Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

miércoles, 29 de abril de 2015

¿Rondeñas de Ronda? (IV y final)

Cuando inicié esta serie titulada ¿Rondeñas de Ronda?, citaba las que el público suele llamar rondeñas de Jacinto Almadén, rondeñas de Rafael Romero, rondeñas de Enrique Morente. Revueltas con otros cantes, hoy se las ha metido en ese cajoncillo de sastre que mal llaman "fandangos abandolaos". Conservan el nombre de rondeñas pero, volvemos a nuestra pregunta: ¿de Ronda? Veamos cada una por separado:

1) Rondeñas de Enrique Morente

Composición en aire de fandangos del cantaor Enrique Morente para la obra teatral Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca del autor granadino José Martín Recuerda (1926-2007), la cual fue publicada en 1970 y llevada al escenario en 1977 bajo dirección de Adolfo Marsillach. En la representación intervenía la cantaora Carmen Linares que era la que interpretaba el cante de Enrique. Por su parte, el de granada usó su propia música en 1998 para unos fandangos recogidos en el C.D. de título Lorca y con letra de su paisano y poeta.


Unos años antes ya la había grabado Carmen Linares, en un L.P. de título Su cante, acompañada por los hermanos Juan y Pepe Habichuela. Anunciado como Malagueña y Verdial, podemos oír esto:

En efecto, un cante de La Trini seguido de un fandango cuya letra copiamos:
Campos de Ronda la Vieja,
se quearon sin caballos,
y sus jinetes pelean
valientes y sin desmayo.
¿Será de aquí, donde se alude a Ronda y donde se toca, (como no podía ser de otra forma al rematar una malagueña) por verdiales, de donde alguien tuvo la idea de llamar rondeña a ese fandango? Y, claro, como la melodía era de Morente, ya está todo servido: rondeña de Morente, aún olvidando que el propio autor lo grabó con acompañamiento huelvano. Después ha vuelto a grabarse (Mayte Martín, Jesús Chozas, Bernardo Miranda), unas veces con toque Huelva, otras con toque verdial. Lo importante, en todo caso, es que el nombre de Morente ha permanecido.

2) Rondeña de Rafael Romero

También nombrada como rondeña chica (¿¿??) o rondeña de Andújar, fue grabada por ver primera en París, año 1955, por Rafael Romero y la guitarra de Rogelio Reguera:



Esta grabación era poco conocida por aquí y hasta hace unos años algunos (yo entre ellos) pensaban que la primera grabación fue la que hizo en 1957 Mariquilla Heredia acompañada a la guitarra por Perico el del Lunar:

Acompañado por un toque festero que nos recuerda los aires de Huelva, parece clarísimo que se trata de un canto de rondar. No logro recuperar la cita, pero tengo el nebuloso recuerdo de haber leído alguna vez que este fandango lo conocía y lo trasmitió el guitarrista y cantaor de Linares apodado como El Bizco Heredia (padre de Mariquilla y de Andrés Heredia, el tocaor). De él parece que lo tomó su hija y también Rafael Romero, compañero de trabajo y tablao de la misma. Escuchemos su grabación de 1955:


Ya ven que el toque es de fandango de Huelva, aunque Rafael, dejándose llevar por las traiciones que nos juega el subconsciente, enseguida se pone a jalear a la tierra de los toreros. Muchos años después, el propio Rafael, a instancias de sus amigos de la Peña Juan Breva, cedió a la tentación de ponerle toque de verdiales y, desde entonces surgió la creencia (vigente hoy en día) de se trataba de un fandango malagueño y, más en concreto, de Ronda. ¡Lo que hay que ver, Dios mío!

