miércoles, 20 de abril de 2016

Serranas y Peteneras

Envío a Guillermo de Anjou y mi agradecimiento a Gregorio Valderrama.

Todos ustedes saben, y aquí se ha comentado más de una vez, que la forma canónica, a la vez que completa, de hacer el cante por serranas consiste en la secuencia
liviana + serrana + seguirilla
Sin embargo, hubo una época en que era frecuente rematar la serrana con un verdial. Esta afirmación la ilustramos en nuestro artículo del 28 de septiembre de 2013 y la complementamos con otro de fecha 9 de noviembre de 2015. Menos frecuente ha sido ponerle a la serrana una soleá como remate, pero así lo hizo, además magistralmente, el cantaor Enrique Orozco, según les mostré a ustedes el 11 de septiembre de 2014. Precisamente, en un reciente comentario a este artículo, Guillermo de Anjou me decía
Leí una vez por ahí que también fue costumbre -creo que Paco Toronjo y otros más lo afirmaron- el combinar la serrana con la petenera. Qué sabe usted de esto?
Pues sí, también yo he leído algo de eso. Concretamente, en una conferencia de Romualdo Molina, publicada en Jondo web bajo el título La Petenera, entre la Serrana y la Soleá, encontramos estas líneas:
Una antigua tradición, que nos llega por Paco Toronjo, desde Pepe Pinto, y a éste muy probablemente por Arturo Pavón, quien la recibiría del Niño Medina, usa a la petenera como macho de remate del cante por serranas.
Claro que sí: Escuchen a Pepe Pinto, con acompañamiento de guitarra y piano (¿Melchor de Marchena y Arturo Pavón hijo?), en una grabación de 1951:

Amigo tanto de Arturo Pavón como de su cuñado Pepe Pinto, Juan Valderrama también hizo esta mezcla serrana-petenera. Fue en 1944 y le acompaña Ramón Montoya. La grabación que les pongo, me la acaba de mandar el buen amigo Gregorio Valderrama:



Se me ocurre una broma para acabar. Si el nombre del cante por peteneras procede de la comarca de Petén en Guatemala y esta comarca alberga ariscas serranías, ¿no vendrán de allí también los cantes por serranas?

domingo, 10 de abril de 2016

RAFAEL ROMERO, cantaor singular (VI). Por sevillanas

Tratando de mostrarles a ustedes que Rafael Romero era un cantaor largo, me dio por iniciar una serie de breves artículos, de título RAFAEL ROMERO, cantaor singular, en los que iba insertando grabaciones suyas poco conocidas y fuera de su repertorio más habitual, repertorio en el que, como saben, figuraban los cantes sin guitarra (Martinetes, Tonás, Deblas), las Seguiriyas, la Caña, los Tientos, el Mirabrás, las Peteneras y su Rondeña, junto a alguna Soleá, la Malagueña de la Trini o algún Cante Minero. Esos artículos los iba numerando y, para el que no los conozca o recuerde, aquí les pongo los respectivos enlaces.   

07-12-2015 (I)
11-12-2015 (II) y también actor de cine
15-12-2015 (III), nos recuerda a Huelva y a ¿Málaga?
08-01-2016 (IV). El Fandango de Almería
12-01-2016 (V). Por granadinas

Hace poco, el amigo Paco Canela preguntaba en Facebook:
¿Hablamos de Sevillanas? ¿Es un palo más del flamenco?
La segunda pregunta me la he hecho yo mismo con frecuencia y entre los borradores que tengo para futuros artículos de este cuaderno hay uno dedicado al tema. Aparecerá, Dios mediante y como siempre, el día menos pensao, así que sigamos con Facebook, donde otro amigo, José Luis Márquez nos dice:
Por cierto, me parece interesante recordar la cantidad de cantaores de antes y actuales que no cantaron ni suelen cantar Sevillanas ya que no la reconocen como palo del Flamenco...
Por mi parte, le señalo que
un día de estos tendrás una sorpresa en mi blog.
Y lo dije porque se me vino a la memoria el nombre del querido, admirado y cantaor singular, Rafael Romero. Si no es porque las grabaciones que Rafael hizo en París, década de los cincuenta, fueron rescatadas por José Manuel Gamboa en su publicación CANTES DE ÉPOCA, citada en anteriores artículos, muchos ignoraríamos que el de Andújar también grabó Sevillanas e incluso lo hizo por dos veces. Esa era mi sorpresa, aunque vaya usted a saber si el amigo José Luis Márquez es conocedor o no de ellas. Desde luego sí aseguraría por mi parte que son novedad para una buena parte de la afición. Pasemos a escucharlas sin más.




