Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

jueves, 28 de junio de 2012

Tras las huellas del Niño de Granada (IV)

El Niño de Granada acompañado por Bernabé de Morón

Montemar nos envía un enlace en el se nos habla del guitarrista Bernabé de Morón. De nombre Bernabé Mejías Macho, nació en el sevillano pueblo de Morón de la Frontera en 1921. Por los años cuarenta estuvo enrolado en las troupes flamencas llegando a grabar con Juanito Valderrama, Niño de Orihuela y Niño de Granada. Con éste grabó los fandangos que ya pusimos en la primera entrega de Tras las huellas... y una Fiesta con fandangos que vamos a oír a continuación:


Estos dos cantes, en el soporte de pizarra, fueron grabados en 1943 y publicados en 1944 según información facilitada por el experto y gran aficionado sevillano José Muñoz González. Fueron incluidos en el álbum "Cantaores de Jaén y Granada" de la serie de C.D.'s "La Época Dorada del Flamenco". También en el volumen I de la "Antología del Cante Flamenco, FLAMENCOLOGÍA". En ambos casos ponen la foto de Antonio Márquez, "Niño de Graná" o "El Granaíno". Montemar señala que esto no es posible porque está documentado que Márquez murió en 1926. Que en el fandango lo jaleen como Miguel e incluso que en en el C.D. de Flamencología, debajo de la foto ponga "Miguel Niño de Granada", nos hizo pensar a todos que se trataba de Miguel Milena. Yo mismo llegué a afirmarlo así en mi artículo del pasado 13 de junio. Pero, siempre surge alguna pega y Jesús Arcos Alba, sobrino-nieto de Milena, dice en el foro "El Flamenco y su Cultura", donde participa nuestro amigo y colaborador Chuscarrao, que Milena Rosales murió por los años treinta. ¿En qué quedamos, entonces? ¿El que grabó con Bernabé fue un tercer Niño de Granada, llamado también Miguel como Milena?

No hay que descartarlo. Les invito a que escuchen una y otra vez las dos grabaciones de Bernabé. ¿No les parece, sobre todo en la manera de concebir el fandango, que el cantaor se acuerda demasiado de Juanito Valderrama? Esto se haría muy difícil de imaginar en alguien como Miguel Milena nacido hacia 1890, es decir, 26 años antes que el cantaor de Torre del Campo.


























Pero hay más: vean estos dos carteles. El de la izquierda lo publicó Arturo Fernández y es de 1944. El segundo es de 1946 y es de la colección privada de José Muñoz González, quien habla de otro similar fechado en 1951. En todos aparece un "Niño de Granada", en el primero con Valderrama en la misma época en que Bernabé de Morón andaba de tournés con el de Jaén. En los dos que mostramos aparece también Carmelita Amaya, la que más tarde fue esposa de Juan Varea, gitana muy ligada al mundo de las Cuevas de Granada. ¿Han reparado ustedes en que en la grabación del fandango le dicen "Miguel, vamos a acordarnos de las Cuevas"? Esto ayuda a descartar que el cantaor sea Miguel Milena, pues éste siempre ejerció por Huelva, Sevilla, Badajoz y Córdoba, pero nunca en los ambientes de la capital nazarí, donde por cierto no nació porque era del pueblo de Colomera.

Queda la pregunta en el aire: ¿Quién es este Miguel "Niño de Granada" que graba con Bernabé de Morón?

domingo, 24 de junio de 2012

Tras las huellas del Niño de Granada (III)

Concurso de Cante Jondo en el Alcázar Viejo (Córdoba, 1922)


Una vez más tenemos que agradecer a Alberto Rodríguez Peñafuerte (Montemar) cuando nos provocó preguntando sobre qué sabíamos del Concurso de Cante Jondo de 1922 en Córdoba. De los viejos aficionados de Córdoba a los que consulté sólo el amigo Rafael Romero Díaz me dijo que tenía noticia del mismo a través de un tío suyo y que este evento se celebró en la Puerta de Sevilla, la que da entrada al Barrio del Alcázar Viejo ("la casa el viejo" que aún dicen algunos castizos por aquí) o Barriada de San Basilio. Patrona del mismo es la Virgen del Tránsito ("la Virgen de Acá" según sus habitantes) y en su festividad del 15 de agosto este pueblito, dentro de la Córdoba milenaria, celebra su verbena. Pues bien, con motivo de dicha verbena en 1922 hubo un Concurso de Cante Jondo, dos meses después del celebrado en Granada, certamen en el cual, a diferencia del granadino, se admitía la presencia de profesionales del cante. La prensa local se hizo eco de este acontecimiento y rastreando por ahí aparecen recortes en los periódicos "Diario Córdoba" (que insertamos a la izquierda), así como en "La Voz" y "El Defensor de Córdoba". Se nos informa que están inscritos como concursantes Rafael Sierra "Machaco", Anastasio Vázquez "El Tambor", Rafaela Castro Perea, Enrique de la Vega, Félix Gallardo "Niño de la Rosa", Manuel Jurado, Rafaela de la Vega, Antonio Lozano "El Niño Genil", Carmen Muñoz y Miguel Cazorla "El Niño de Montilla". En cuanto al Jurado estaría constituido por don Jerónimo Carballar, don Antonio Ullastres, don Julio Fernández Costa y Miguel Milena "Niño de Graná".