3) Rondeñas de Jacinto Almadén

En 1954 y con la guitarra de Perico el Lunar, Jacinto Antolín Gallego (Jacinto Almadén), con el título de rondeña, nos dejó esta histórica grabación:

Pero, salvo que las nacidas en Ronda se llaman rondeñas, ¿dónde está en este cante la población malagueña? Es sabido que esta grabación se realizó para la tan nombrada Antología de Hispavox que en España se comercializó en 1958. El álbum llevaba un libreto con la firma del catedrático del Conservatorio de Madrid don Tomás Andrade de Silva. Al llegar a las rondeñas, el autor las liga a la costumbre de rondar en el sentido de echar serenatas, indicando que muchos pueblos sevillanos, granadinos, cordobeses y malagueños los cantes de ronda no se hacían en grupos de voces e instrumentos sino individualmente. Copiemos sus palabras
De esta costumbre nació en Andalucía, según la afirmación de algún teórico, la rondeña, de igual modo que en Levante surgió el taranto.
Termina Andrade afirmando que la auténtica raíz de este cante está en el fandango. ¡Y tanto que sí!, así lo pudimos comprobar nosotros cuando en una grabación anterior a la de Almadén encontramos esa melodía anunciada con el rótulo de fandangos nuevos. Ya hablamos de este tema en nuestro artículo Las Rondeñas de Juan Varea, y pusimos la grabación que ahora repetimos:

Toque por fandangos naturales de Paco Aguilera en los dos primeros (las pretendidas "rondeñas"), a los que sigue un fandango de los asociados en Granada a Paquillo el del Gas. Pero hay más todavía: anunciadas simplemente como fandangos ese cante ya lo había grabado en 1925 El Cojo de Málaga según señalamos en nuestro artículo del  4 de julio de 2012:


Toque de Miguel Borrull con aires verdiales, como era habitual en los fandangos del cantaor malagueño, pero ni una alusión a Ronda.

Cuatro artículos. ¿Seguimos? Yo creo que no, que la parva, después de darle más de una vuelta, ha quedado bien trillada.

domingo, 26 de abril de 2015

¿Rondeñas de Ronda? (III) El sabio testimonio de Valderrama

Siempre he tenido por muy sabio al cantaor Juan Valderrama. ¡Qué pena no tenerlo vivo para preguntarle por las rondeñas! Bueno, veamos su obra. Es sabido que con la marca Belter y la magistral guitarra de Pepe Martínez, publicó en el año 1968 su obra (en cuatro elepés) Historia del Cante Flamenco, muestrario casi exhaustivo de los diversos estilos de cante. Buscamos la rondeña y oímos esto:



¡Vaya, otro que acerca la rondeña a los cantes mineros! Hermana de la taranta y la minera, se nos dice en la introducción, pero, ¡ay!, sin ninguna explicación, se nombra a la ciudad de Ronda en la cual puede haber de todo menos minería. Lo que yo digo, que el subconsciente nos traiciona y nombrar rondeña es pensar en Ronda... Sin embargo, la letra delata otra realidad: ¿quién no ha oído lo de "como la sal aguisao..." en moldes de cantes de minas?

Claro que la introducción comienza con las palabras "La rondeña es cante de trajineros y traficantes..." y esto pudiera enlazar con lo que decíamos el otro día sobre las rondeñas de arriería. Cante genérico más que melodía concreta. Pero, hombre, Andrés, ¿tú  no hablas de tus memorias?, ¿ya se te ha olvidado una entrada que hiciste hace tiempo con el título La Rondeña Lucentina de Valderrama? Ahí no pintaba nada Ronda, pero sí una variante del fandango de Lucena que el maestro lentifica hasta hacerlo casi una malagueña. Esta experiencia la volvió a repetir y también salió en este cuaderno. Véase la entrada Cantar "por lucentinas".