Año 1955, acompañado a la guitarra por Andrés Heredia, en el disco Cante Jondo




Año 1957, junto a Pepe de Almería y Elvira del Albaicín en el disco titulado Noche Flamenca

jueves, 7 de abril de 2016

Tonadas campesinas (XX): Arrieras de Arcos

Hablábamos hace un mes y pico de la existencia o no existencia de unos cantos propios del oficio del arriero. Buscando por Almería, dimos con una grabación de Manolo de la Ribera, preciosa sin duda, pero en la que la alusión a la arriería era puramente literaria. La melodía era una de las múltiples variantes del llamado fandango verdial.

En el documental FLAMENCO, CANTES DEL CAMPO, publicado por TVE en 1964 y que comentamos aquí mismo hace unos días, el cantaor Roque Montoya, Jarrito, nos hacía unas arrieras, con melodía similar a las asturianadas, que nos parecieron artificiales, ausentes de toda autenticidad.

Pero anunciábamos que con el título de arrieras habíamos encontrado otra grabación, esta vez ligada a la mágica localidad gaditana de Arcos de la Frontera. Las ejecuta Piconero de Arcos, cantaor al que tuvimos ocasión de escuchar junto a Fabiola Pérez en unos cantos de escarda. Oigamos, ahora, el canto de los arrieros:


Interesante, ¡qué duda cabe!, pero, al igual que hicimos al final del artículo que dedicamos a los cantes de escarda, nuestra pregunta es: ¿estamos ante unos cantes preflamencos o postflamencos? Y no lo digo por las letras, preciosas, sí, señor don Antonio Murciano, pero más bien "cultistas". Tampoco parece que la melodía sea tradicional. A mí me da la impresión que, partiendo de estilos flamencos perfectamente estructurados, se ha hecho un amasijo tomando aires de las livianas, de las seguiriyas, de las tonás... ¡Vaya, toda una recreación, como por ejemplo la que hizo Antonio Mairena con su cante de tonás y livianas! Y con buen resultado. Mis felicitaciones al cantaor Piconero y  al poeta Murciano.

Por nuestra parte, seguiremos a la espera de que aparezcan, si esto fuese posible, unos cantos de arrieros pero anteriores al flamenco.

martes, 5 de abril de 2016

Esa panaderita tiene tres nombres

Envío a Gregorio Valderrama


Ya sé que a muchos aficionaos al cante lo único que les llega a su fibra sensible es la música, el sonío. La letra, el texto cantao, les da igual.

Pues vale, amigos míos, pero habemos otros aficionaos que, además de la melodía con que nos los dicen, nos interesamos por los textos que, a la vez, nos trasmiten. O sea, que pensamos de otra manera. Y, en mi caso, me pasa que cuando escucho ciertas coplas, me intereso por su origen, por su expansión...

Por eso, invito a los que me leen, a que sigan haciéndolo y atiendan a lo que hoy, pensando en confiteras y en panaderas, pensando en los nortes y en los sures, se me ha ocurrido ante una audición que luego podran escuchar.

Saben ustedes que por aquí abajo, o sea, por esta nuestra Andalucía, debió de haber una confitera que con su oficio buscaba quereres
Señora Mariquilla,
la confitera,
a mí me daba dulces
pá que la quiera
cantaban en Cádiz, aunque, según lo que cantaban en Córdoba, más bien era ella la solicitada
Mariquilla Francisca
la confitera,
yo le compraba dulces
pá que me quiera.

¡Bonitas letras, una y otra! Pero he aquí que, por allá arriba, por esos nortes que tiene España, hubo otra mujer de similar oficio, ahora panadera que no confitera, que mereció el honor de ocupar sitio en el coplerío popular. No sabemos su nombre (¿Dolores tal vez?), pero he aquí que la vemos citada en una canción del folk-lore local del zamorano pueblo de Aliste.
¡Esa panaderita
tiene tres nombres:
panadera, borracha
y amiga de hombres.
¡Ay que panadera!,
¡ay que panaderita!,
el alma me lleva.
Dime, panaderita,
cómo anda el trato,
con la harina muy cara
y el pan barato.
¡Ay que panadera!,
¡ay que panaderita!,
el alma me lleva.
Aquí no aclaran de dónde era esa panaderita. En otro pueblo de Zamora, Sagallos, eran más explícitos y cantaban tal que así:
A la entrada de Asturias
y a la salida,
hay una panadera, 
mucho me mira.
¡Ay que panadera!,
¡ay que panaderita!,
el alma me lleva.
Esa panaderita
 va por ahí
yo la llamo y la llamo,
no quieé venir.
¡Ay, que panadera!
La panadera madre, 
me debe un bollo.
por no verle la cara
se lo perdono.
¡Ay, que panadera!
La panadera madre,
 tiene tres nombres:
panadera, borracha
 y amiga de hombres
¡Ay, que panadera!
Total que la panadera era asturiana y la copla bajó de Asturias hasta Zamora. Pero bajó mucho más. En un cilindro del cantaor sevillano El Mochuelo, registrado en 1899 junto al guitarrista Manuel López y con el título de Aires Montañeses, podemos oír esto:



¡Ya ven!, en medio de otras coplas aparecen estos versos:
A la entrada de Oviedo
y a la salida
hay una panadera,
¡cómo me mira!
Y la panaderita
tiene tres nombres,
jugadora, borracha
y amiga de hombres.
¡Ay qué panadera!,
¡ay qué panaderita!,
el alma me lleva.
Al Mochuelo debieron de gustarle porque hay otras dos grabaciones suyas en las que los repite. Nuestro cantaor hasta es más duro con la rapaza que las gentes de Zamora: no se conforma con llamarla "panadera, borracha y amiga de hombres" sino que la nombra como "jugadora, borracha y amiga de hombres".

Buceador frecuente en el mundo de las letras empleadas por los flamencos, la verdad es que yo he encontrado muy pocas en las que se hable en términos ofensivos, o casi, de las mujeres. Aunque algunos opinen lo contrario (véase mi artículo ¿El Flamenco notario del machismo andaluz?), en general pienso que nuestros copleros han tratado con respeto y hasta con veneración a la mujer. Lo del Mochuelo, para mí, es una excepción notable. Tanto que a algún letrista, posiblemente del sur, se le ocurrió enmendar a los asturianos y colocar en clave positiva a la panadera de marras. Lo comprobamos oyendo estas pretendidas caleseras que aparecían en el documental Cantes del Campo publicado hace poco en este mismo cuaderno.



Viene a decir Jacinto Almadén:
¡Ay, una panadera
cuando me mira!
Esa panaderita
me ofrece un bollo,
por no sufrir al verla
yo se lo tomo. 
Esa panaderita
tiene tres nombres:
panadera y bonita,
María Dolores.
O sea, enmienda a la totalidad para las versiones anteriores.

viernes, 1 de abril de 2016

Tonadas campesinas (XIX): Un documental en TVE

Entendemos por Tonadas campesinas aquellos cantos del folk-lore español, y, en especial (al menos para nuestro interés) los desarrollados en Andalucía (de algunos de los cuales hay versiones más o menos flamencas o aflamencadas), ligados a las labores del campo (fundamentalmente, la siembra, la siega y la trilla). Que el tema nos interesa, lo prueban los dieciocho artículos publicados anteriormente en este cuadernillo a los que hemos añadido esta etiqueta.

Hará unas semanas que estaba curioseando cosas en Facebook (ya saben, la tabernilla virtual de la esquina donde charlamos con los amigos de todo lo divino y a veces hasta de lo humano), cuando me tropecé con un vídeo cuyo título
FLAMENCO, CANTES DEL CAMPO
llamó enseguida mi atención. Lo vi, lo escuché, un par de veces o tres. Pero, ¿de dónde había salido esto?, ¿era una filmación original o un montaje, de esos que ahora se llevan tanto, realizado con materiales previos? Me voy a ver la información que muestra la persona que subió esto a Youtube y, como suele ser desgraciadamente habitual, no encuentro nada salvo los nombres de algunos cantaores intervinientes, lo cual, puestos a ser parcos, se lo podían haber ahorrado pues esos nombres los encontramos en los rótulos del propio vídeo. Como suelo hacer en estos casos, echo mano de mis contertulios de Facebook. De una u otra forma voy provocando a esas buenas gentes que son Antonio Ruiz Ramírez, Gregorio Valderrama, Miguel Ángel Jiménez, Paco Herrera Carmona, Porverita la Maña, Sergio García Sánchez. Entre unos y otros (¡qué bonito queda cuando, en lugar de pelear absurdamente, algo se estudia en equipo, aunque sea improvisado sobre la marcha!) creo que podemos dar por cierto que este documental formó parte de una serie de nombre
Flamenco, Antología del Cante y Baile
producida por TVE en 1964. La dirección, al menos en este capítulo, es de José Luis Monter. El gran actor Fernando Rey fue el locutor y como asesor en temas flamencos figuró Antonio Sánchez Pecino (padre como sabemos de Ramón de Algeciras, Pepe de Algeciras y Paco de Lucía).