Vaya, ya nos encontramos con el cantaor granadino que dos meses antes y en la misma ciudad de Córdoba se había manifestado contra las bases del "mediático" Concurso de Granada, el de los intelectuales. No sabemos si porque le atraía más la esplendorosa Córdoba califal que la decadente Granada nazarí o porque este Miguel tenía conciencia de no ser profeta en su tierra, la cuestión es que fijó residencia aquí. Posiblemente fuera uno de los que promovió el "humilde" concurso de San Basilio. Lo cierto es que tuvo que anular una actuación suya en Huelva para estar en el jurado cordobés.




Pues bien, el concurso se celebró y en los días siguientes los tres mismos periódicos que antes citábamos daban crónica del mismo. Se nos dice que el primer premio fue para el célebre y conocido cantaor Félix Gallardo (a) Niño de la Rosa, quien fué justamente ovacionado, muy especialmente al cantar los fandanguillos de Huelva. El segundo premio lo obtuvo el aficionado Rafael Sierra (a) Machaco. El tercero, Manuel Jurado, camarero del Café la Perla. El cuarto una niña de ocho años llamada Rafaelita de la Vega y el quinto Enrique de la Vega. Los tocaores fueron Juan Antonio Cosano y Luis Roldán.




A requerimiento del público el Niño de Graná tuvo que subir al tabladillo de los cantaores. Con ese estilo suyo, único e inimitable, cantó varias soleares, seguidillas, tarantas y fandanguillos. Dicen que tuvo que repetir las tarantas de su invención, que cantó de un modo insuperable.

Detalle final y curioso: entre los asistentes se rifaron tres borregos, siendo agraciado el número 2248.

jueves, 14 de junio de 2012

Tras las huellas del Niño de Granada (II)






Un contestario en Granada

En nuestro primer artículo Tras las huellas del Niño de Granada decíamos que se asociaba ese nombre a Antonio Márquez, pero que existió otro que también lo usó y que dejó algunas grabaciones: Miguel Milena Rosales. De vuelta de Badajoz, donde había actuado, Miguel pasa por Córdoba y le hacen una entrevista que publicó el diario La Voz el 8 de junio de 1922, días antes del famosísimo Concurso de Cante Jondo de Granada (13 y 14 de junio). En ella se une a otros profesionales que, desde Sevilla, habían criticado que se les excluyera del certamen granadino, según había publicado en "El Liberal" el famoso periodista "Galerín". La entrevista se celebra en el bar "La Primera" y en ella el Niño de Granada, entre copa y copa de montilla, dice cosas como éstas:


-¿Usted cree que hay derecho a esa postergasión de los profesionales?... ¡Ezo es un azurdo mu grande...! Mie usté. To el cante que piden en Graná es solamente para los intelectuales del flamenco. ¡Y no tós! Vea. Polos, serranas, tonás, livianas, cañas, soleares, saetas, martinetes, ecétera, es lo que piden... De tós los cantaores que somos, que creo que pasan de mil, solamente tres o cuatro pueden cantar ezo: Salvaorillo, Torres, Tomás el de la Niña de los Peines... y pare usté de contar. Los demás no podemos con cantes tan difísiles... Y si acá no nos atrevemos, ¿cómo van a poder aserlo los disípulos y afisionados?

-Ahí está la cosa... Le quien dar el premio a Frasquillo Gálvez, el Yerbabuena, que es un gachó con billetes y con cerca de sincuenta años. ¡Disen que es hijo de Graná...! Pues yo también lo soy y disípulo del mago del cante Antonio el Portugués, ya fallecido... Otra cosa que veo yo con desagrado es que forme parte del Jurado el mejor "cantaor" que hay en el día: Antonio Chacón, de Jerez. Éste por zolidaridá debe colocarse a nuestro lado.

En fin, presente en la reunión estaba el guitarrista Alfonsillo el Cordobés y naturalmente desenfundó el instrumento para que cantara el de Granada. Y lo hizo por siguiriyas y lo hizo por soleares. Sin duda nuestro hombre sabía de cante, pero también tenía lengua para otras cosas y en mi opinión sabía muy bien cómo usarla. Con la perspectiva que dan 90 años, el lector podrá juzgar...