Dejemos a don Juan en su gloria y sigamos con nuestras cosas, si bien eso lo haremos otro día


Nota posterior: Para los que no les guste usar los enlaces, vuelvo a poner aquí el cante que Valderrana llamó Rondeña Lucentina. La completa con una malagueña de Fosforito y toca la guitarra Luis Calderito

jueves, 23 de abril de 2015

¿Rondeñas de Ronda? (II) Salgamos de Andalucía

Bella la ciudad y muy sugestiva su agreste serranía, pero, ¿es de Ronda el cante de las rondeñas? Forzando mucho las cosas, hasta podríamos llegar a admitir que en el acerbo musical andaluz esto fuera cierto. Pero, ¿qué pasa con las rondeñas que se cantan en Extremadura, en La Mancha, en la Vieja Castilla? Las rondeñas andaluzas están todas dentro del molde fandangueril, pero fuera, además de como fandangos, hay rondeñas que se cantan como jotas o como seguidillas. En todo caso, lo que está claro es que no tienen nada que ver con la ciudad del Tajo sino con la costumbre de "rondar" o incluso la de "hacer la ronda". ¿Por qué no lo mismo en Andalucía? ¿Por qué aquí nos hemos empeñao en ligarlas con  Ronda? Se me ocurre una sola explicación: el flamenco ha sido cultura ágrafa, poco comentada en los papeles. Llega uno que dice que rondeña viene de Ronda y ya está, todos lo creen, se transmite el mensaje, nadie lo cuestiona y acaba convirtiéndose en "verdad oficial".

Volvamos a mi comentario anterior: cantos de rondeñas los hay por toda la península. Yo tengo recogidos muchos y a veces encuentro letras idénticas a las que se cantan en Andalucía como fandangos de uno u otro nombre. ¿Les suena a ustedes aquella copla en la que se decía que "un sereno se dormía..."?. Vean y escuchen esto


Rondeña de Orellana (Badajoz). Y sin salirnos de la provincia hermana, en el pueblo de Castilblanco. otro modelo de rondeña, una de cuyas letras es la que los flamencos cantan como "dame veneno, si me quieres dímelo..."



Hay muchas más: rondeñas de Gredos, de Ávila, de Candeleda, de Piedralaves, de Motilleja..., pero como muestra nos basta con las dos de arriba.


Postdata del 01-09-2017: En los comentarios a este artículo se me habla de las rondeñas de la provincia de Cáceres. Pues bien, añado este vídeo grabado en este mismo verano de 2017 en Saucedilla (Cáceres), en el cual el grupo folk-lórico Berezo nos presenta una rondeña malagueña.

lunes, 20 de abril de 2015

¿Rondeñas de Ronda? (I)

Tan bella es la ciudad, que decir "rondeña" nos hace pensar en la malagueña localidad de Ronda. Así parece haberlo asumido la flamencología en bloque desde los años cincuenta del siglo XX: rondeña de Almadén, rondeña de Romero o, más recientemente, rondeña de Morente

Sin embargo, el nombre de rondeña para un estilo de cante provenía del siglo XIX y se siguió usando en las primeras décadas del XX sin aludir a lugar alguno. Por ejemplo, se han aireado últimamente unas "rondeñas anónimas". Lo hacen Rafael Chaves y Norman Kliman  en su impagable libro Los Cantes Mineros y nos ofrecen una muestra sonora, la contenida en la segunda letra de esta grabación que hiciera en 1911 Pepe el de la Matrona:


Aire de fandango, con letra de minas (Morente la usó muchos años después para su minera del Morato) que a su vez complementa a una taranta. Estos autores sugieren que muchos fandangos que a la postre han tomado nombre propio (zánganos, jabegotes y verdiales) pudieron estar englobados en tiempos anteriores en el nombre genérico de "rondeñas". Más: nos hablan de "rondeñas de arriería" porque eran los arrieros los que las iban llevando de un lado a otro de la geografía andaluza. Hipótesis con muchos visos de ser cierta, que cuadra perfectamente con el hecho de que la "rondeña del Negro" ya citada desde la época de Silverio, fue grabada por Antonio El Mochuelo en 1906, junto a una jabera, y al oírla pudimos comprobar que se se asemeja mucho a una variante de lo que después hemos dado en llamar fandangos de Lucena Por favor, repasen este enlace y después oigan esta otra grabación, ahora de 1907 y con la guitarra de El Hijo del Ciego, donde El Mochuelo repite la pareja jabera-rondeña, siendo la segunda letra un fandango que oscila entre Granada, Lucena y Málaga:

¿Rondeña de Ronda? Vámonos a 1928 y escuchemos lo que con el nombre de rondeña nos dejó el gran Manuel Torrre:


¡Vaya, pero si esto es lo que ahora llamamos taranto! Es que en la época de la pizarra se rotulaba muy a la ligera, piensan y lo han dejado escrito algunos flamencólogos. Pues no lo sé, pero el Torre fue pertinaz y un año después volvió a grabar su otra rondeña, tan repetida luego, aquella de ¿Dónde andará mi muchacho? Y, si seguimos avanzando en el tiempo, nos encontramos enseguida con que Ramón Montoya rotuló como rondeña su famosa composición que recuerda inevitablemente el toque que se sigue para los cantes de minas. ¿En qué quedamos? Un nuevo salto en el tiempo (ahora no sabría precisar la fecha de esta grabación) y escuchamos a Carmen Amaya y Sabicas estas "rondeñas":
div>

¿Seguimos? Claro que seguiremos, pero por hoy ya vale.

viernes, 17 de abril de 2015

¿Tangos flamencos en el Alentejo portugués?

Me dio un día por preguntarme por la poca permeabilidad de nuestro Cante Flamenco con la vecina república de Portugal, pese a ese obligado contacto con tres provincias flamencas como son las de Huelva, Badajoz y Cáceres. Me resultó como excepcional la grabación de un fado por bulerías hecha por el inefable Porrina de Badajoz. Se trataba del Ai, Mouraria de doña Amalia Rodrigues.

Desde Huelva nadie me dice nada y ahora hasta pienso que si los fandangos le llegaron desde Málaga en boca de los arrieros, éstos no pudieron pasar el Guadiana (los borriquillos no nadaban) y por eso el Algarve no se flamenquizó.

En Badajoz, me dice el amigo Paco Canela, sí hubo mucho intercambio entre la capital extremeña y la vecina Portugal, con mucho contrabando por ejemplo de café. Le venía bien al flamenco siempre dado a historias de bandoleros, a historias de contrabandistas. Me señala Paco y celebro leerlo que también Amalia Rodrigues era admiradora del marqués Porrina de Badajoz.

Desde Cáceres, me señala Pedro Delgado que el tema había sido planteado y tratado en TVE en uno de los programas de Rito y Geografía del Cante Flamenco. Yo lo desconocía porque como habré contado alguna vez el primer televisor que entró en mi casa fue en la tardía fecha de 1983. Ahora, gracias a Internet, esos materiales están a nuestro alcance y hemos localizado fácilmente el vídeo del programa, emitido el 3 de septiembre de 1973, a que se refiere mi amigo de Cáceres.

En él José María Velázquez Gaztelu pone énfasis en que la difusión de los cantes propiamente extremeños (tangos y jaleos) se produjo hacia 1969. Yo creo que los guionistas de TVE se habían olvidado de añejas aportaciones de Carmen Amaya, de Antonio de la Calzá o de Manuel Vallejo, lo mismo que hicieron con otras,  más recientes en el tiempo, de Rafael Romero o Juan Valderrama, y, por supuesto, con las grabaciones del Marqués de Porrina. Eso por hablar de grabaciones, porque en el terreno literario las coplas
Vengo e la tierra e Barros / y mis cabayos solitos / fueron los que me sacaron
Vengo e la Extremadura / e ponerle a mi cabayo / e plata las jerrauras
ya andaban recogidas en libro por don Antonio Machado y Álvarez allá por 1881.

Aunque anunciado desde el principio, lo más curioso de este vídeo llega en los minutos finales cuando sus autores creen haber descubierto una modalidad portuguesa del tango flamenco. Así nos lo dicen:

Efectivamente estamos en la preciosa población de Vila Viçosa que yo había tenido la ocasión de visitar unos años antes. Escuchen atentamente como cantaban sus gitanos y saquen ustedes sus propias conclusiones.

