siempre está por encima de un imita-voces-ajenas.

Sea como fuere, y dejando toda literatura a un lado, quiero dejar hoy, y en estas líneas, mi reconocimiento al cantaor Curro de Utrera por aquel alimento que entonces nos proporcionó a tanto aficionado, joven y menos joven, en una época de auténtica sequía flamenca... Hoy ya sé muchas cosas sobre alegrías y soleares de Córdoba, pero para mí estos cantes siempre irán unidos a su recuerdo. Gracías, amigo Curro.

6 comentarios:

  1. Y yo que me acuerdo de haber oído este disco. Era en el cine de verano que la empresa de los Marines tenía en la calle San Marcos.
    Un Ariza de F. Núñez

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  2. Curiosa mezcla, cante flamenco, entre tanta flecha de indio y tanto disparo del grandón Jhon Wayne.

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  3. José Antonio Cantillo9 de octubre de 2011, 4:11

    No dejan de sorprenderme las coincidencias que se nos presentan algunas veces, D.Andrés.
    Soy desde hace unos pocos meses socio y secretario de la Peña Flamenca de Córdoba y desde que entré y vi la vitrina que existe en nuestra sede con las grabaciones en cassette de las Semanas Culturales que cada año se celebran en nuestra peña; no hacía más que pensar en el peligro que corrían de perderse esas grabaciones al encontrarse en un soporte tan perecedero. Así es que sugerí a la junta directiva el intentar pasarlas al disco duro del ordenador con el fin de evitar que se perdiera algún día tan valiosa colección de conferencias y manifestaciones artísticas.
    Precisamente ayer día 8 que disfrutamos de un magnifico acto flamenco con Antonio Mejías y Manuel Flores, aproveché para intercambiar las cintas que ya había pasado con las de la XII Semana Cultural y aquí viene la sorpresa cuando hoy al pasar la segunda cassette me encuentro con su magnífica conferencia del día 29/02/84.
    Tengo que confesarle que a pesar de ser aficionado, apasionado del Flamenco y lector de algún que otro libro de ediciones Demófilo , nunca había oído hablar de usted. Así que intenté copilar información de usted y he dado con esta página de lo cual me alegro porque me servirá para saciar un poco mas mi curiosidad por este arte.
    Sé que muchos componentes de la Peña de aquellos años le dieron las gracias por su aportación. Yo quiero dárselas ahora y felicitarle por la magnifica aportación que le ha hecho al flamenco.
    Un saludo

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  4. José Antonio, esa conferencia debe ser la que di sobre "Bibliografía Flamenca". Un auténtico pestiño repleto de erudiciones y academicismos: la conservo escrita y no volvería a darla. Después he participado un par de veces más en vuestras Semanas Flamencas, con charlas ya más distendidas, más coloquiales. En esa peña tengo muchos y muy buenos amigos que no te nombro por si me olvido de alguno. A mí el flamenco no me debe nada. Yo a él sí: horas y horas y horas de disfrute.

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  5. ¡Vaya, maestro! Otra vez echando tierra sobre sus méritos. Le felicitan por una charla del año 1984, y se revuelve como un tigre!!!
    Dentro de nada, no podremos felicitarlo por este blog, :-) ... porque ¿también renegará de sus aportaciones?
    Ya sé qué el "último hijo" es siempre el más querido, pero no reniegue de los anteriores: tuvieron su momento y siguen siendo obra nuestra.

    Salud.

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  6. Sí, Porverita, pero es que cuando releo esta conferencia me parece que era un flamencólogo más, y eso no lo soporto.

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