En honor a la verdad he de decir que el recorte de prensa que adjunto (aunque no sé cómo conseguir que ustedes puedan ampliarlo para hacerlo legible) ya ha circulado por las redes. Concretamente, Alberto Rodríguez Peñafuerte lo incluyó en su blog Flamenco de Papel el día 27 de junio de 2010 y David Pérez Merinero en sus Papeles Flamencos el pasado 16 de febrero. Mi reconocimiento a ambos.

miércoles, 13 de junio de 2012

Tras las huellas del Niño de Granada (I)


Para Arturo Fernández que también busca a este Niño.

Cuando inicié la publicación de este cuadernillo, manifesté mi intención de hacer una especie de "memorias flamencas". Así va siendo más o menos y, aunque deshilvanadas, voy recuperando historias y noticias, siempre con el denominador común de haberlas vivido o conocido en primera persona. Hoy, sin embargo, voy a romper mi modus operandi y, tal que si fuera historiador, me voy a situar en la decada de los 20 del pasado siglo.


¿Han oído ustedes hablar de un cantaor conocido como El Niño de Granada? En el DEIF (Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco) de Blas Vega y Ríos Ruiz, se dice que respondía al nombre de Antonio Márquez y que ganó un concurso de cante en el Barrio de las Margaritas de Córdoba en el año 1923, por delante nada más y nada menos que de Pepe Marchena. Era mi única noticia de este hombre hasta que un buen día encuentro una grabación por fandangos adjudicada al mismo.



Arturo Fernández en su blog "Flamenco Jondo" hace un artículo el pasado 27 de mayo sobre cantaores granadinos de aquella época y me da por preguntarle: "Por dónde andaba un llamado Niño de Granada que ganó un concurso en Córdoba en 1923 y dejó alguna grabación?". Le faltó tiempo para ponerse a buscar y a los pocos días nos ofrece en Facebook el mismo fandango que yo he colocado más arriba. Esto sirvió para que Alberto Rodríguez Peñafuerte, ese riguroso indagador en la historia del flamenco, nos aclarase que la guitarra era de Bernabé de Morón. A continuación, Arturo publica otra entrada en su blog y, a través del murciano Pedro Fernández nos hace saber que Antonio Márquez se había establecido en Cartagena y que murió allí en un accidente de moto en el año 1926. En los comentarios aparece Alberto y nos aclara que el Niño de Granada que había grabado no podía ser Antonio Márquez ya que Bernabé de Morón nació hacia 1921. Por el contrario, sigue diciendo Alberto, pudiera ser Miguel Milena Rosales, otro "Niño de Granada" del que él hacía tiempo que tenía noticia.

Es decir, hubo dos cantaores que usaron igual nombre artístico pero que la historia del flamenco, tan falta de rigor, había confundido. Tan es así, que en el C.D. donde se reconstruían las grabaciones en disco de pizarra de Miguel Milena la foto que incluyen es la de Antonio Márquez. Uno más entre los múltiples errores que nos vamos encontrando.

martes, 5 de junio de 2012

Morente leyendo a Hernández

Otoño de 1969. Debió de ser un fin de semana porque Ortiz Nuevo se encontraba entre nosotros en La Hermandad. Unos días antes yo había comprado, allí donde Pepe El Culturas, los dos libros del poeta Miguel Hernández que aparecen a la derecha. Le contaba a Ortiz, en presencia de Paco Gutiérrez porque éste se apuntaba a todas, que me había entretenido en subrayar algunas estrofas que bien podían cantarse como flamenco. Era pura intuición y, además, por aquellas fechas yo ignoraba que Hernández había sido aficionado y había tenido vivencias flamencas (véase mi artículo Miguel Hernández y El Niño de Fernán Núñez).
-¿Y si se lo comentamos a Enrique Morente?
Aquella misma noche nos fuimos en busca de Pepe el librero y le encargamos estos dos mismos libros y alguno más del poeta de Orihuela. Ya con ellos telefoneo al cantaor:
-Enrique, nos vemos en la Cervecería Alemana que vamos a llevarte un regalillo.
El día de la cita, le damos los libros con este escueto comentario:
-Sabemos que te gusta leer y esto seguro que te va a agradar.
Pasó muy poco tiempo y Enrique me llama:
-Andrés, que esto es mu bonico. Además, ¿sabes?, cuando leo algunos poemas hasta los cantiñeo como si fueran letras flamencas.
La semilla estaba echada y parece que germinaba. Todo transcurrió muy de prisa pero, como me gusta hacer artículos breves, ya seguiremos otro día.