Para los que quieran ver y escuchar el vídeo completo, aquí lo tienen:


martes, 14 de abril de 2015

Día 14 de abril


Escuchemos este cante de La Trini en la voz de Diego El Perote acompañado a la guitarra por Antonio Vargas, en una grabación de 1966:



Mal debió de pasarlo aquel 14 de abril el personaje de la copla. Curiosamente para muchos españoles hay otro 14 de abril que no se borra de la mente. Me refiero al 14 de abril de 1931, día en que se proclamó la Segunda República Española. Día para conmemorar y, cada vez por parte de más españoles, día para añorar. Hartos de una monarquía heredera de los que le ganaron una guerra a la legítima República, hartos de un monarca que juega a los elefantitos y a proteger a la niña de sus ojos, señora de Undargarín, cada día somos más los que queremos otro
Día 14 de abril.

sábado, 11 de abril de 2015

Un libro de GONZÁLEZ CLIMENT que pudo haber sido pero no fue...

El quinto título de la colección ¿Llegaremos pronto a Sevilla? de Ediciones Demófilo era éste cuya portada ponemos a nuestra derecha: Pepe Marchena y la Ópera Flamenca ... Y otros ensayos. Publicación de 1975 con la firma de Anselmo González Climent, el autor del libro Flamencología que tanto dio de sí y sigue dando después de sesenta años de su publicación. Pepe Marchena creo que fue una obsesión para Climent, está presente en este libro de manera especial pero también en todos los que anteriormente había publicado el escritor argentino. Siempre me he quedado con la duda de si a la postre don Anselmo condena o absuelve al cantaor de Marchena.

Pero, dejando esto de lado, sí les digo que, como responsable principal de las citadas Ediciones Demófilo, a partir de la publicación de este libro, mantuve una constante relación epistolar con don Anselmo. Pasaron algunos años y él quería volver a publicar cosas. Me ofreció una "Antología" de sus textos que conservo y a la que tal vez me refiera otro día.. No me pareció lo más interesante y entonces me acordé de que en el libro arriba citado iban, bajo el epígrafe de "perfiles", unos cuantos ensayos breves en los que el maestro Climent nos hablaba por ejemplo de Palanca, de Tomás, de Varea, de Pepe Suárez y otros.

Le pregunté si tenía más material de ese estilo, le indiqué que podríamos hacer un libro con sus "perfiles" a cada uno de los cuales se le adosaría alguna nota biográfica que yo me encargaría de elaborar. Me contestó que sí y al poco tiempo llega un paquete con un buen puñado de folios mecanografiados. Les pongo a la izquierda la copia del que servía de portadilla. Don Anselmo le ponía título al libro: VIEJO CARNË  TAUROFLAMENCO (1949-1951) y en él se recogían entrevistas, análisis, comentarios, con las gentes del mundo taurino y del mundo flamenco con los que convivió en sus estancias españolas: Aurelio de Cádiz, Porrina de Badajoz, Pío Baroja, Mario Cabré, Caracol, Chicuelo, Rafael el Gallo, Emilio García Gómez, Luis Maravilla, Marchena, Niño Ricardo, Pepe Pinto, El Sevillano y un largo etcétera. Material muy valioso, de primerísima mano, el que don Anselmo me envió en 1984. Pero, ¡ay!, ¿para qué me habría yo comprometido a nada? La crisis en Ediciones Demófilo era prácticamente terminal y mis obligaciones, tanto profesionales como familiares, me dejaban muy poco margen de maniobra. Aquello se iba aplazando y finalmente tuve que comunicar a don Anselmo la imposibilidad de cumplir mi compromiso. ¡Pena de material que se quedaba en el baúl de los proyectos!