Bueno, ¿y qué vamos a encontrarnos en tal documental? Pues miren, hasta 9 cantes que comentaremos, más abajo, uno a uno. De los 9, sólo 2 (las temporeras y las trilleras) se reconocen hoy en día como Tonadas Campesinas. Hay hasta 5 (Jaberas, Rondeñas, Fandangos de Lucena, Serranas y Verdiales), que son cantes del campo porque son pueblerinos y la cultura de nuestros pueblos siempre ha sido campesina, pero que no han estado ligados a las labores agrícolas. Quedan 2 (Arrieras y Caleseras) de cuya autenticidad como melodías tradicionales puede dudarse y nosotros lo dudamos.

Pienso que lo mejor es que cada uno de ustedes active el vídeo y, a la vez que va escuchando cantes, pueda ir leyendo los comentarios que inserto más abajo.


No sé quiénes son los guitarristas, aunque cabe suponer que uno de ellos sea Paco de Lucía. Vayamos a los cantes y a sus intérpretes:

1) Arrieras
Las canta Roque Montoya, Jarrito. Gregorio Valderrama dice que la melodía le recuerda a las asturianadas, opinión que comparto pues desde el primer momento que la oí me sonaba a algo parecido al garrotín. Que haya existido un cante propio de arrieros es muy posible, pero ni era lo que nos contó Manolo de la Ribera ni lo que aquí se nos ofrece. Por nuestra parte, tenemos pendiente el hablarles de otras posibles arrieras, éstas ligadas a Arcos de la Frontera. Lo haremos cualquier día de estos que el Buen Dios nos va regalando.

2) Temporeras
Aquí sí han puesto el clavo en su sitio. Las coplas de este cante de ara, en las voces de Los de Montefrío, son auténticas. En este cuadernillo, las temporeras de Montefrío merecieron nuestra atención más de una vez: por ejemplo el 2 de agosto de 2014 y al día siguiente.

3) ¿Sementeras o jaberas?
En el vídeo nos hablan de un cante de siembra pero lo que se oye es una jabera cantada por Pepe de Algeciras (o Pepe de Lucía), el componente cantaor del entonces dúo Los Chiquitos de Algeciras. Antonio Ruiz Ramírez bromea y dice que quizás le llamaran sementeras porque se cantase en la siembra de las "jabas"... La verdad es que el nombre de jabera es muy antiguo (Estébanez Calderón habla de "la malagueña de la jabera"), Se cuenta que estaba en el repertorio de Silverio y desde luego, en pleno siglo XX, nos la ofrecieron cantaores como El Mochuelo, El Chata de Vicálvaro o El Chato de las Ventas, todos ellos muy anteriores a la grabación del Niño de Málaga para la Antología de Hispavox (1954). Tengo una explicación para esta extraña conjunción "sementera = jabera". Se ve que los guionistas de este documental se habían creído al pie de la letra un texto, que referido a la jabera dice así:
... era un cante de sementera, es decir, campesino; un cante para decirlo cara al aire, mientras se otea el cielo para prevenir la tormenta o para asegurarse un sueño tranquilo a la vista del color de las nubes lejanas y en movimiento. El que se haya perdido no quiere decir, ni mucho menos, que fuese un cante tan difícil como para estar reservado a una minoría de eruditos ... (*)
Su autor, Manfredi Cano nació en Aznalcázar (Sevilla) en 1918 y murió el 23 de mayo de 1998 en Alicante. Miembro de la Falange, fue comisario de policía y periodista destacado en los medios del entonces llamado Régimen a secas. Aficionado al flamenco se convirtió en uno de los más reconocidos "flamencólogos" (¿?) de su época. Fue seguidor del ingeniero malagueño, político con cargos por cierto en los tiempos del Régimen, José Carlos de Luna. También lo fue del poeta (¿?) José María Pemán. Su obra flamencológica fue muy desigual y con frecuencia se excedió en sus fantasías. La descripción que hizo de la jabera es una prueba de lo que digo.