Afortunamente para los aficionados ese material,, con bastantes retoques y añadidos, se dio a conocer. Los gestores de la Peña Flamenca de Jaén llegaron a un acuerdo con González Climent para hacer una "publicación por entregas" en su revista  Candil. La primera se publicó en el número 58 (Julio-Agosto, 1988). Fue la única que vio don Anselmo porque moriría unos meses después. La revista llega a un acuerdo con su viuda y en el número 60 aparece la segunda entrega, continuando de forma ininterrumpida hasta el número 78 (Noviembre-Diciembre, 1991). Veinte entradas del maestro Climent que andan por ahí en las hemerotecas y las bibliotecas particulares., como es mi caso. ¡Lástima que la revista de la Peña de Jaén, valiosa por otras muchas razones y que llegó a alcanzar los 153 números, no esté digitalizada!  ¿Sirve para algo el llamado Instituto Andaluz del Flamenco? Señores mandamases, el flamenco requiere de ustedes para algo más que hacerse las fotos... 

miércoles, 8 de abril de 2015

¿Sabe alguien lo qué es un verdial heterodoxo?

No hace mucho, en este mismo cuaderno, les invitaba a escuchar unos Fandangos de Coín. Los cantaba La Jimena, mujer nacida en dicho pueblo malagueño y la grabación era de 1964. De la misma fecha eran estos otros que hoy les traigo:


Distintas letras, pero igual melodía, a mí me gustaban y me siguen gustando ambas series de fandangos. En mi opinión se trata de una variante más de los verdiales flamencos, pero, bueno, ¿qué opinan otros?  Me voy a las redes y en una página titulada Malagapedia encuentro que los definen así:
Estilo de cante a caballo entre el verdial heterodoxo y fandango abandolao. 
¡Caray, cómo afina el personal a la hora de definir! Bueno, con algún error menor en la redacción: si al "verdial heterodoxo" le anteponen el artículo "el", también debieran haberlo hecho con el "fandango abandolao". Mejor dejar de lado estas cuestiones porque la verdad es que la gramática y las redes parecen peleadas y condenadas a no entenderse. ¡Qué pena! Otra cosa son los libros. Sus textos, antes de ser publicados, se imprimían en lo que llamaban "garelaradas" para que correctores profesionales localizaran cualquier error corregible. Sí, en un libro que ya citamos en este blog el otro día, está correcto:
Estilo de cante a caballo entre el verdial heterodoxo y el fandango abandolao.
Yo rogaría que alguien me explicara lo que es un verdial heterodoxo a ver si así me entero de algo. Bromas aparte, sí rogaría que escuchasen con atención las tandas de fandangos que nos ofrece La Jimena y comparen estos fandangos de Coín con el llamado por unos fandango de Pérez de Guzmán y por otros fandango del Cojo de Málaga. ¿Fue el de Coín un antecedente de este fandango como sugieren Rafael Chaves y Norman Kliman en su libro sobre los cantes mineros? 

domingo, 5 de abril de 2015

FLORES EL GADITANO, Decano del Cante

Nacido en Algeciras (Cádiz) el día 7 de noviembre de 1921, Florencio Ruiz Lara. nombrado como El Florentino, Flores de Algeciras y, definitivamente como Flores El Gaditano, es según nuestros datos (los cuales no son dogma y están sujetos a cualquier rectificación si alguien los enmienda), es, decíamos, el Decano del Cante Flamenco (Ese título lo ostentaba la entrañable Encarnación La Sallago, ida al Cielo de los Flamencos el pasado 15 de enero). Dicen los que lo tratan que Florencio derrocha vitalidad y lo mismo presenta libros de su autoría que aún se marca unos buenos fandangos. ¡Bendito Dios, que siga así muchos años!.


El mejor homenaje que los aficionados podemos hacer a nuestros artistas es oírlos. Flores apareció por nuestros cuadernos cantando unos fandangos de Macandé. Hoy les invito a que lo escuchen por malagueñas, por soleares y por seguiriyas.



jueves, 2 de abril de 2015

A vueltas con Antonia Pozo

Hablábamos el otro día de la cantaora Antonia Pozo. ¿Quién era en realidad esta mujer lebrijana? Estela Zatania me indicaba que Gonzalo Montaño Peña podría darme más información. Localizo a este hombre (creo que hijo de una hermana de Juan El Lebrijano) y me dice que él se dedica más a la musicología pero que había información sobre la Pozo en un libro de Ricardo Rodríguez Cosano titulado Cantaores de LEBRIJA en el recuerdo. Conozco al autor y tengo libros suyos pero no precisamente éste. Abusando de la generosidad de los amigos virtuales, me hago con las páginas en las que Ricardo nos habla de Antonia Pozo.


Así, podemos leer lo siguiente:
Fuera del ámbito de Lebrija, Antonia Pozo es poco conocida por los flamencos (...) Sin embargo, la afición de Lebrija verá con naturalidad la inclusión de Antonia Pozo en esta serie biográfica.  
Los datos recogidos por Ricardo le conducen a que la cantaora se llamaba Antonia Vargas Flores y que nació el 21 de mayo de 1909. 
Cuenta Manuel Valencia Vargas, padre de Manuel de Paula y sobrino carnal de Antonia Pozo, que, debido a una enfermedad de tipo reumático, la cual le impedía mover las manos, se llevaron a su tía a una residencia a Cuenca -otras veces, se dijo a Barcelona o a Valladolid con familiares- donde murió.

Sigue el libro contándonos la visita de Antonio Mairena a Lebrija en la que escuchó a la Pozo y en la que recogió sus aires por bulerías. Se nos comentan más cosas de tales bulerías, pero no encuentro por parte alguna el año de la muerte de la cantaora. Ahora bien, el libro, en edición de autor con la colaboración del Ayuntamiento de Lebrija y de la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir, se publicó en 1994. Por tanto, tenía que haber muerto antes de ese año.

Esto entra en contradicción con lo publicado en mi anterior artículo donde, recogiendo información de Luis Pérez, se decía que Antonia pasó sus últimos años en Utrera y que murió hacia el 2008. ¿En qué quedamos? Ya me gustaría que algún joven aficionado de aquella zona tomara el tema en serio y averiguara la verdad que pueda haber en una u otra versión.

Una idea, que brindo al Instituto Andaluz de Flamenco, sería la de tener censados a todos nuestros artistas actuales para, así, evitar que en el futuro ocurran cosas como la que comentamos. Pero, hombre, si el otro día escucho un vídeo de Manuel de Paula y dice literalmente que Antonia Pozo era su abuela paterna, cuando Ricardo nos dice que el padre de Manuel no era hijo de Antonia sino sobrino...

 Por otra parte, se me ocurre que ya está bien de tanto vernaculismo flamenco, de tanta familia cantaora, de tanto tesoro escondido por la Baja Andalucía, de tanto... ¿Cuándo vamos a acabar de enterarnos de que el flamenco lo hacen sus artistas? Lo hacen Pastora, Vallejo, Mairena, Lebrijano, pero nunca los anónimos cantaores rurales, los cuales, cuando cantan, con más gusto o con menos, lo que hacen es imitar lo que han oído a los profesionales. Si hasta una autora tan defensora de los núcleos y las castas flamencas de aquella zona (Utrera, Lebrija, Jerez) como es Estela Zatania, acaba contándonos en Facebook que  

en las entrevistas que realicé para mi libro, los más rancios...Tío Paulera, Enrique Soto Sordera, Manuela Carrasco (tía de Periquín), María Bala, el Tío Rincones de los Zambos...todos dejaron claro que lo que cantaban entre ellos no tenía interés fuera del entorno íntimo, y ellos mismos adoraban a Marchena y las voces dulces: "para nosotros, los artistas eran ellos" me dijo Gaspar de Perrate.

Pues eso.