4) Rondeñas
¿Se acuerdan ustedes de un artículo que yo titulé Las Rondeñas de Juan Varea? Allí les invitaba a escuchar una grabación etiquetada como "Fandangos nuevos". Le acompañaba Paco Aguilera y, según supimos más tarde, se había registrado en el año 1952, es decir en fechas anteriores a que se hiciera la tan citada Antología de Hispavox. En ésta, como es sabido, Jacinto Almadén hizo un cante nombrado como "rondeña", el cual quedó para muchos como la primera grabación histórica de este estilo flamenco. Falso porque dos de los tres "fandangos nuevos" de Juan Varea llevan la mismísima melodía que usara Almadén. Sin que el nombre de "rondeña" apareciera por ninguna parte y con el acompañamiento más habitual del fandango, o, en otras palabras, sin acompañamiento de toque verdial. Pues mire usted por donde, en este documental Varea repite, hasta con las mismas letras, los dos fandangos aludidos. Ahora, ya instaurado el nombre de "rondeña" y, habida cuenta de que Manfredi, que sin duda influyó en los guionistas, era uno de los que defendían que era un "fandango de Ronda"(**), hacen que el toque lo "amalagueñen", o sea, que se haga por verdiales.

5) Trilleras
¡Exquisitas en la voz de Bernardo el de los Lobitos! Ya las había registrado en 1954 y en 1957. En esta ocasión, con leves variantes en las letras, repite las que hiciera en 1954 para la Antología de Hispavox.

6) Fandangos de Lucena
Con mucho "dejillo" local, como comenta Antonio Ruiz Ramírez, los canta Rafael López Algora, personaje del que no hemos logrado ninguna información.

7) Caleseras
Como vivimos en época de vehículos de automoción, habrá que aclarar (sobre todo para las nuevas generaciones) que la calesa era, según la Wikipedia,
un carruaje de cuatro y, más comúnmente, de dos ruedas, tirado por caballerías con taburete delantero para el conductor, por dentro con dos o cuatro asientos «cara a cara» de madera cubierto por capota de vaqueta, abierto por delante y resguardado parcialmente de la intemperie por detrás.
Naturalmente, calesero era la persona que conducía la calesa. Ahora, hablando de la calesera, Manfredi dixit (*):
Su nombre lo indica con claridad: es un cante popular andaluz creado por los caleseros para distraer las largas caminatas; la letra es una seguidilla sin estribillo. El compás de este cante no es otro que el del trote de las bestias de tiro, el campanillero son de las colleras y el restallido del látigo del mayoral animando a sus caballerías. Carlos de Luna sitúa este cante entre la serrana y la trillera, según su teoría de que la calesera es una serrana que bajó de la sierra al camino real, para hacerse en las ventas amiga de los caminantes; así como los cantes de trilla no son sino caleseras, sustituidos el camino por la era, y el mayoral por el zagal que gobierna el trillo desde un asiento muy parecido al puesto de mando de las viejas galeras y diligencias.
Estrofa de seguidilla (como las livianas, como las serranas, trilleras, nanas y otros cantes primitivos) con melodía a medio camino entre la serrana y la trillera. Cante al parecer perdido, por mi parte no recuerdo que ningún estudioso hable de él si exceptuamos a José Carlos de Luna y su discípulo Manfredi. Pero, si estaba perdido, ¿de dónde sale ese par de letras que nos canta Jacinto Almadén?  Gregorio Valderrama (sobrino del gran Juan Valderrama e hijo del también cantaor Ángel Valderrama) dice que lo que canta Almadén son unas temporeras de Jaén, conocidas como arjoneras, y nos señala que su padre y su tío Paco las cantaban muy bien. Pues sí, el aire es ese y no es de extrañar de que se trate de una de las muchas variantes de tonadas campesinas que se han cantado en las tierras jienenses.  

8) Serranas
Magnífica ejecución de Jarrito en su segunda intervención en este documental.

9) Verdiales
Versión preflamenca, versión para "panda". Incardinada en la variedad Verdiales de los Montes, una de las tres más habituales en la provincia de Málaga. Deliciosa intervención de la Panda de Verdiales de Povea, dirigida y así nombrada por su "alcalde" Antonio Fernández (Povea). Nos informa Porverita de que este hombre nació en el Lagar o Cortijo de Povea, en el término municipal de Málaga capital. Más tarde se vino a ésta y vivía en la barriada de Mangas Verdes en la cual reclutó a otros miembros de su panda, llegando a registrar un L. P. en los años setenta. En esa barriada murió el músico Povea en el año 1987.  


(*) Domingo Manfredi Cano. Geografía del Cante Jondo. Editorial Bullón, S. L. Madrid 1963. (Existía una primera edición publicada en 1955 por Gráficas C.I.O.)  

(**) Por nuestra parte, rechazamos la teoría de "rondeña = fandango de Ronda". En nuestras memorias hemos dedicado hasta 4 artículos al tema, que pueden encontrar en este blog, yendo  a las etiquetas y pulsando sobre la que pone "Rondeñas".